Figuras Mexicanas en Río 2016: Carlos Herrera aquilata experiencia

CIUDAD DE MÉXICO.-El mexicano más rápido de la historia es José Carlos Herrera, velocista oriundo de Monterrey que posee el récord mexicano de los 200 metros (20.17 segundos) y en los Juegos de Río 2016, su segunda participación olímpica, aspira a correr en el rango de los 19 segundos.

“Hay que picar piedra, si uno no abre el camino, nadie lo va a hacer”, dice sobre participar en una prueba con escasa tradición de buenos resultados en el atletismo nacional. “Sé que puedo llegar a correr esos 19 segundos (en Río) y no sé hasta dónde vaya a llegar, porque no me pongo límite”, advierte.

Herrera participó hace cuatro años en los Juegos Olímpicos de Londres, donde quedó séptimo en su heat eliminatorio. “Fue un paso de madurez atlética, realmente en esa carrera me fue mal a nivel internacional. Aquí en México hubiera ganado el Nacional, pero allá fueron 21 segundos y se acabó tu participación, te vas. Me dije: A ver, la próxima vez no quiero que se quede en un sólo round, tenemos que llegar hasta el final”, recuerda.

Cuatro años de madurez son una diferencia abismal, y para agosto tendrá el reto de competir con los mejores del mundo. Además del resultado, Herrera sabe que en menos de 20 segundos puede cambiar el rumbo de la velocidad tricolor.

“En México no apoyan lo que no es seguro. Ahí es donde se puede batallar un poquito más, uno debe de trabajar por otro lado y pierdes tiempo de descanso o alimentación adecuada y no rindes como debes hacerlo, pero es parte de nuestra realidad y no puedo quejarme. Simple y sencillamente tengo que hacerlo para llegar a donde quiero”, asegura.

“Es la guerra vamos a ver quién gana, pero es más que nada por abrirle la mente a la gente mexicana de que se pueden abrir metas y no sólo los deportes tradicionales, es entrar en un terreno nuevo”, vaticina.

Hablar de Londres 2012 lo vuelve recio. Admite que fue un resultado que le ha dejado grandes enseñanzas por la forma en que se dio esa carrera en el estadio olímpico y que ahora la presión, el estrés, es algo con lo que puede convivir.

“La presión no es tan grande porque se la pone uno mismo al no entrenar, al no hacer lo que está en el plan, pero como estamos haciendo todo cabalmente, estamos disfrutando el camino. Tenemos metas muchísimo más grandes que en los Olímpicos pasados, ser un atleta con más madurez y cabeza dentro del deporte cambia mucho las cosas”, asegura.

Entrenado por el sonorense Gabriel Germán, José Carlos Herrera, de 30 años, es un caso atípico en el atletismo mundial y común en el deporte mexicano, en el que los genios suelen llegar a edades maduras o transitar de una disciplina a otra.

“Comencé a los 22 años y a los 26 califiqué a Juegos Olímpicos. Sabía que era un novatazo, no me quitaba de ese lugar porque realmente lo era, pero sí traté de dar lo mejor de mí en Londres. La gente que me apoya siempre le hago caso, a los que tiran basura no los agarro; sólo agarro a los que dan mensajes positivos porque ellos me impulsaron a llegar a unos segundos Juegos Olímpicos”, dice sobre las críticas tras Londres 2012.

“Antes de la competencia yo estaba cantando el Himno mexicano, concentrándome por México, pero sí, me ganó la presión porque es algo que nunca había vivido, ahora que ya lo viví, que ya enfrenté a atletas muy buenos, segundos o terceros a nivel mundial, y eso me da confianza de que son personas como tú y yo, que son personas que los cortas y sale sangre como a ti y a mí. Sólo me tengo que preparar, los mexicanos tenemos muchas capacidades, sólo tengo que trabajar para llegar a ese punto, no pasa nada que tengamos que trabajar para poder llegar a ese punto, depende de cada quien que lo quiera hacer”, afirma.

Herrera estará acompañado por otro mexicano en Río 2016, César Ramírez, quien apenas corrió en la Universiada Nacional la marca mínima de 20.50 segundos para estar en Juegos Olímpicos. Dos mexicanos en una prueba de velocidad, una apuesta inusual.

“Nosotros tenemos más resistencia al trabajo que los afroamericanos. Podemos llegar a esa explosividad, pero tenemos que estimular más esas mismas fibras y, como tenemos que estimular más las fibras, en ese momento desarrollamos más una resistencia al trabajo, ellos se cansan muy rápido y nosotros no”.