Disgeusia o cuando el sentido del gusto se altera

Desde que abrimos los ojos hasta el anochecer, su participación es indispensable para disfrutar de todo lo que ingerimos, aunque pocas veces lo valoramos como debe ser.
Me refiero al sentido del gusto, ese que nos permite percibir, por ejemplo, el sabor del café exprés con que iniciamos el día, del pescado a la plancha que preparamos en la comida, de nuestro vino favorito y hasta el de la dulce pastilla que nos refrescó el aliento.
Pero no sólo abre la puerta a un mundo de deliciosos (o insípidos) alimentos o bebidas, también constituye herramienta que protege nuestra salud, pues nos ayuda a evitar sustancias potencialmente tóxicas.
Para ello, establece estrecha relación con el sentido del olfato (el sabor resulta de una combinación de ambos); de hecho, la mayoría de personas que acuden al médico porque suponen que han perdido la capacidad de detectar sabores, se sorprenden al saber que en realidad presentan una afección del olfato.
La lengua puede identificar si algo es dulce, salado, ácido y amargo; sin embargo, mucho de lo que se percibe como “sabor” es simplemente olor, de manera que quien experimenta problemas con el sentido del gusto a menudo sufre un trastorno del olfato que le impide identificar el aroma o sabor de los alimentos.
Cuando masticamos la comida, ésta suelta aromas que activan el sentido del olfato por medio de un canal especial que conecta el techo de la garganta con la nariz. Si este conducto está bloqueado como, por ejemplo, cuando ocurre congestión nasal por un resfriado o gripe, los olores no llegan a las células sensoriales en la nariz que son estimuladas por los olores. En consecuencia, disfrutamos mucho menos del sabor de la comida.
Uno de los trastornos del sentido del gusto es la disgeusia, y aunque se habla poco de ella, puede afectar seriamente la calidad de vida; una persona que sufre esta afección se queja por la sensación de tener en todo momento un sabor malo, salado, rancio o metálico en la boca. En ocasiones, ocurre al mismo tiempo que el síndrome de la boca ardiente, problema médico en el cual el paciente experimenta síntomas de dolor y ardor en la boca.
Si los alimentos te parecen cada día más insípidos y has dejado de disfrutarlos, conviene que acudas al médico (otorrinolaringólogo) para que te realice una evaluación completa, determine qué tan grave es el problema y establezca el tratamiento a seguir.
Un sentido distorsionado del gusto puede ser un factor de riesgo para enfermedades que requieren una dieta específica (afecciones del corazón o diabetes, por ejemplo); además, cuando se altera el sabor, las personas pueden comer muy poco, perder peso e incluso sufrir desnutrición, mientras otras ingieren demasiado y llegan a presentar obesidad.
Si crees que tienes algún trastorno del gusto, habla con tu médico. También puedes encontrar más información sobre el tema en el artículo Los sinsabores de olfato y gusto, ¡revísalo! La disgeusia es un síntoma semiológico que denota alguna alteración en la percepción relacionada con el sentido del gusto. El término «disgueusia» se considera incorrecto. La disgeusia comporta un cambio perceptivo del sabor de los alimentos y bebidas. En algunos casos, el cambio en el sabor es muy radical y apreciablemente repulsivo. Las causas de disgeusia son variadas. Frecuentemente se asocian a otros trastornos neurológicos. Las mismas se dividen básicamente en neurológicas centrales o periféricas, y en temporales o definitivas. La percepción es la manera en la que el cerebro de un organismo interpreta los estímulos sensoriales que recibe a través de los sentidos para formar una impresión consciente de la realidad física de su entorno.conjunto de procesos mentales mediante el cual una persona selecciona, organiza e interpreta la información proveniente de estímulos, pensamientos y sentimientos, a partir de su experiencia previa, de manera lógica o significativa. filosofía, la percepción es la aprehensión psíquica de una realidad objetiva, distinta de la sensación y de la idea, y de carácter mediato o inmediato según la corriente filosófica (idealista o realista). Los primeros estudios científicos sobre percepción no comenzaron sino hasta el siglo XIX.[cita requerida] Con el desarrollo de la fisiología, se produjo el primer modelo que relacionaba la magnitud de un estímulo físico con la magnitud del evento percibido, a partir de lo cual vio su surgimiento la psicofísica.