Como parte de los trabajos del Primer Coloquio de La Otredad, evento que se llevó a cabo en el Auditorio del Instituto de Investigación Humanística de la UASLP; el director Abraham Sánchez Flores detalló que en la otredad, se busca llegar a reconocer al otro. “Que se pueda reconocer en el otro la humanidad que tenemos sin que se le demerite por nacionalidad, cultura, lengua o etnia”.
Además María Guadalupe Díaz Hernández, catedrática de la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Querétaro, presentó la charla “La retórica del miedo y los chivos expiatorios” en la que destacó como los migrantes se vuelven personas indeseadas en otros países, generalmente cuando cruzan las fronteras empiezan a volverse un problema para los países que los adoptan, como en Estados Unidos, principalmente, y en la Unión Europea, en donde se da un proceso de deshumanización en el momento que pierden los derechos fundamentales porque ya no son ciudadanos de los estados, son personas ilegales.
Explicó que hay seres humanos ilegales porque se les trata como tal, como si fueran seres humanos de segunda que no merecen el respeto a los derechos fundamentales o el reconocimiento de la ciudadanía, entonces se vuelcan contra ellos una retórica del miedo ¿quiénes son los culpables que nuestro país esté en crisis? Los inmigrantes que hacen que falte trabajo para los nacionales.
Añadió: “Se vuelven chivos expiatorios porque dicen son ellos los que tienen la culpa de todos los problemas, por ejemplo, qué dice Donald Trump: los mexicanos son los culpables vamos a cerrar la frontera porque son indeseables, a eso se refiere la retórica del miedo de los estados contra estos seres humanos que cruzan ilegalmente las fronteras”.
Opinó en relación al tema de los migrantes en México y en Centroamérica “es seria la situación porque México es un país de tránsito; tenemos el problema de los refugiados y los migrantes, los refugiados salen de su país por problemas políticos, de guerra, y México es un país de tránsito, pero no se están quedando los que cruzan desde América del Sur, incluso ni los del mismo país, y es ahí donde está uno de los problemas”.