Cirugía para corregir glaucoma: Al rescate del ojo

Esta enfermedad, caracterizada por el aumento de la presión ocular, provoca lentamente la muerte de las células nerviosas de la retina (tejido en que se forman las imágenes al interior del ojo) con la consecuente pérdida progresiva de la vista. “En términos generales se trata de proceso lento, por lo que el diagnóstico y tratamiento temprano son cruciales para conservar la capacidad visual”, refiere el Dr. Ernesto Ramos Gutiérrez, quien es egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especializado en Oftalmología en el Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), localizado en la capital del país.
Cabe destacar que, de manera normal, el ojo se baña con el humor acuoso, es decir, líquido que fluye dentro y fuera del órgano. En los pacientes con glaucoma, dicho proceso se efectúa de manera lenta y ello favorece la acumulación de dicha sustancia; en consecuencia, la presión al interior del globo ocular se incrementa.
Al no controlarse dicha situación, daña al nervio óptico, de ahí que los tratamientos se encaminan a bajar la presión. “Es muy importante aclarar que tanto la aplicación de gotas oftálmicas como los procesos quirúrgicos pueden salvar la vista, pero no mejora ni restaura la visión dañada”, aclara el especialista.
Dos métodos
De acuerdo con el entrevistado, el glaucoma crónico casi siempre se controla con gotas, pero de no ser así, se tiene como alternativa la cirugía convencional o con láser. Para la primera se requiere instrumental muy fino, “pues la finalidad es remover parte de la pared del ojo para dejar diminuto agujero a través del cual pueda drenar el humor acuoso, y después sea absorbido en la corriente sanguínea”.
Mediante el procedimiento descrito es posible reducir la presión ocular e, incluso, en algunos casos el oftalmólogo coloca válvula especial con ayuda de pequeño corte.
“Algunos dispositivos actúan como reguladores de la acumulación de líquido en el ojo; así, en el momento en que la presión ocular sube mucho, la válvula se abre y permite que el fluido salga para que sea reabsorbido”, añade el Dr. Ramos Gutiérrez.
En cuanto a la técnica láser, el facultativo comenta que existen tres variedades:
Trabeculoplastía de láser de argón.
Es el método más común a base de láser y generalmente se usa para el tratamiento del glaucoma de ángulo abierto, es decir, aquel de progreso lento. Durante el procedimiento, el paciente se sienta frente a la máquina emisora de láser, mientras un punto del haz de luz se dirige a un lente de contacto especial que se sujeta en el ojo.
El resultado: se libera líquido y se alivia la presión.
Trabeculoplastía de láser selectivo. Tratamiento relativamente nuevo cuyo funcionamiento es similar al anterior.
Iridotomía de láser periférica. Se utiliza frecuentemente para el tratamiento del glaucoma de ángulo estrecho (provoca incremento súbito de presión ocular). Esta variante de la enfermedad se presenta cuando el ángulo que se encuentra entre córnea (estructura en forma de cúpula que se halla en la parte frontal del globo ocular) e iris (porción de color en el ojo) es muy pequeño. El cirujano utiliza el láser para hacer diminuto agujero en el iris, lo cual permite que el líquido fluya libremente dentro del órgano de la visión.
Añade el oftalmólogo: “Existe otro método llamado ciclofotocoagulación, el cual consiste en congelar las partes seleccionadas del ojo que producen el humor acuoso y, por tanto, reduce la producción del líquido. Se realiza sólo en pacientes con daño severo debido al glaucoma, y en quienes otras cirugías no resultaron exitosas”.
A tomar en cuenta
Es pertinente señalar que al candidato a la técnica de incisión para corregir glaucoma se le recomienda que no ingiera ácido acetilsalicílico, medicamentos antiinflamatorios ni productos naturistas 10 días antes de la intervención, ya que así es posible prevenir alguna complicación, por ejemplo, hemorragia.
“También es importante que tome en cuenta que la trabeculoplastía de láser alivia a menudo la presión intraocular, pero la efectividad de la técnica se puede acabar con el tiempo. En la mayoría de los casos se necesitan medicamentos para controlar y mantener la presión ocular, aunque en menor medida”, acota el Dr. Ramos Gutiérrez.
En cuanto a los cuidados postoperatorios, el especialista recomienda seguir al pie de la letra todas las indicaciones del cirujano, entre las que se encuentran:
Usar parche o venda para cubrir los ojos durante el tiempo indicado por el especialista.
Utilizar las gotas para los ojos que se hayan prescrito, ya que le ayudan a prevenir infecciones e inflamación.
No realizar actividades que expongan el ojo al contacto con el agua, como nadar.
Abstenerse de cargar objetos pesados, hacer esfuerzos y conducir, hasta que el médico lo autorice.
Reanudar actividades normales una vez que el cirujano lo recomiende.
Si bien la cirugía para tratar el glaucoma aporta buenos resultados al paciente en cuanto a control de la presión ocular y disminución de medicamento, es preciso que siga al pie de la letra su tratamiento y no se confíe en que la intervención quirúrgica resolverá todo. Recuerde que la visión perdida jamás se recupera.