Nuño el preferido

Sin duda, en estos días deben ser de los peores que en su intento de quehacer político ha pasado el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer. Es patente su incompetencia para promover el diálogo con los integrantes de las vocacionales que del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de la Asamblea General Politécnica (AGP), así como su enfrentamiento con el poder de las células de profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Ser titular de educación a nivel federal no debe ser tarea fácil en un país en donde el nivel educativo es aún cuestionado al interior e incluso a nivel internacional, y en donde no todos los niños tienen acceso a la educación de nivel básico, aun cuando también en un mandato constitucional.
En este país, hasta ahora, ningún titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha logrado ser presidente de la República. Tomar el encargo como plataforma hacia el 2018, justo ahora, sería lo menos indicado.
Aurelio Nuño, debe ocuparse de cuestiones urgentes, más allá de sólo evaluar a mentores y correrlos porque no cumplen con una ley de la que para promulgarla, no consultaron a los profesores.
¿En qué momento como parte de la reforma educativa, la entidad federal encargada va a revisar los programas educativos acordes al mundo global en el que las reformas estructurales fallidas de Peña Nieto y los múltiples tratados comerciales nos quieren colocar?
Como ejemplo, no es posible que los libros de la SEP de 5° año de instrucción primaria, contengan un sin número de mentiras, como las que advierten que México es un país con un PIB percápita de los más altos del planeta y que la calidad de vida de los mexicanos igual, se encuentra en los rangos superiores.
Ser secretario de Educación en México, es más que programar visitas a los patios de las escuelas primarias y contra viento, frío, calor, lluvia y hasta contaminación dar un discurso a profesores, directivos y alumnos sobre la reforma educativa, enfundado en un traje carísimo, que las más de las veces, no encaja con la pobreza del entorno.
Nuño es el preferido. Sí. Para que responda a la CNTE, a los politécnicos y para que no embarre a otros en asuntos que él debe atender.

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Para advertir… En tiempos electorales, todos le huyen a las papas calientes.