Revelan salas ocultas en tumba de Tutankamón

La antigua civilización egipcia ha intrigado por años a los exploradores, arqueólogos e historiadores que han dedicado su vida a estudiar a esta cultura.
Tal vez uno de los faraones más conocidos sea Tutan-kamón, tanto por el descubrimiento de la tumba en 1922 por Howard Carter, la supuesta maldición que cayó sobre quienes la encontraron y por la cantidad de riquezas que había en su interior, que no sólo arrojó luz en aspectos desconocidos de esta sociedad, también despertó el interés por la egiptología. Hoy en día se sigue explorando su tumba y el análisis realizado con escáneres reveló que en la sala funeraria existen dos habitaciones más, que habían permanecido ocultas y que podrían contener metal o restos orgánicos. El hallazgo podría aumentar los rumores de que una de las cámaras contiene los restos de la famosa reina Nefertiti. Mamdouh el-Damaty el ministro de Antigüedades Egipto, se negó a comentar si las salas podrían contener un tesoro o momias. El estudio japonés mostró salas que podrían volver a ser esca-neadas a finales de mes para obtener una mejor idea de cuál podría ser su contenido, agregó. «Esto supone un redescubrimiento de Tutan-kamón (…) Para Egipto es un gran descubrimiento, que podría ser el descubrimiento del siglo», dijo el-Damaty. «Es muy importante para la historia de Egipto y para el mundo».
El egiptólogo británico Nicholas Reeves especula que Tutankamón, que falleció a los 19 años, podría haber sido enterrado en una cámara exterior de la que originalmente era la tumba de Nefertiti, que todavía no se ha encontrado. De Nefertiti solo se tiene el busto que se exhibe en uno de los museos más importantes de Berlín, por lo que encontrar sus restos en una de estas salas arrojaría luz a uno de los periodos más turbulentos de la historia del antiguo Egipto, cuando el faraón Akenaton intento imponer una religión monoteísta por primera vez en esta región. Reeves formuló su teoría después de que imágenes de alta resolución descubrieron lo que dijo eran líneas rectas en la tumba del faraón. Estas líneas, que antes estaban ocultas por el color y la textura de las piedras, indican la presencia de una cámara sellada, apunta. Las imágenes fueron transmitidas en vivo por la televisión nacional el pasado septiembre. En la conferencia de prensa de El Cairo, el-Damaty destaco que los escáneres de radar mostraron anomalías en los muros de la tumba, indicando la presencia de una posible puerta oculta y las salas, que estarían detrás de paredes cubiertas por jeroglíficos. Si bien formalmente se define que la Dinastía XVIII finaliza con el reinado de Horemheb, se puede afirmar con un alto grado de certeza que el joven Tutankamón fue el último faraón de sangre real de la dinastía. Ascendió al trono después del periodo de Amarna y devolvió a los sacerdotes de Amón la influencia y el poder que habían poseído antes de la revolución religiosa y política de Akenatón. Durante su corto reinado estuvo en manos de Ay y Horemheb, que se repartieron el poder: Ay administró Egipto y Horemheb manejó el ejército. Su reinado se caracterizó por un retorno a la normalidad en el plano socio-religioso después del interludio protagonizado por el monoteísmo de Akenatón. Dicho retorno fue paulatino, restaurando el culto en los templos abandonados de dioses como Amón.
Osiris o Ptah, colocando en funciones a la casta sacerdotal y permitiendo la celebración de los ritos pertinentes. En el plano artístico, los cánones inaugurados bajo la égida de Amarna seguirían fluyendo hasta fundirse con los patrones tradicionales del arte egipcio. En las imágenes oficiales, la imagen del joven rey sería enfatizada constantemente junto a su Gran Esposa Real conjugando la herencia visual de Amarna (las imágenes de intimidad familiar de la pareja real visibles en tronos, sillas, cofres, etc., encontrados en la tumba real) con el mensaje político oficial de continuidad de la dinastía, claramente visible por la profusión de imágenes de Anjesenamón.