Rozaduras de pañal; protege la piel de tu bebé

La rozadura o escaldadura ocasionada por el uso de pañal es una inflamación de la piel (dermatitis) generada por la acumulación de elementos como humedad, materia fecal, hongos o bacterias, residuos de jabón o detergente y temperatura corporal, los cuales lastiman a la epidermis y le ocasionan hinchazón, dolor, coloración rojiza y sensibilidad excesiva. Prácticamente todos los recién nacidos, lactantes y bebés de hasta dos años de edad sufren rozaduras por pañal, aunque este problema también pueden presentarse en niños mayores cuando padecen diarrea o tienen algún problema neurológico que les impide controlar sus esfínte-res en vías urinarias o anales. Es un problema molesto, pero no peligroso.
Aunque desde hace tiempo se ha considerado que el material con que se fabrican los pañales es el factor más importante en el surgimiento de esta dermatitis, se ha demostrado que la humedad abundante y la presencia de orina (que contiene amonia-co) y excremento juegan papel muy relevante.
Al respecto, cabe mencionar que existen documentos provenientes de civilizaciones antiguas en los que se describe el uso de ropa o aditamentos especiales elaborados con hojas de plantas, fibras absorbentes o pieles de animales, a fin de manipular higiénicamente las evacuaciones del bebé (de hecho, parece que el pañal fue uno de los primeros artículos que distinguieron al hombre de los animales), y desde entonces se tienen testimonios sobre el surgimiento de irritación de la piel, sin importar el tipo de material empleado.
Así, en nuestros días se determina que las principales causas de rozaduras de pañal son:
Dejar el pañal colocado por tiempo prolongado una vez que el niño ha realizado sus evacuaciones, ya que se genera acumulación de orina y excremento.
Falta de higiene adecuada durante el baño o el cambio de pañal.
Presencia de residuos de jabón, cremas y en general de productos de perfumería que se utilizan en exceso y que pueden mezclarse con los desechos del niño.
Algún tipo de hongo o bacteria que, de manera oportunista, se establece en la piel del pequeño.
Temperatura habitual del cuerpo y escasa ventilación, ya que estos factores contribuyen a la reproducción de microorganismos y la acción irritante de algunas sustancias.
Enfermedades estomacales. Se sabe que, por su nivel de acidez, la diarrea irrita más la piel.
La orina con alta concentración de toxinas también puede originar este problema.
En caso de utilizar pañales de tela, el exceso de detergente para lavar la prenda resulta perjudicial.
Cabe señalar que las lesiones de este tipo suelen localizarse alrededor de los genitales y en la región anal, por lo que de existir enrojecimiento de la piel en otras zonas, es probable que la causa sea otra:
Cuando las lesiones se observan en las áreas sobre las que el pañal ejerce mayor presión (piernas y cintura), es probable que se necesite una talla mayor.
Si el enrojecimiento abarca toda la piel cubierta por el pañal, puede ser que el niño sufra alergia a causa de alguno de los materiales con que ha sido fabricado.
Síntomas de dermatitis de pañal
La piel del bebé luce inflamada y de color rojo en la zona de nalgas y muslos. Al tacto, la parte afectada se siente un poco más caliente que en las regiones cercanas.
Ya que no puede hablar, el niño expresa su malestar llorando y mostrándose incómodo.
El carácter del infante puede ser irascible ante el cambio de pañal, ya que su piel se encuentra muy sensible.
Suele haber falta de apetito
La rozadura ocasionalmente presenta protuberancias o «granitos» rojos.
El diagnóstico de dermatitis de pañal se basa en la descripción de los síntomas y observación directa de la zona afectada por parte del pediatra (especialista en el tratamiento de enfermedades que afectan a los niños).
También es útil proporcionar datos sobre las medidas de higiene y horarios en que se cambia el pañal. En muchas ocasiones, un padre o madre que conozca los síntomas es capaz de diagnosticar el problema.
¿Cómo evitar las rozaduras en tu bebé?
La medida más importante para evitar rozaduras consiste en cambiar el pañal tan pronto como el bebé lo moje o evacúe. Se estima que el cambio de pañal al menos ocho veces al día disminuye la probabilidad de sufrir dermatitis en la zona del pañal.
Otra medida importante es lavar las nalgas del niño con jabón suave y agua cada vez que evacúe y se le cambie el pañal, procurando hacerlo con esmero en todos los pliegues de la piel. También se debe dejar ventilar la zona y secarla con delicadeza.
Si la piel del infante es muy sensible, utiliza sólo agua durante la higiene.
El uso de toallitas húmedas se recomienda en forma ocasional, como cuando se sale de paseo, pero no de manera rutinaria, ya que estos productos incluyen perfumes y alcohol que generan irritación. Aunque también hay hipoalergénicas, tampoco se debe abusar de ellas, pues no garantizan limpieza profunda. Se aconseja aplicar delgada capa de pomada protectora contra rozaduras (elaborada a base de óxido de zinc) o vaselina, después de efectuar la limpieza.
El talco es útil de manera limitada; sólo debe emplearse en la región del pañal, y debe procurarse que al terminar la aplicación no se sacudan las manos frente al bebé para evitar que el polvo se introduzca en su nariz y le origine irritación o ahogamiento. También puede utilizarse talco líquido, cuyo uso es más seguro.
Al poner un pañal limpio, éste no debe estar muy apretado y debe permitir la circulación de un poco de aire.
Si el niño toma algún antibiótico o tiene diarrea, pon especial atención al área del pañal y cámbialo frecuentemente.
Prefiere los pañales extrabsorbentes o aquellos que contengan petrolato en la capa superior, la cual estará en contacto con la piel del bebé.
Si empleas pañales de tela, elige los de algodón, los cuales se deben lavar con jabón de pasta, no con detergente, y enjuagarse perfectamente. Asimismo, evita el uso de calzón de plástico sobre el pañal, ya que favorece la proliferación de algunas infecciones al conservar la zona más húmeda y caliente.
Si la orina del bebé está muy concentrada, se recomienda darle a beber más agua.
Dale calma y alivio a tu pequeño
Se deben cambiar frecuentemente los pañales de bebé para reducir la humedad en la piel.
Es indispensable limpiar perfectamente la zona afectada con un algodón y agua tibia.
Después del baño y de cada cambio de pañal se debe aplicar generosa cantidad de aceite para bebé o pomada que contenga óxido de zinc, petrolato, vaselina o algún otro medicamento recomendado por el pediatra para humectar y evitar que la orina entre en contacto con la piel irritada.
Se recomienda que el niño permanezca sin pañal el mayor tiempo posible hasta que se alivien los síntomas.
Debe evitarse el uso de pañales rígidos o de toallitas con alcohol para limpiar, ya que esto sólo empeorará la dermatitis de pañal y hará que el bebé se sienta peor.
En caso de que la irritación de la piel se deba a diarrea, realiza todos los cuidados antes citados, además de dar atención al problema gastrointestinal.
Cuando la orina luzca muy concentrada, se debe dar a beber más agua al infante.
Si la rozadura no mejora considerablemente durante los siguientes 3 o 4 días, o en cualquier momento en que se detecte la presencia de granitos rojos, ampollas, protuberancias o descamación, lo mejor es llevar al pequeño al pediatra.
Hay casos en que la rozadura por pañal es debida a que el infante es alérgico o tiene piel muy sensible; en tales circunstancias, luego de la evaluación del médico, se puede recomendar un cambio de marca o dejar de utilizar detergente, cuando se trate de pañal de tela.
Otra probabilidad es que el pequeño sufra alguna otra enfermedad leve de la piel, por lo que se requiere la valoración del pediatra. Los principales padecimientos que se confunden o asocian a rozaduras son:

Infecciones por hongos (muguet). La piel del bebé que ha permanecido húmeda por largo tiempo es vulnerable al ataque de un tipo de levadura u hongo llamado Candida albicans; es posible reconocer este tipo de lesión por los granitos y protuberancias rojizas o blancas con pus que se encuentran alrededor de las manchas rojas en el área del pañal. Si el microorganismo se ha expandido, puede haber manchas blancas en la boca del infante, además de que los pezones de la madre, en caso de que ésta se encuentre amamantando, pueden estar irritados.
Impétigo. Es una infección contagiosa producida por bacterias; aparece en el área del pañal, cara y manos en forma de granos y llagas llenas de costras de color miel que pican y se ampollan. Debido a que esta enfermedad es contagiosa, todos los miembros de la familia deben lavarse las manos a menudo con jabón antibacteriano.
Dermatitis seborreica. Este padecimiento es común en los bebés durante su primer año de vida. Se manifiesta con manchas rojas, ásperas y abultadas cubiertas de escamas gruesas de color blanco o amarillo en los genitales, ingles y bajo vientre. Cuando aparecen manchas similares en el cuero cabelludo, se le denomina costra láctea.
Salpullido. Calor y humedad pueden provocar enrojecimiento y aparición de protuberancias rosadas muy pequeñas, parecidas a las que genera el acné, debido a que la transpiración se acumula en la piel y no logra evaporarse. Son más frecuentes en los pliegues y aquellas zonas en donde el forro plástico o la cubierta del pañal está en contacto con la epidermis.
Cualquiera de estos casos requiere la evaluación del pediatra, por lo que se debe acudir a él en caso de que el tratamiento de las rozaduras de pañal no surta efecto o cuando el niño se sienta muy mal.