- Las marchas o protestas no deben afectar a terceras personas, señala el vocero de la arquidiócesis Juan Jesús Priego Rivera
- El manifestarse en un calle y no dejar pasar a los automovilistas no les garantiza que las autoridades les resolverán sus problemas, indicó
El vocero de la Iglesia Católica, Juan Jesús Priego Rivera dijo que es importante que las manifestaciones se hagan sin afectar a terceras personas, porque las que se han realizado últimamente han provocado descontento en la ciudadanía.
«Además de que el afectar o manifestarse en un calle y no dejar pasar a los automovilistas no les garantiza que de esa forma puedan atraer la atención de las autoridades que siempre tienen que estar al pendiente de estos grupos para poder darles respuestas favorables».
Es importante que se continúe trabajando en beneficio de la población, ya que esto los ayudará a mejorar la imagen que se tenga por parte de la población en el que se busca siempre tener el apoyo de gobierno del estado y la mayoría de las manifestaciones se realiza por la falta de tacto que se tienen por las autoridades.
En el caso de que si ya tienen nuevo obispo en el municipio de Matehuala, luego del fallecimiento del monseñor Lucas Martínez Lara quien tenía 10 años al frente de esa diócesis, » aún no estamos esperando algunas cosas que tenemos que hacer por parte de la Arzobispado».
Dijo que este se podría dar hasta el mes de noviembre el nuevo nombramiento del un Arzobispo en el municipio de Matehuala, por lo que estarán esperando algunas indicaciones y no quiso hablar sobre posibles perfiles que ya se tengan.
Lucas Martínez Lara era originario de un pequeño pueblo cercano a Villa de la Paz, donde nació el 13 de marzo de 1943. Cursó sus estudios en los seminarios Menor y Mayor de la arquidiócesis de San Luis Potosí.
Monseñor Martínez Lara se ordenó el 27 de octubre de 1968 y desempeñó el puesto de prefecto de disciplina en el mismo seminario del que egresó.
Entre otros cargos, ocupó el de asistente general diocesano de la Acción Católica (1976), párroco de Salinas (1979-1982) y párroco de Nuestra Señora de los Remedios (1982-1989).