Ucrania teme una «invasión» inminente de Rusia

Petro Poroshenko, aquel oligarca que llegó a la presidencia de Ucrania diciendo que el alzamiento en el este del país podía ser solucionado en semanas, cumple un año en el cargo con las brasas del conflicto volviendo a prender en la zona de Marinka y Krasnogorovka, cerca de Donetsk. El acuerdo de paz de Minsk alcanzado en febrero no ha logrado detener un goteo de enfrentamientos que eleva la cifra de muertos a 6.000. Ahora en Kiev temen que el resurgir de las hostilidades propicie una nueva intervención rusa.
El presidente de Ucrania pidió en su discurso de ayer ante el Parlamento que su Ejército esté preparado para la posibilidad de una «invasión total» de Rusia en toda la frontera que comparten ambos países. Pocas veces Poroshenko había usado el término «invasión» de una manera tan contundente para referirse al apoyo de los rusos a los secesionis-tas. Ayer denunció que más de 9.000 soldados rusos se encuentran actualmente en Ucrania mezclados con los separatistas.
La preocupación por un nuevo despliegue de tropas rusas en Ucrania ha crecido estos días después de que la presidenta del Senado ruso, Valentina Matvienko, advir-tiese de que la Cámara Alta podría celebrar una sesión extraordinaria y pidió a los senadores «no irse muy lejos». El Consejo de la Federación ya se reunió de urgencia el 1 de marzo del año pasado, para autorizar a Putin a desplegar las Fuerzas Armadas en Crimea, días antes de su anexión.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, recordó ayer que el uso de tropas rusas en el extranjero es un «derecho constitucional» del presidente de la nación, pero al mismo tiempo urgió a evitar acciones que provoquen una escalada del conflicto en el este de Ucrania. En todo caso, recordó que Moscú insta a todas las partes a centrarse en el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk.