Beneficios intelectuales y emocionales de la lectura para los niños

Evidentemente, la lectura tiene grandes ventajas intelectuales para los niños. Entre ellas, encontramos las siguientes:

– Mejora la capacidad de atención. Es ideal para niños más distraídos o inquietos, ya que les ayuda a centrarse en algo concreto.

– Mejora la capacidad de retentiva y la comprensión lectora. Escuchar o leer una historia hace trabajar la retentiva y la memoria. El cerebro persigue con ello comprender lo que se está leyendo.

Por lo tanto, la lectura también beneficia a la comprensión lectora.

– Desarrollo de la imaginación. La lectura invita a soñar e imaginar a los niños, y es un motor fantástico de la creatividad.

SIETE grandes beneficios emocionales de la lectura para el niño

A pesar de que siempre se habla de los beneficios intelectuales de la lectura para los niños, los libros también aportan otro tipo de beneficios, todos ellos muy valiosos. Son los que tienen que ver con las emociones:

1. Fomenta la independencia y autonomía del niño.

2. Le ayuda a superar retos.

3. Fomenta la perseverancia y el esfuerzo.

4. Fomenta la responsabilidad.

5. Transmite valores.

6. Les ayuda a identificar emociones.

7. Ayuda a construir la personalidad del niño.

La lectura infantil tiene numerosos beneficios para el niño. Pero no hablamos sólo de beneficios físicos o intelectuales (mejora de la concentración, de la memoria…), sino también de los beneficios emocionales.
Se puede incentivar a la lectura desde que el niño es muy pequeño, antes incuso de que aprenda a leer. Repasamos todas las ventajas que tienen los libros para tu hijo, de la mano de Sergio Díez Casado, bibliotecario en Brains International Schools. ¿Quién dirige el rumbo de nuestra vida? ¿Quién determina nuestra personalidad? ¿Quién decide que seamos como somos? Las emociones.

Sin duda, las auténticas capitanas de nuestra nave.

Las emociones llegan de golpe. Nacen con nuestro hijo. Al principio, como todo, es algo nuevo.

¿Por qué el bebé a veces llora desconsolado? ¿Por qué ríe? ¿Por qué rechaza determinado alimento? Las emociones comienzan a trabajar.
Nuestro hijo tendrá que aprender a utilizarlas. No es fácil. De hecho, muchos adultos aún se sienten incapaces de dominar sus impulsos. Alegría, Tristeza, Ira, Miedo y Asco. Son los nombres de las 5 grandes emociones que manejan nuestras vidas. Tal y como explican a las mil maravillas en la película de ‘Inside Out’, de Pixar (‘Del Revés’). Alegría, por supuesto, es la emoción que debe gobernar sobre el resto.

Pero alegría a veces no puede llegar sin dejar que antes Tristeza haga su trabajo.

Pero… ¿por qué son necesarias todas estas emociones?
Miedo: Puede que en un momento determinado Miedo necesite hacer acto de presencia. Si nuestro hijo no tuviera miedo de nada, pondría en riesgo su vida constantemente. El niño tiene miedo a caerse, miedo a tropezar… pero también tiene miedo a no ser capaz de lograr lo que se propone.
El miedo hace que el niño se marque retos y que luche por superarlos. Que aprenda. Y, por qué no, que se sienta invencible. Pero es un arma de doble filo: el miedo también le puede bloquear e incluso, conducir al pánico. Es el máximo nivel de alerta de nuestro cuerpo: si enseñamos a nuestro hijo a utilizar el miedo para crecer, será un arma poderosa para él.
Asco: El asco ayuda a elegir, a aprender a decir No. Ayuda al niño a formar una personalidad: ‘quiero esto porque esto otro no me gusta’. Si no existiera el asco (no entendido sólo como asco a un alimento, sino con rechazo a determinadas cosas o aspectos de la vida), nuestro hijo sería tan sumamente conformista que no podría tener una personalidad fuerte ni tomar decisiones importantes en la vida.