Hipertensión y pastillas anticonceptivas; ¿pueden combinarse?

Además de planear el mejor momento para iniciar un embarazo, las pastillas anticonceptivas te ofrecen la posibilidad de mejorar periodos menstrua-les dolorosos, abundantes o irregulares, así como de tratar acné o prevenir cáncer de ovarios.
No obstante, como cualquier medicamento, los an-ticonceptivos orales con hormonas (estrógeno y proges-terona) tienen efectos secundarios y uno de ellos es que favorecen la presión arterial elevada en mujeres.
Hipertensión por anticonceptivos
La presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre al cuerpo; cuando dicha fuerza se eleva, se habla de hiperten-sión arterial, condición que aumenta considerablemente el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, ataque cardiaco, enfermedad renal (en los riñones) o muerte prematura.
Muchos factores pueden alterar la presión sanguínea, desde la cantidad de agua y sal que tenemos en el cuerpo, hasta el funcionamiento de los riñones o del sistema nervioso e, incluso, los niveles hormonales del organismo, los cuales suelen afectarse si se recurre al uso de anticonceptivos orales con hormonas.
Por ello, cuando una mujer comenzará a utilizar métodos para control de la natalidad y contracepción, debe preguntar al médico por los efectos secundarios de los anticonceptivos hormonales, pues en ciertos casos, estas pastillas favorecen el riesgo de hipertensión.
Presión arterial elevada, Píldoras anticonceptivas con hormonas
La progesterona es una hor-mona que puede afectar la presión arterial, ya que al aumentar su presencia en el organismo, se altera el adecuado funcionamiento de los vasos sanguíneos pequeños.
Este efecto puede variar, es decir, se registran casos en los que la hipertensión es muy leve, o bien, genera un problema potencialmente grave que justifique, a juicio del médico, la interrupción del control de la natalidad con anticonceptivos orales.
Aunque la relación entre hipertensión y pastillas anti-conceptivas hormonales sigue estudiándose, se han identificado factores que revelan que la mujer enfrenta mayores riesgos de sufrir es-ta complicación, como:
Antecedentes familiares de hipertensión arterial (sobre todo, en mujeres). Antecedentes personales de presión arterial elevada durante embarazo(s) previo(s).
Haber sufrido problemas del corazón y/o de los vasos sanguíneos.
Ser mayor de 35 años.
Presentar diabetes.
Tener obesidad.
Tabaquismo.
Antecedentes de enfermedad renal.
Anticonceptivos orales: ¿cuándo es mejor no usarlos?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció hace tiempo (2003) varios grados de precaución para el uso de anticonceptivos, los cuales deben respetarse al máximo, salvo que sea imposible recurrir a otros métodos y el médico haya considerado que los beneficios superan los riesgos.
Así, la OMS recomienda no usar anticonceptivos en los siguientes casos:
Cuando la mujer presenta cifras de presión arterial entre 140/100 y 159/109 mm/Hg. Además, si la presión supera 160/100 mm/Hg, los anticonceptivos orales hormonales están contraindi-cados.
No hay posibilidad de realizar un control de presión arterial periódico.
Existe hipertensión mal controlada.
Se tienen antecedentes de hipertensión.
Hipertensión arterial en mujeres jóvenes
Medir la presión arterial es uno de los primeros pasos que toman los médicos durante la consulta antes de sugerir a la paciente el uso de anticonceptivos orales.
Según estudios, entre 5 y 18 de cada 100 mujeres que usan pastillas anticoncep-tivas hormonales desarrollan hipertensión.
En estos casos, el médico puede recomendar varias medidas para evitar los efectos secundarios de las píldoras anticonceptivas con es-trógenos, como:
Acudir regularmente a consulta para someterse a control de presión arterial periódico (cualquier signo de hi-pertensión mal controlada eleva el riesgo de sufrir alteraciones que comprometan la salud del corazón).
Generalmente, el tratamiento para evitar embarazo se inicia con anticonceptivos de dosis hormonales más bajas, a fin de que manteniendo la misma eficacia contraceptiva, sea bien tolerado por la paciente.
Si se detecta un aumento de la presión arterial, la primera medida será suspender el uso de anticonceptivos orales (por lo general, la presión retorna a sus valores normales después de tres meses de no usar este tipo de método contraceptivo).
Al mismo tiempo, es probable que el médico sugiera a la mujer ciertos hábitos en el estilo de vida que favorecen una presión arterial estable, como:

Mantener peso saludable.
Reducir la cantidad de grasas en su alimentación.
Aumentar el consumo de frutas, vegetales y productos lácteos bajos en grasa.
Reducir la ingesta de sal (sodio) en los alimentos.
Ejercitarse al menos 30 minutos por día, casi todos los días de la semana.
Limitar el consumo de bebidas alcohólicas.
Dejar de fumar.
Con la atención médica adecuada, el vínculo entre hipertensión y anticonceptivos orales puede minimizarse sin estropear tus planes de evitar un embarazo. Pero recuerda, antes de acudir a la farmacia por las primeras pastillas anticonceptivas que encuentres, acude al ginecólogo, quien te indicará cuáles son las más adecuadas para ti.