Cómo evitar los calambres en las piernas

El calambre en las piernas es un dolor que se origina en uno de sus músculos. Se debe a un espasmo muscular, es decir, cuando un músculo se contrae con demasiada fuerza. Suele ocurrir en uno de los músculos de la pantorrilla, debajo y detrás de la rodilla, pero los espasmos dolorosos pueden darse en los tobillos, las canillas, los cuádriceps femo-rales (los músculos grandes del muslo). A veces los músculos de los pies se ven afectados y los dedos suelen doblarse hacia el talón. Los pasos a continuación te ayudarán aliviar esta afección dolorosa.
Parte 1 de 4: Los calambres y tu estado de salud
Toma en cuenta tu estado general de salud. ¿Tienes alguna afección como una fibromialgia o una neuropatía que te haga más susceptible a tener calambres?. ¿Estás tomando ciertas medicinas?. Porque algunas pueden producir calambres o empeorarlos.
Asegúrate de recibir el tratamiento correcto para la afección que tengas. Los calambres en las piernas nocturnos pueden ser más frecuentes con la edad, pero también pueden deberse a una multitud de afecciones, tales como la diabetes, la hiper-tensión y la fibromialgia. Por eso, recibir el tratamiento y los medicamentos correctos puede aliviar parte de la tendencia a tener espasmos.
Cuéntale a tu médico sobre tus calambres. Revisa todas las recetas que estés tomando juntas. Algunos medicamentos podrían causar calambres o hacerlos más recurrentes. También podría haber medicamentos alternativos. Sin embargo, si tienes otros síntomas aparte de los calambres, ve al médico y éste te evaluará o te pedirá exámenes para descartar alguna causa secundaria de los calambres.
Consulta con tu médico sobre los relajantes musculares. Se venden muchos fármacos con receta médica, los cuales ayudan a relajar los músculos tensos y evitan que se produzcan espasmos dolorosos. Recuerda que algunos pueden causar dependencia, así que pregúntele a tu doctor como evitar caer en ella.
Parte 2 de 4: Hacer estiramientos y posturas
Trata de hacer ejercicios de estiramiento. Siempre se recomienda hacerlos. Algunos doctores afirman que alivian los calambres nocturnos, aunque otros no. Pero de cualquier modo, los estiramientos no te vendrán mal, así que si los pruebas y te ayudan, será algo positivo. Estira tus tendones de la corva, los músculos de los muslos internos y los cuádriceps, pero hazlo suavemente y no exageres. En Internet hay muchos artículos instructivos con fotos para cada ejercicio.
Pon tus piernas correctamente. Te lo recomendamos muchísimo. Aquellas posiciones que eviten que el músculo de la pantorrilla se acorte mientras estás dormido te serán muy útiles. Las siguientes posiciones no son tratamientos probados científicamente, pero algunos expertos creen que podrían ayudar a evitar los calambres.
La posición de tus pies es muy útil. Si puedes “atrapar” los dedos de tus pies en las sábanas, ayudará que tu pie se doble hacia abajo y atrape los músculos de la pantorrilla.
Camina. Si te da un calambre, ponte de pie y camina. Esto afloja los músculos de las piernas, cosa que aliviará el dolor.
Parte 3 de 4: Calor
Mantente con calor. Los músculos fríos son mucho más propensos a acalambrarse. Aunque sea una noche cálida, cuando uno está dormido es más sensible a las corrientes frías de viento. Tener una sábana ligera te ayudará a recuperar parte de tu calor corporal y los músculos calientes tendrán menos posibilidades de acalambrarse.
En invierno, pon una botella de agua caliente cerca de la zona de tus piernas que suela acalam-brarse más.
Si tienes un calambre, trata de ducharte con agua tibia, porque podría aliviar el dolor.
El agua muy caliente te ayudará a eliminar los calambres si permaneces un tiempo en ella. Será menos probable que te vuelvan a dar. Solo asegúrate de que el agua esté caliente, pero no hirviendo.
Parte 4 de 4: Alimentación y suplementos. Asegúrate de tener una buena alimentación con una buena nutrición. Opta por los alimentos ricos en magne-sio, potasio y sodio.
Después de consultarlo con un médico, toma suplementos de potasio, calcio y/o magnesio. Estos suplementos se venden en casi todas las farmacias o las tiendas naturistas. Eso sí, no consumas demasiados. Pregúntale a tu doctor cuál es la cantidad y la presentación (por ejemplo, el citrato de magnesio o el gluconato de magnesio) ade-cuadas para ti. La deficiencia de algunos de estos minerales puede ocasionar calambres en las piernas.
No uses la quinina. Se han do-cumentado problemas graves de seguridad, incluso víctimas mortales, asociados a la quinina. Esta provoca tinnitus, mareos, desorientación, náuseas, cambios visuales y déficits auditivos. También hay pruebas de que la quinina causa serias arritmias cardiacas. Algunas reacciones adversas graves asociadas con el uso de la quinina son:
Reacciones cutáneas, trom-bocitopenia (un descenso de las plaquetas de la sangre que puede causar hemorragias o problemas de coagulación) y otros cuadros hematológicos serios, molestias permanentes en la visión y la audición, hipogluce-mia, insuficiencia renal y anafilaxis generalizada.