Beltrones, en el centro de las envidias

La única ocasión que tolucos y pachuquitas abrieron el ostión del Grupo Atracomulco para dejar pasar a algún gentil de diversa procedencia, raza, madera y estilo, fue cuando decidieron que Manlio Fabio Beltrones ocupara la dirigencia del PRI. El lugar adecuado para el sonorense, ¡en el peor momento del «sexenio»!
Nadie sabe dónde estaba metido el diablo cuando esa decisión se adoptó en los altos niveles de los «padrinos» de la ralea gobernante. Lo que es un hecho es que fue a contrasentido de su moneda de cuño corriente. Todo indicaba que el peñanietismo se había decidido por algún familiar del Grupo o un periquillo menor, una pieza que necesitaba –como todos ellos– el barniz político. Algo así como El Niño Nuño.
En desayunaderos y comederos llegó a fabularse que el Secretario de Gobernación Oso…rio Chong dejaría el cargo en manos responsables y experimentadas para encauzar su carrera hacia Los Pinos, desde los mandos del partidazo, toda vez que para eso había sido diseñado. Se opuso el de siempre, Vi(rey)garay, con una envidia brutal.
Eso, a pesar de que no contaba con una sola credencial o siquiera una carta menor en su baraja, pues todos coincidían en que ya había destrozado la economía nacional, la planta industrial y cualquier posibilidad de empleo, el antiguo palafrenero y mozo de estoques de Pedro Aspe, se salía con la suya.
Llegó a meter en los oídos de su rehén mayor, Peña Nieto, que desde Gobernación Oso…rio había confabulado con Beltrones, como líder de la Cámara de Diputados, formando una mancuerna que en la oscuridad se oponía a todos los proyectos de la tolucopachucracia que no convinieran a sus intereses.
La intriga de Vi(rey)garay falló, pues en la práctica se demostró que todas las ocurrencias constitucionales, legales y reglamentarias del peñanietismo transitaron por San Lázaro «como Juan por su casa». Que Manlio Fabio no era un obstáculo, sino acaso el mejor aliado, por leal, disciplinado y eficiente.
Nuño aprovechó el error de Videgaray para echar su cuarto a espadas e intrigar al Secretario de Hacienda con Peña Nieto, quien llegó, incluso, a pedirle la renuncia, por su conducto. El documento nunca pasó del escritorio de Nuño, porque en ese momento se atravesaron dos pequeñas cuestiones: Ayotzinapa y Tlatlaya, que voltearon todo de cabeza.
¿Obstáculos de la tolucopachucracia?
¡Ellos mismos!
El asunto de las casitas blancas, la de Lomas de Chapultepec y la de Malinalco… el fracaso de la maniobra contra los chinos en el tren bala a Querétaro, cuya licitación habían ganado los orientales y se la quisieron entregar a Higa, la constructora presidencial, y a algunos parientes de Carlos Salinas de Gortari… el escatológico caso de OHL… y todas las imprudencias, se juntaron en un coctel explosivo y paralizante.
Con todo en contra, los tolucos y pachuquitas seguían colocando al frente de las posiciones más delicadas del aparato a puros improvisados, pero eso sí: paisanos. Todos los enroques, sustituciones y movimientos laterales eran en favor de egresados del Valle de Toluca o de la barbacoyera Pachuca, como si esto fuera garantía de eficacia para que los «moches» fluyeran sin cortapisas.
Todas las obras, los proyectos de infraestructura, los diseños de grandes negocios seguían siendo para los mismos favorecidos, desdeñando cualquier alternativa viable. Todo el entrambulique debía quedar entre ellos mismos, como si no hubiera más sobrevivientes en su mundito de fantasía.
Aún así, seguían manejando el argumento de que soltarle a cualquiera el partido oficial era apoderarlo, en automático, de la llave maestra para despejarle el camino presidencial. Los Atracomulcas se mostraban recelosos..y catatónicos. Sin embargo,? el tiempo demostró que estaban equivocados: el verdadero obstáculo para cualquier iniciativa política eran y siguen siendo ¡ellos mismos!
¿Atado a las vísceras veleidosas de Los Pinos?
Un año después de los macabros acontecimientos de represión, masacre y barbarie de Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingán y Tanhuato, el sonorense Beltrones asumió por fin la dirigencia del PRI. El priísta hizo realidad su divisa de permanecer en el equipo, pero sin depender directamente de los caprichos presidenciales.
Sabía muy bien que su suerte no podía jugarla a un estado de ánimo. Quiso siempre esquivar el mal trago de verse renunciado o removido en alguna dependencia burocrática o ir a desempeñar un cargo diplomático en la Ruta Revlon, en la Baygón o, peor aún, en la Taco Bell de las relaciones exteriores. Podía haber sido, desde embajador en Europa, hasta Cónsul en Little Rock, la capital de Arkansas.
Para un político práctico, operador natural, todos los destinos eran iguales. En todos, iba a estar atado de manos ante cualquier imponderable, surgido de las vísceras veleidosas de Los Pinos . Y no es su estilo. Quería estar en la línea de batalla y allí llegó. Desgraciadamente, en el peor momento del tricolor.
Una prima y un tesorero, cuñas para el sonorense
A escasos minutos de haber tomado posesión del ex partidazo, supo que no sólo la sobrina de Alfredo del Mazo y ex esposa del ahora titular de la Profeco, Carolina Monroy, sería la poderosa secretaria general, sino que Luis Vega Aguilar, secretario de Finanzas de «su» Comité Ejecutivo Nacional, sería el único conducto de Vi(rey)garay – Peña Nieto para que llegaran los recursos. Todo un trabuco. Un enredo: con el sello de la pandilla: «un político pobre, es un pobre político», que como divisa les dejó Carlos Hank.
Dinero, sí, sólo a través de Vega Aguilar, no obstante que las arcas rebosan, ya que Phil Jordan, ex director de Inteligencia de la DEA, había señalado –en una famosa entrevista? a la cadena Univisión– que «El Chapo» Guzmán y, entre otros narcotraficantes, Rafael Caro Quintero, habían aportado los mayores recursos a la campaña presidencial de Peña Nieto. Jordan reveló que, ya en el poder, los de Atracomulco, habían recibido miles de millones de dólares por ese conducto del trasiego. Con esa vergüenza a cuestas, la pandilla seguía empujando hacia adelante… hacia ningún sitio.
No le reconocerán los triunfos electorales que alcance
En el desempeño de su difícil cometido, Manlio Fabio Beltrones ha tenido en contra a las cabezas mayores de la burocracia. Todos quieren los pedazos del pastel a su manera. Siempre entrometiéndose en las jugadas estratégicas, siempre estorbando al sonorense para los comicios de este 2016 año en las trece gubernaturas.
En Colima fue preciso que el sonorense echara mano de su aparato de operadores comprobado, para sacar adelante una difícil encomienda: sentar a un mozo de Videgaray –con quien operó enorme$ favore$ para Televisa– en la silla gubernamental. Y lo logró.
Dados los antecedentes de Beltrones, demostrados durante ocho sexenios de lucha, es muy probable que salga airoso en la mayoría de las doce peleas que se avecinan para el 5 de junio. Pero lo que desde ahora se puede apostar, es que no le será reconocido el esfuerzo en las cavernas de la tolucopachucracia.
Sería insensato pensar lo contrario. Para ellos, todo debe ser albarda sobre aparejo, tope donde tope.
Aunque la opinión política priísta piense exactamente lo contrario. Aquí no hay más que dos sopas, y la otra, según ellos, ya se terminó. Solo una vez abrieron el ostión. Para ellos, Beltrones seguirá estando en el ojo de las envidias. En el centro de todos los miedos.
Si la tarea se hace bien, mal. Si se hace mal, peor.? La estulticia es el juego.
Índice Flamígero: Fue el mismísimo Oso…rio Chong quien pidió en Los Pinos hacerse cargo, cien por ciento, de la elección en Hidalgo. Como ya le he comentado, proponía de inicio a Nuvia Mayorga como la candidata priísta, pero en las encuestas que elabora para el PRI el hijo de la añorada María de las Heras, a aquella no le alcanzaban los números. El Chino optó entonces por Omar Fayad. Pero también pidió –y le concedieron– que, para que no estorbara o hiciera berrinche y/o berrieta, a El Llorón David Penchyna le dieran la dirección general del Infonavit, que ya le habían encomendado, desde diciembre, al sonorense Jesús Alberto Cano Vélez. + + + Pero el ocupante del viejo palacete de los Covián no sólo está operando en Hidalgo –¿le alcanzará el tiempo o ya tiró el arpa en la tarea con la que nunca ha podido?–, también en Veracruz donde no ha dejado solo a su antiguo compañero de establo –el de la profesora Elba Esther Gordillo–, Miguel Ángel Yunes Linares. Desde el inicio del sexenio, el veracruzano se maneja con escoltas del gobierno federal que le provee el hidalguense. Ahora, también, le entrega información recogida por el CISEN para que ataque a los priístas, sobre todo a su fobia número dos: Javier Duarte. ¿Juega Oso…rio las contras al PRI? Sí, como lo ha hecho desde que al CEN llegó Beltrones. + + + Otra selección de candidatos priístas en la que se “atravesó” Oso…rio fue la de Oaxaca. Tras una infortunada entrevista de El Niño Nuño con Alejandro (Murat), el padre de éste fue a reclamar a Los Pinos por qué querían desterrarlo del país –-se pasará un año de “luna de miel” en Nueva York– y a hacer un escándalo en las oficinas de Francisco Guzmán. Enterado Peña, preguntó las razones del enojo del controvertido ex gobernador y Oso…rio se lo relató, argumentando además que Pepe “es amigo”, que “ha ayudado”, etc. Y Murat consiguió entonces la candidatura para su hijo. A quien dejó colgado fue al líder empresarial Gerardo Gutiérrez Candiani, a quien ya le habían prometido Vi(rey)garay y el propio EPN que él sería “el bueno”. + + + ¡Ah!, y por cierto. Hoy es el cumpleaños del casi nonagenario PRI.