En Grecia, aprueban recortes pese a las protestas

El Parlamento de Grecia aprobó ayer la reforma de las pensiones y fiscal con la que el gobierno espera cumplir los compromisos con sus acreedores internacionales horas antes de que sereúna el Eurogrupo y tras tres jornadas de movilizaciones sindicales.
El nuevo paquete legislativo se compone de las reformas de las pensiones, de los impuestos directos y de los indirectos, las cuales permitirán economizar cinco mil 400 millones de euros anuales para conseguir en 2018 un superávit primario de 3.5% del Producto Interno Bruto, tal y como lo prevé el programa del tercer rescate firmado el pasado verano.
El primer ministro, Alexis Tsipras, subrayó que el sistema de jubilaciones será con esta reforma “sostenible sin recortar las pensiones principales”, dijo que “para más de dos millones de jubilados no habrá ni un solo euro de recorte en la pensión”.Sin embargo, todos los partidos de la oposición entre ellos la formación de derecha ND, votaron en contra de este texto.
rechazado por los sindicatos, puesto que prevé la reducción de las jubilaciones más altas, la fusión de múltiples cajas de seguros, el aumento de las cotizaciones, de las tasas, y de los impuestos a los medianos y altos ingresos.
El proyecto de ley fue aprobado horas antes de la reunión de hoy de los ministros de Finanzas y Economía de la zona euro en Bruselas.
A lo largo de todo el día de ayer se celebraron manifestaciones en la capital del país, la más numerosa frente al Parlamento, que llegó a reunir a 10 mil personas.
En ese lugar, la policía utilizó gas lacrimógeno contra manifestantes que lanzaron proyectiles a las fuerzas antidisturbios.
Según algunos medios de comunicación, jóvenes encapuchados lanzaron bombas molotov durante esta manifestación.
“Basta de masacrar la seguridad social”, “detengan la monstruosa reforma”, “no a la disolución del sistema de pensiones” proclamaban las pancartas de los manifestantes.
Durante la huelga de 48 horas convocada por los sindicatos, la cuarta desde la llegada al gobierno de Tsipras en enero de 2015, ni el viernes ni el sábado funcionó ningún transporte público en el país.
La movilización fue, sin embargo, mucho menor que en la última gran manifestación contra esta reforma, el 4 de febrero, cuando 50 mil personas