Derecha oportunista: ¿Periscope o Big Brother?

Acaba de aparecer una nueva forma de fisgonear impúdicamente a través de los teléfonos celulares. Los fruncionarios neo nazis de la delegación Miguel Hidalgo de la CDMX emplean la aplicación Periscope? para grabar los desvalimientos, apuros, angustias de la población. Suben las imágenes a la red y alegan que deben ser protegidos por derechos humanos.
?Es la manera en la que está retornando a la política panista de la CDMX El Gran Hermano de Georges Orwell, a través de la imprudente Xóchitl Gálvez y el aborto hitleriano Arne aus den Ruthen Haag, formado en el nido de las serpientes fascistas de la Delegación Benito Juárez.
Los populistas de derecha se revelan en algunas actitudes: confunden eficacia con impertinencia; desconocen las reglas básicas del Estado de Derecho; exhiben su desagradable demagogia ante el populacho, usando un lenguaje procaz que no les queda; son anticlimáticos y acaban por ser más molestos que una hemorroide estrangulada.

Xóchitl se ha abierto paso a mentadas de madre

Ante las quejas, la Comisión de Derechos Humanos citadina reaccionó con un argumento impecable: la Delegada y su City Manager –¿así se llama el cargo?– violan los derechos humanos, la seguridad jurídica, la honra, la protección y la imagen.
La Ley jamás podrá ponerse del lado de la demagoga pachuquita que alega «no buscar exhibir a los infractores a través del Periscope, sino documentar lo que hace la Delegación».
La charlatana del Mezquital y su neonazi de bolsillo alegan que el punto es sorprender, asustar a la población para que así las autoridades bajo sus órdenes reaccionen de inmediato para desfacer entuertos y se movilicen rápido, porque se sienten grabados y, luego, expuestos ante la opinión pública. «Porque esa Delegación era un desmadre» antes que ellos llegaran.
Lo peor es que, connotados levantacejas que lo mismo usan el micrófono para un barrido que para un trapeado, depende lo que e$té de por medio, apoyan de inmediato la postura de la demagoga cruzazulina, que se ha abierto paso a mentadas de madre, apantallando bobos. Piden a grito abierto que se someta a debate «el derecho humano» de usar el Periscope.

Por el Arco del Triunfo la regla universal
del Derecho

Aunque esté juzgándose inadecuadamente el derecho a la privacidad y a la integridad personal. Aunque se pase por el Arco del Triunfo la primera regla universal del Estado de Derecho, que rige en todos los países civilizados del mundo: los ciudadanos pueden hacer todo lo que la ley no prohíbe; las autoridades, sólo aquello que la ley les autoriza.
¿La ley autoriza a Xóchitl Gálvez, una aventurera política, y a su City Manager, el neonazi Arne aus den Ruthen Haag, a avasallar los derechos humanos, la vida privada, la dignidad y la libertad de los ciudadanos?
Lo que estamos presenciando, ante los estropicios de foxistas y calderonistas de postín, privilegiados toda su vida con cargos y haberes públicos inmerecidos, es el bárbaro retorno del Big Brother, algo que creíamos enterrado desde la psicosis de la ultraderecha de George W. Bush.

Banalizar los conflictos,
ridiculizar a los ciudadanos

Lo peor es que los mercachifles que pontifican en los medios radioeléctricos les hacen la talacha, les refuerzan su jueguito y contribuyen a demoler cualquier defensa ciudadana ante los tribunales establecidos. El reino del Periscope, por encima del imperio de la Ley. ¡Vaya ignorancia!
A golpe de desvaríos y distractores, panistas, neonazis y «comunicadores» buscan opacar los triunfos de los gobernantes de la CDMX: el liderazgo en la lucha contra el cambio climático; la nueva Constitución social y democrática de la capital nacional; la desindexación del salario mínimo; la adopción en los Estados y países de sus programas sociales emblemáticos; los reconocimientos internacionales sobre habitabilidad e interconectividad, etc.
La consigna es que todo eso se vaya al cuerno. Ejemplarizar los dislates, banalizar los conflictos, ridiculizar a los ciudadanos, atizar las reyertas entre servidores del mismo equipo pero diversa procedencia, dar al traste con todo lo logrado, jalar la atención hacia lo cutre.? Ése es el punto. No ejemplarizar ni destacar lo logrado.
Detrás de magnificar los demagógicos berrinches de la inefable Xóchitl Gálvez, la que tronaba contra el asistencialismo y llegó a ser la más nefasta de las asistencialistas durante el foxismo –junto a su inseparable Marta Sahagún, de infames recuerdos– está la real intención de frenar en medios la imagen de la nueva CDMX, a cambio de Su Majestad: el «chayote».

¿La diablilla cojuela en la delegación Miguel Hidalgo?

El antecedente inmediato del Periscope digital es el detestable personaje de El diablo cojuelo?, joya de la picaresca del Siglo de Oro, aparecida en 1641 y debida al genio del español Luis Vélez de Guevara. Su ruin protagonista tenía el poder de levantar a medianoche los techos de las casas de Madrid para saber qué estaba ocurriendo dentro de ellas.
La trascendencia del fisgón de Vélez, espía de los vecindarios, quedó asegurada cuando el Príncipe de Talleyrand, canciller de Bonaparte, quien junto con el temible policía Fouché era dueño de los secretos de alcoba, fue señalado como el «diablillo cojuelo», remoquete con el que pasó a la historia.
El origen del ostentoso defecto de cojera, viene de una clásica leyenda del rey Salomón, en la cual se relata que consiguió encerrar en una botella a todos los espíritus malignos, menos a un cojo que, al final, consiguió liberar a los demás en su condición.
Se cree que la cojera de este pequeño diablillo se debía a que cuando se produjo la famosa rebelión contra Dios, y los ángeles rebeldes fueron expulsados del cielo, éstos cayeron encima de él, rompiéndole la pierna, causándole una cojera que arrastrarla para siempre.

Y la autoridad se transmuta en vulgar balconeadora

Nuestra ciudad y el mundo se haya hoy expuesta al registro del ojo de El Gran Hermano, suspendido sobre nuestras cabezas, que no sólo ve, sino también, como una araña laboriosa, segrega los filamentos para tejer la red invisible y expuesta al ludibrio público, en la que vamos quedando atrapados.
Así, lo que persiguen los populistas demagogos de la Miguel Hidalgo, es que, desde su pantalla particular, el ciudadano pueda ver lo que hace un grupo de ciudadanos, hombres y mujeres, sometidas a una vigilancia exacerbada y mentecata, en aras de la ambición de dos truhanes, apoyados por loritos del micrófono de igual estofa.
Es como si quisieran entrenar a cualquier espectador a convertirse en nefasto espía de extraños. Como si creyeran que la función de la autoridad y su nueva tarea sea transmutarse en vulgar balconeadora de las intimidades e integridades.
Es pretender echar para atrás, a toda costa, los avances que, en materia de tolerancia, no discriminación y rechazo a la violencia y al maltrato han conseguido sus «compañeros» en otras áreas del gobierno de la CDMX, que procuran defender elementales derechos ciudadanos.
En los peores momentos internacionales le sirven de paniaguados a candidatos republicanos como Trump, que sueñan con volver a ser los «policías del mundo». Aquí, la derecha retardataria y el gobiernito federal le siguen haciendo el caldo gordo.
El peor enemigo de un progresista, es un oportunista. Unos bobos ignorantes, con la peor iniciativa.

Índice Flamígero: Del Imperio viene la aclaración: Lozoyita “no está prófugo en Disneylandia”, como se escribió aquí. Su familia vive desde hace un par de años en Nueva York; sus hijos van a una escuela Montessori del West Side… “¡y para pasar sus fines de semana, posee una mansión en The Hamptons”, la zona de veraneo de los milmillonarios, ubicada al este de Long Island. ¡La gran vida! ¡Y sin haber estudiado! ¡Ah, pero eso sí, cómo ha robado!”.