Sarpullido veraniego, cuando el calor irrita

Los ambientes cálidos y húmedos son la delicia de infinidad de personas que los consideran el escenario perfecto para olvidarse del estrés y la rutina; sin embargo, para muchas otras significan la posibilidad de sufrir erupciones de la piel por calor acompañadas de una molesta sensación de comezón.
Llamada fiebre miliaria, fiebre estival o sarpullido de verano (también es correcto nombrarla como «salpullido»), se trata de condición que normalmente se desarrolla en los pliegues de la piel o zonas donde se roza con la ropa. Aunque la mayoría de las veces es problema moderado que se alivia por sí solo, en algunos casos puede ser grave y requerir atención médica.
Esta erupción de pequeños bultitos (y a veces pequeñas ampollas) en la piel puede aparecer en cualquiera que presente sudoración excesiva; ocurre cuando los conductos sudoríparos (bajo la epidermis) quedan bloqueados de tal forma que al verse impedidos de liberar sudor, se produce salpullido.
Chicos y grandes pueden verse afectados por sudamina -como también se conoce esta condición-, aunque es más común en recién nacidos y lactantes, debido a que los poros de su cuerpo son demasiado pequeños y, por tanto, se les dificulta «enfriar» al organismo (regular la temperatura) con rapidez. Incluso, los recién nacidos que permanecen en incubadoras pueden desarrollar fiebre miliaria.
Así, tener una temperatura corporal alta, abrigarse demasiado, no estar acostumbrado a los climas cálidos o permanecer tiempo prolongado en un entorno excesivamente caluroso, son las principales causas de fiebre miliaria.
Si bien el tiempo cálido y húmedo es propicio para el sarpullido por calor, también puede aparecer en invierno si, por ejemplo, un bebé lleva demasiadas prendas de vestir o presenta fiebre que lo hace sudar en forma excesiva; incluso, a veces ocurre luego de aplicar ungüento para la tos en el pecho del niño.
Signos de salpullido veraniego
En bebés, el enrojecimiento de la piel acompañado de picor aparece en partes del cuerpo donde las prendas están ceñidas, por ejemplo, pecho, estómago, cuello, entrepierna y nalgas; si usa gorras o sombreros, el problema puede diseminarse a lo largo del cuero cabelludo o la frente.
Fiebre miliaria en bebés, Prevención de sarpullido por calor
En niños y adultos los lugares donde generalmente se presentan síntomas de fiebre miliaria son aquellos donde la piel se frota con más fuerza, como:
Cuello.
Ingle.
Axilas.
Debajo de los senos.
En los pliegues de los codos.
Naturalmente, contra las molestias por calor, el tratamiento más eficaz es mantener la piel fresca y seca, lo cual puede conseguirse siguiendo recomendaciones como:
Refrescar. Conviene evitar los lugares cálidos y húmedos; si es posible, permanecer en áreas con aire acondicionado o usar ventiladores para que el aire circule. Igualmente, se recomienda usar compresas frías para bajar la temperatura de la piel afectada.
Secar. Contra la irritación de la piel es preciso mantenerla seca colocando, por ejemplo, un ventilador cerca para refrescarla y reducir la sudoración.
Reducir fricción. Cualquier persona que sufra molestias debido al salpullido por sudor sentirá alivio si usa ropa suelta, pues esto evitará la irritación que experimenta con el roce de la tela contra la piel.
Aliviar la fiebre. Si tiene fiebre, el afectado debe tomar un medicamento de libre venta (antipirético) adecuado para su edad, como acetaminofén o ibuprofeno.
Mitigar el dolor. En casos graves, el médico puede recetar adicionalmente alguna loción para ayudar a aliviar el dolor o las molestias derivadas de la fiebre miliaria.
Los médicos aseguran que en la mayoría de los casos, la fiebre miliaria no es grave y desaparece por sí sola; sin embargo, lo mejor es conocer tips para evitar las molestias y disfrutar de los ambientes cálidos y húmedos sin consecuencias para la salud:
Ropa de algodón. Si tú, tus hijos o cualquier familiar pasan varios días en climas calurosos (sobre todo, si no están acostumbrados a ellos), es preciso vestir siempre con ropa de algodón ligera, la cual ayuda a absorber la humedad y a mantenerla alejada de la piel. En el caso de bebés, ¡olvídate de cobijas de lana o materiales sintéticos para abrigarlos por la noche!, sustitúyelas por sábanas ligeras de algodón.
Toallas de algodón. Los bebés que sufren fiebre estival pueden colocarse sobre una toalla de algodón para ayudar a absorber la transpiración; además, conviene colocarles paños húmedos frescos en las áreas afectadas por el sarpullido.
Ventiladores en cada habitación. Si el calor se eleva, debe usarse aire acondicionado o ventilador para refrescar el ambiente y mantener la piel fresca y seca (evitando que el aire llegue directamente al afectado). Si no hay sitios cerrados cerca, entonces deben buscarse áreas bajo la sombra para que el cuerpo se refresque.
Bebidas rehidratantes. Para recuperar los líquidos perdidos debido a la sudoración excesiva, es conveniente tomar agua en abundancia; en el caso de bebés y niños pequeños, debes brindarles bebidas acordes a su edad y, de preferencia, tan naturales como sea posible (evita refrescos o jugos con demasiada azúcar).
Nada de polvos y cremas. Cuando se busca cómo tratar el salpullido veraniego, una de las principales reglas es evitar el uso de polvos (talco, por ejemplo) o cremas, ya que estos productos pueden obstruir los poros, generar más calor y empeorar la sensación de comezón.
Si tienes hijos recién nacidos, la prevención del sarpullido por sudor es fundamental porque si un bebé está demasiado caliente y no se toman rápidamente medidas para enfriarlo, podría padecer una condición seria como agotamiento por calor o insolación.
Incluso, algunas investigaciones han sugerido que el riesgo del síndrome de muerte súbita infantil crece cuando el pequeño está demasiado caliente mientras duerme.
En cualquier caso, toma tus precauciones para evitar el salpullido por sudor, a fin de disfrutar el verano en familia y de forma saludable.