Psicólogos, con grandes retos frente a enfermedades terminales: Rodríguez Leyva

Los profesionales de la psicología interesados en el área de la salud, tienen una gran tarea en la reintegración social y en la rehabilitación de enfermos con padecimientos crónicos y con problemas como el Parkinson y el Alzheimer destacó el doctor Ildefonso Díaz de León, especialista en neurología y catedrático de la Facultad de Medicina de la UASLP, quien impartió la conferencia: Manejo interdis-ciplinar de la enfermedad de Alzheimer, ante estudiantes de licenciatura y posgrado de la Facultad de Psicología.
El especialista, destacó que el amor es la clave que se debe dar a la familia y a quien padece una enfermedad crónica degenerativa o problemas como Alzheimer, pues para evitar que haya mucha depresión entre la familia y amigos, se debe entender que: “si no se puede curar, se puede consolar”.
Apuntó que durante mucho tiempo los enfermos se pueden mantener con una calidad de vida buena, y saludable; pues para ello los médicos recetan una serie de fármacos que permiten mantener la calidad de vida de los enfermos dependiendo de su organismo, por ello aclaró: “no se debe enterrar al paciente”.
A decir del neurólogo, los psicólogos que se desenvuelven en el campo de la salud, pueden apoyar a los médicos en el proceso de aceptación de la enfermedad, tanto del paciente como de su familia, pues muchas veces se ven casos en que los cuidadores del enfermo mueren antes que este o posterior, debido al desgaste que representa no entender los procesos de la enfermedad.
Para ello, les pidió documentarse y realizar propuestas de terapias para que ayuden a los familiares de los enfermos a aprender a aceptar los padecimientos de cualquier tipo, señaló que él como investigador, ha descubierto que si un enfermo puede disfrutar de los momentos que le quedan junto a su familia y seres queridos, podrán entender que el amor es algo que no se debe limitar y mejorará el estado de ánimo del paciente.
Finalmente aseguró que los psicólogos deben sumarse a la difusión de la cultura de las buenas prácticas en las personas, como son: la promoción de una vida saludable, mantener sanos hábitos alimenticios, evitar el cigarro y el alcohol, así como realizar ejercicio de forma constante.