Si no tiene aún un regalo para este 10 de mayo y ve el anuncio del oportuno estreno de la película «Día de la madre» con un elenco de estrellas… Mejor improvise y llévele un ramo de flores de plástico, este filme solo pondrá a prueba el amor que su madre le tiene.
Como otras películas de Gary Marshall, esta tiene varias historias entrecruzadas, en esta ocasión todas de madres de distintos tipos: Divorciadas, solteras, homoparen-tales… Pero ninguna normal, la que tiene lo mas parecido a una familia normal está casada con un indio y lo oculta a sus racistas padres. Sus vidas se entrelazarán de forma supuestamente tan divertida como sentimental. Este libreto tiene severos problemas, el más básico es que peca de artificial. Tiene formato de una comedia de situación, lo cual es bueno para capítulos de tv de 20 minutos con personajes y situaciones plásticos, pero que no funcionan en este largometraje. Todas las situaciones resultan demasiado forzadas, quitando humor a las puntadas y sinceridad a las lágrimas.
Otro problema es el casting, o al menos el departamento de vestuario y maquillaje, pues casi todas las actrices se parecen aun que no sean familia. Jennifer Aniston, Kate Hudson, Britt Robertson y Sarah Chalke son todas rubias de la misma complexión física, mas o menos.
Mientras que la joven esposa de Timothy Olifant, el exmarido del personaje de Aniston es morena. Julia Roberts tiene un corte de pelo que le roba cámara de mala manera.
Marshall dirige con desinterés pues confía en el talento de sus actores para dar vida a un guión muerto y aunque ellos se esfuerzan, no pueden hacer milagros. Sorprende que un director veterano en comedia, como él, no mandara reescribir la historia.
La estética visual es parecida a la de la serie «Friends» con escenarios de clase media alta siempre muy iluminados, prácticamente sin variaciones.
