Cómo reducir los cólicos menstruales

Los cólicos menstruales son un problema muy frecuente en el 50 al 90 % de las mujeres en edad fértil.
El dolor durante la menstruación surge a causa de los calambres en los músculos de la pared uterina, similar a los calambres musculares que podrías sentir en otras partes del cuerpo mientras te ejercitas.
Las contracciones musculares fuertes y prolongadas en el útero provocan estos calambres.
Los cólicos normalmente empiezan 1 a 2 días antes de la aparición del sangrado y disminuyen 1 a 2 días después de dicha aparición. Por lo general, se manifiestan como un dolor pélvico (o en la parte inferior del abdomen) agudo, intermitente y de intensidad variable.
En ocasiones puedes sentirlos como un dolor leve y constante.
El dolor puede extenderse hacia la espalda, los muslos y la parte superior del abdomen. También podrías experimentar dolor de cabeza, fatiga, náuseas o diarrea.Si experimentas cólicos moderados o severos, a continuación te mostramos algunas soluciones para reducirlos.
Toma medicamentos de venta libre. Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno o el naproxeno son los medicamentos más utilizados para tratar los cólicos menstruales dolorosos.
Los AINE actúan bloqueando las contracciones que provocan los cólicos. El ibuprofeno es el más común de ambos. Puedes tomar 400 a 600 mg de ibuprofeno cada 4 a 6 horas u 800 mg cada 8 horas, teniendo en cuenta una dosis máxima de 2400 mg al día.
Debes empezar a tomarlos cuando empiecen a manifestarse los síntomas y continuar la dosis durante 2 a 3 días si es necesario, dependiendo del patrón de los síntomas.
Prueba algunas marcas de ibuprofeno como Advil y Motrin. En cuanto al naproxeno, prueba marcas como Aleve.
Infórmate sobre los anticonceptivos hormonales. Si los remedios naturales, la dieta y la nutrición, los ejercicios y los AINE no alivian los cólicos de manera satisfactoria, los anticonceptivos hormonales pueden ser útiles para ti. Existen muchos tipos y formas que pueden hacer que la menstruación sea más ligera y menos dolorosa.
El método que elijas depende de tu salud general, prácticas sexuales y preferencias personales y financieras. Discute con tu doctor las opciones disponibles.