Denuncian penalmente en Argentina a Uber por asociación delictiva

BUENOS AIRES.

Grupos de taxistas en Argentina presentaron una denuncia penal contra la aplicación Uber por considerar que al ser ilegal, sus directivos y conductores que la utilizan cometen un delito de asociación ilícita.

El presidente de la Federación Nacional de Propietarios de Taxis, Jorge Celia, señaló que el fiscal Jorge Luis Ballestero aceptó la denuncia de asociaciones del área de la patronal y los trabajadores el pasado 16 de mayo ante el juez federal Luis Zelaya para lograr que no sólo multen a los conductores del servicio sino que también «vayan presos».

Según adelantó, Ballestero va a empezar a investigar para «detectar» estos casos de asociación ilícita y, de hecho, ya existen propuestas y medidas concretas que se van a tomar, aunque todavía están «bajo secreto de sumario» en esta denuncia penal, que no es la primera que se presenta contra la plataforma móvil.

Pese a que la Justicia ordenó a finales de abril la clausura preventiva de la web y la aplicación de la empresa en Argentina, los sindicatos de taxistas denuncian que el servicio sigue funcionando en la ciudad de Buenos Aires y, por tanto, haciendo una competencia que consideran no solo «desleal» sino «ilegal».

Existen varias soluciones judiciales diciendo que son ilegales», insistió Celia antes de asegurar que ya han multado a casi cien vehículos, que fueron retenidos, en algunos casos con hasta 77 mil pesos (unos 5 mil 400 dólares).

El objetivo de la denuncia es que detengan a los directivos de Uber, quienes, declaró, no se presentan ante la justicia y, por tanto, se encuentran «medio prófugos».

Nos sentimos robados por Uber», aseguró Celia antes de señalar que la aplicación realiza una actividad que no es legal y que quita «pasajeros y trabajo» a los taxistas.

Creada en 2009, esta plataforma, que está presente en 400 ciudades de 70 países, permite solicitar hacer un viaje con un conductor particular y pagar con tarjeta de crédito, además de que las tarifas suelen ser menores a las de los servicios convencionales de taxi.

Su llegada a Argentina el pasado 12 de abril provocó una ola de protestas, cortes de calles y reclamos por parte de los taxistas.