Distribuidora Herrera Motors entrega autos usados como nuevos, alertan

La distribuidora de autos Chevrolet en San Luis Potosí, Herrera Motors, defrauda a sus clientes, al entregarles autos usados como nuevos, acorde a lo denunciado por Rosalío González Martínez, quien fue víctima de este engañó, luego que adquiriera un vehículo Spark, modelo 2016.
El afectado se presentó en la redacción de El Heraldo, en donde denunció lo anterior, y aunque recuperó su dinero, luego que la distribuidora de autos, ubicada en la calle de Damián Carmona y Arista, reconociera que la unidad no era cien por ciento nueva y presentaba varios detalles, señaló que hacía público lo ocurrido para que otros compradores de buena fe no sean víctimas de esta estafa.
Manifestó que el pasado mes de mayo acudió a la citada negociación para adquirir un vehículo Spark, modelo 2016, entregando el 29 de mayo, 35 mil pesos por concepto de enganche, siendo atendido por el agente de ventas Francisco Hernández.
La unidad le fue entregada el 7 de junio, pero se percató de que el vehículo se encontraba sucio, lo cual no le pareció normal, indicándole el agente que solamente tenía polvo por el traslado.
Ya en su domicilio, procedió a realizar una verificación detallada de la unidad “nueva” que acaba de recibir y con ayuda de personal especializado detecto nueve anomalías:
Defensa baja con brumos de pintura; bajo faldón izquierdo con rasposidad; faros de luz alta y baja con separación; cofre superior derecho con manchas ocultas; plásticos o empaques aparecían con manchas y deformidades u ondas; salpica-dera izquierda desunida; puerta de cajuela con una franja opaca y áspera, tapón de gasolina flojo; manchas en la guantera.
Pero la prueba de que el automóvil era usado la dio el hecho de que el velocímetro había sido alterado y “maquillado” y tenía un recorrido de 74 kilómetros.
Lo anterior lo hizo saber al gerente Gilberto Alonso, quien se mostró más preocupado porque no demandara ante la Profeco o Procuraduría de Justicia, consciente de que había dolo en la acción y cuando le dijo que aún no lo hacía, le manifestó que dejara la unidad y en una o dos semanas se le entregaban totalmente rearada de los “detalles” que le había encontrado.
Obviamente Rosalío González se negó por lo que reclamó que le regresaran su dinero e incluso que no aceptaría ni un vehículo que efectivamente fuera nuevo, pues consideraba lo sucedido como una actitud de dolo de los empleados e incluso de los dueños de la distribuidora de autos, quienes siempre estaban más preocupados porque no procediera legalmente en su contra, que por explicarle que fue lo que pasó.
El pasado martes, el afectado recibió el reembolso de los 35 mil pesos que había dado por concepto de enganche, indicándoles que presentaría una queja ante la Profeco y haría su denuncia pública, para que este tipo de hechos no se volvieran a repetir en perjuicio de otro cliente.