Si observamos la sangre de diferentes personas sólo nos percataríamos de que se trata de líquido color rojo; no obstante, al analizarla a través de un microscopio es posible apreciar que dentro de cada una de sus células hay ciertos rasgos de identidad, los cuales están conformados por los grupos sanguíneos y el llamado factor Rh.
Para comprender lo anterior, resulta fundamental remitirse a los hallazgos del bacteriólogo y fisiólogo austriaco Karl Landsteiner. En 1901, los resultados de diversos de sus experimentos revelaron la existencia de tres grupos sanguíneos: A, B y O; a los que añadió el cuarto, en 1902, denominado AB.
Así, las investigaciones de Landsteiner permitieron conocer que los diferentes grupos en los que se clasifica la sangre se deben a la existencia de dos antígenos (sustancias capaces de provocar reacciones alérgicas) en este fluido, que reciben los nombres A y B.
Entonces, si una persona sólo tiene el A o el B se dice que su sangre es del grupo A o B, si posee los dos será del AB y si no tiene ninguno, es del grupo O.
Hacia 1940, el científico descubrió otro antígeno en los glóbulos rojos, al que bautizó como factor Rh; si éste incluye una molécula denominada Rh0 (D) indica que la sangre es Rh-positivo, si no la tiene, el vital líquido es Rh-negativo.
¿Qué pasa si hay incompatibilidad de sangre?
Cuando la mujer tiene factor Rh-negativo (independientemente si su sangre pertenece a los grupos A, B, AB u O) y su pareja posee Rh-positivo, procrearán un hijo con el mismo factor Rh del padre, lo que ocasionará que la progenitora desarrolle anticuerpos anti-Rh específicos debido a que su sangre no contiene los antígenos que el bebé heredó del papá, por lo que su sistema inmunológico los reconocerá como extraños.
Lo anterior se debe a que parte de la sangre del bebé puede entrar en contacto con la materna a través de la placenta, sobre todo en los últimos días del embarazo y durante el parto.
Si esto sucede, el organismo de la progenitora produce anticuerpos que ingresan al torrente sanguíneo del niño, en donde se adhieren a los glóbulos rojos con factor Rh-positivo ocasionando su destrucción. Consecuencias de la incompatibilidad sanguínea:
Aborto.
Anemia fetal.
Altos niveles de bilirrubina en sangre (producto de desecho proveniente de la destrucción de los glóbulos rojos).
Ictericia (coloración amarillenta en piel y parte blanca de los ojos), generada por niveles de bilirrubina demasiado altos y que lesiona el cerebro del bebé.
No obstante, durante la primera gestación rara vez surge este problema porque no hay contacto significativo entre la sangre del bebé y la madre hasta el momento del parto.
Pero en embarazos subsiguientes la progenitora se sensibiliza cada vez más frente a la sangre Rh-positivo y produce anticuerpos con mayor antelación, lo que puede dar lugar a los siguientes padecimientos por incompatibilidad sanguínea:
Hidropesía fetal.
Complicación de la forma grave de incompatibilidad Rh, donde la destrucción masiva de los glóbulos rojos del bebé causa anemia severa en el infante, que puede derivar en insuficiencia cardiaca (trastorno que ocasiona que el corazón pierda su capacidad de bombear la sangre con eficiencia), inflamación corporal, dificultad respiratoria (si el neonato ha logrado nacer) y muerte poco tiempo antes o después del parto.
Kernicterus. Síndrome ocasionado por depósitos de bilirrubina en los tejidos del cerebro del recién nacido que presenta ictericia extrema a causa de incompatibilidad Rh severa.
Aparece días después del parto y se caracteriza por disminución del nivel de actividad del bebé, pérdida del apetito, reducción del estado de alerta y, en casos graves, convulsiones.
En consecuencia, el pequeño puede morir en forma repentina, en cambio, si sobrevive desarrolla trastornos del movimiento, pérdida de la audición y disminución de la capacidad mental.
Cabe destacar que en un embarazo anterior interrumpido (a causa de aborto) puede haber sensibilizado a la madre para producir anticuerpos anti-Rh de la misma manera, por lo que siempre debe ser comentada esta circunstancia al ginecobstetra.
Prevención y tratamiento de la incompatibilidad Rh
Ahora bien, para evitar que las consecuencias de la incompatibilidad sanguínea dañen seriamente la salud de los hijos es fundamental que la pareja se someta a exámenes de compatibilidad de sangre que identifiquen sus grupos sanguíneos y factor Rh, lo que permite planear de mejor manera la formación de una familia.
Qué pasa si hay incompatibilidad de sangre
En caso de que la pareja con problemas de incompatibilidad sanguínea haya engendrado un hijo, es fundamental que durante el embarazo se realicen mediciones periódicas de los valores de anticuerpos anti-Rh en la madre, lo que permitirá al ginecobstetra anticipar si el bebé presentará problemas.
Si los niveles de anticuerpos maternos se elevan demasiado en la gestación, puede solicitarse una amniocentesis entre las 15 y 18 semanas, método que consiste en insertar una aguja a través del vientre para obtener una muestra del líquido del saco amniótico que rodea al feto dentro del útero.
A continuación se procede a medir los valores de bilirrubina en la muestra de este fluido, y si son demasiado altos se somete al feto a una transfusión intrauterina (consiste en proporcionarle sangre a través de la vena umbilical que está conectada a la placenta), procedimiento que se realiza cada 10 a 14 días hasta alrededor de las 32 a 34 semanas de embarazo, momento en el que se suele provocar el parto. En casos menos graves se efectúa este tratamiento para la incompatibilidad sanguínea hasta después del alumbramiento.
Por otra parte, debido a que durante el parto se puede generar contacto entre la sangre materna y fetal, a modo de precaución se inyectan anticuerpos anti-Rh en la madre durante las 72 posteriores al alumbramiento, incluso después de un aborto espontáneo o provocado. Este tratamiento destruye los glóbulos rojos fetales en el instante en que pasan al organismo de la madre y antes de que el sistema inmunológico de ella los reconozca como extraños y ponga en marcha los mecanismos de defensa.
Gracias a esta terapia los embarazos posteriores suelen ser menos peligrosos, pero no hay que confiarse, platica con tu obstetra sobre qué hacer cuando hay incompatibilidad sanguínea.
Exámenes prenupciales, más vale prevenir que lamentar
Cada registro civil tiene diferentes requisitos para efectuar un matrimonio. En la Ciudad de México ya no solicitan exámenes prenupciales, en el Estado de México solicitan un estudio (VDRL para detectar sífilis) y en algunos estados de la república pueden solicitar entre 3 a 5 estudios de laboratorio (VIH, Grupo Sanguíneo, VDRL, Hepatitis B y C, etc.). Si vas a casarte, dirígete al registro civil que te corresponda e investiga cuáles estudios deben realizarse. De acuerdo a la ley, los estudios prenupciales cuentan con 15 días naturales de vigencia, así que atentos.