Legrado uterino, ¿qué es y cuándo se debe practicar?

El legrado uterino es intervención en la que se raspa el revestimiento del útero y recolecta tejido del interior (endometrio); para ello, se llevan a cabo dos procedimientos que son dilatación y curetaje, esto es, primero se dilata el cérvix (cuello) uterino y a continuación se raspa suavemente el endometrio con un instrumento en forma de cuchara llamado cureta.
Es importante señalar que el raspado del útero tiene diversos objetivos, siendo el más frecuente eliminar los restos uterinos que no se expulsan tras un aborto espontáneo (pérdida de un embrión o feto por causas no provocadas intencional-mente), lo que permite prevenir posibles infecciones internas.
También puede realizarse un legrado uterino para llevar a cabo un aborto provocado (también llamado aborto quirúrgico), es decir, para detener un embarazo de manera voluntaria, eliminando así el embrión junto con el endometrio.
En este caso, los médicos reconocen varias razones por las cuales puede recurrirse a este procedimiento, entre las que identifican problemas en el embarazo que incluyen:
El feto presenta alguna anomalía congénita.
La mujer no desea estar embarazada.
El embarazo es dañino para la salud de la mujer (por lo que se busca un aborto terapéutico).
El embarazo se dio a consecuencia de un evento traumático, como violación o incesto.
Legrado y diagnóstico de cAncer uterino
La práctica de este procedimiento también facilita el diagnóstico de enfermedades como cáncer uterino y, en caso de ser necesario, el tratamiento de miomas, tumores que crecen en la matriz de muchas mujeres (se calcula que 1 de cada 5 mujeres pueden presentarlos durante sus años de fertilidad).
En la mayoría de las pacientes, estos tejidos son benignos (no son cancerosos), pero para saberlo es necesario obtener una muestra de masa uterina mediante legra-do o curetaje y estudiarla bajo el microscopio (biopsia), a fin de descartar cualquier clase de tumor, desde un granuloma (tumor de naturaleza inflamatoria), hasta una neoplasia (formación anormal de tejido nuevo que puede ser benigno o maligno).
Si consideramos que entre los síntomas más comunes de miomas uterinos se encuentran, por ejemplo, necesidad de orinar con mayor frecuencia, sangrado entre periodos, sangrado menstrual anormal, periodos menstrua-les irregulares (duran más de lo habitual o son intermitentes), cólicos y dolor durante la relación sexual, las mujeres que presentan estos signos deben pedir a su médico la mayor información posible sobre la utilidad de someterse (o no) a un procedimiento de dilatación y curetaje.
Casos en que se realiza un legrado
Otro de los casos en que se realiza un legrado es para el tratamiento de pólipos endometriales, crecimientos anormales (con forma de dedo) que se adhieren a la pared del útero; en la mayoría de casos, no provocan síntomas. Sin embargo, pueden causar molestias como menstruación abundante, sangrado vaginal entre periodos o problemas para quedar o mantenerse embarazada.
En estas condiciones, los médicos pueden evaluar la necesidad de extraerlos con el propósito de reducir también el riesgo de sufrir cáncer de endometrio.
Otras razones que llevan a la práctica de un legrado uterino incluyen infección uterina, sangrado después de la menopausia, engrosamiento del útero o incluso, si se identifica la incrustación del dispositivo intrauterino (DIU).
¿Cómo se realiza el legrado?
El raspado del útero con instrumental cortante para la toma de tejido se realiza por vía vaginal y suele llevarse a cabo con anestesia general, aunque también puede practicarse bajo anestesia local (esto significa que si te someterás a un legrado uterino, es probable que seas internada en una clínica u hospital durante algunas horas solamente, de ahí que se considere una cirugía ambu-latoria).
Comúnmente el procedimiento consiste en: Una vez que se anestesia a la paciente, se examina el útero para determinar su tamaño y posición. Las paredes de la vagina se mantienen separadas con un instrumento llamado espéculo (el mismo instrumento usado durante la prueba de Papanicolaou).
Si no estás bajo anestesia general, se insertará un instrumento tanto para posicio-nar el cuello uterino como pa-ra administrar anestesia local. Se introducen en el cuello uterino varillas (dilatado-res) para ensanchar suavemente la entrada del cuello uterino hasta lograr el diámetro correcto.
A continuación, se inserta una cureta en forma de cuchara a través del cuello uterino dilatado y en el útero. Finalmente, se raspa con la cureta el revestimiento del útero. Si el procedimiento se llevó a cabo para obtener muestras de tejido que se estudiarán, éstas se preparan y llevan a un laboratorio para ser analizadas y diagnosticar o descartar cáncer cervicouterino.
¿Cuáles son los riesgos del legrado?
Ninguna intervención quirúrgica está completamente libre de riesgos, por lo que en caso de someterte a un legrado uterino, debes considerar las posibles complicaciones que podrían aparecer.

Cabe señalar, sin embargo, que el periodo posterior (postoperatorio) generalmente transcurre sin alteraciones, salvo leves dolores que pueden aliviarse con la administración de analgésicos.

Ahora bien, en cuanto a los problemas que pueden enfrentarse, destacan:

Reacciones alérgicas a los medicamentos que se utilizan (incluyendo a la anestesia general).
Daño del cuello uterino debido a la dilatación o al uso de instrumentos.
Hemorragia (sangrado).
Infección del útero u otros órganos pélvicos.
Aparición de tejido cicatricial dentro del útero, si el raspado fue excesivo.
Punción o perforación del útero.
Cuando se emplea como método de interrupción de un embarazo, el legrado puede ser causa (a largo plazo y estadísticamente significativa), de infertilidad.
Después del legrado, ¿cuándo puedes retomar tus actividades?
En la mayoría de los casos, este procedimiento dura 15 a 30 minutos, por lo que puedes volver a casa el mismo día si sólo te aplicaron anestesia local. No obstante, se recomienda guardar reposo durante las 24 horas posteriores; pasado este periodo, puedes retomar tus actividades y restablecer tu vida normal entre 5 y 10 días después, aunque durante un tiempo debes evitar levantar objetos muy pesados o realizar grandes esfuerzos.

Igualmente, los médicos recomiendan no tener relaciones sexuales durante una semana o más si es posible; también se debe evitar colocar cualquier objeto en la vagina, incluyendo tampones o duchas vaginales, durante al menos dos semanas.

Si notas cualquier signo de infección (como fiebre, dolor o secreción), consulta a tu médico inmediatamente.

También es preciso señalar que en una mujer que tiene ciclo menstrual, éste se presentará, generalmente, entre los 30 y 40 días posteriores al raspado del útero y, a partir de ese momento, el organismo retomará su periodo de ovulación.

Evidentemente, el legrado uterino es uno de los procedimientos más comunes en materia de salud femenina, por lo que comprender su utilidad es de gran ayuda para toda mujer y en cualquier etapa de su vida.