Anticonceptivos hormonales: Libertad de decidir

A lo largo de su existencia, la humanidad ha buscado métodos que le permitan controlar la fertilidad con seguridad (sin repercusiones para el organismo) y eficacia (evitan el embarazo con la mayor efectividad posible). No obstante, y aunque los primeros anticonceptivos fueron creados varios siglos antes de nuestra era, es hasta nuestros días que podemos presumir la existencia de procedimientos altamente eficientes.
“Mucha gente sigue pensando que los métodos más efectivos son los permanentes, es decir, la vasectomía en el hombre y la oclusión tubaria bilateral o salpingoclasia en la mujer, pero no es así”, explica el Dr. Samuel Santoyo Haro, médico ginecobstetra adscrito al Hospital Luis Castelazo Ayala del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), localizado en la Ciudad de México.
Todavía no se ha creado un método anticonceptivo que tenga una eficacia del 100% y que esté libre de efectos secundarios, señala el también catedrático en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (Distrito Federal) pues incluso “hay mujeres y hombres que se han sometido a cirugía para sellar los conductos que permiten el paso de óvulos o espermatozoides, y llegan a tener hijos debido a una mala técnica”.
En este sentido, indica que diversos estudios han mostrado que los métodos anticonceptivos temporales tienen prácticamente la misma eficacia que los definitivos. En concreto, menciona a los de tipo hormonal (pastillas, inyectables y parche en la piel, entre otros) como ideales para mujeres en edad reproductiva.
Breve introducción
El Dr. Santoyo Haro explica que un método anticonceptivo consiste en el uso de procedimientos naturales o artificiales, temporales o definitivos, para impedir la fecundación de manera voluntaria. Así, aclara, “por definición, ninguno de ellos es abortivo”.
De manera específica, los temporales se dividen en cuatro grupos:
Naturales. Ejemplo de ellos son el coito interrumpido, la calendarización de los días fértiles o la revisión del moco cervical. Su efectividad es muy baja, generan insatisfacción sexual y no previenen infecciones de transmisión sexual (ITS).
De barrera. Los principales son el condón masculino y el femenino, y aunque no tienen el índice de efectividad anticonceptiva más alto (aproximadamente 80%), previenen el contagio de ITS.
Intrauterinos. Son dispositivos que se colocan dentro del útero (DIU) y se consideran de alta eficacia. Se han dejado de fabricar con los materiales tradicionales (cobre y plata) porque sus efectos secundarios eran muy pronunciados (sangrado menstrual abundante y por muchos días), y ahora se elaboran otros nuevos que liberan hormonas.
Hormonales. Están respaldados por varias décadas de investigación y los hay en diferentes presentaciones. Ofrecen confidencialidad y son los que poseen el índice de efectividad más elevado.
En todo caso, indica el facultativo, “la pareja ideal es la que forman el preservativo y un método anticonceptivo hormonal; utilizándolos juntos se logra altísimo índice de eficacia anticonceptiva y se previene el contagio de infecciones”.
Hormonales vistos a fondo
Los anticonceptivos que forman parte de este grupo son los orales (pastillas), inyecciones, anillo vaginal, parche anticonceptivo, implante subdérmico (se coloca debajo de la piel) y DIU hormonal. Todos poseen dos tipos de hormonas (estrógenos y progestinas), salvo los dos últimos, que sólo incluyen progestinas.
De acuerdo con el Dr. Samuel Santoyo, “cada vez hay menos contraindicaciones y casi toda mujer en edad reproductiva puede emplear estos métodos. Empero, no se administran en quienes tienen cáncer de mama o antecedentes de algún tipo de tumoración, problemas de hígado, embarazo, diabetes (incremento en la concentración de azúcar en sangre) o presión arterial elevada sin control adecuado, o bien, problemas circulatorios”.
En términos generales, los anticonceptivos hormonales brindan principios activos que impiden la ovulación, aunque también producen otros efectos que evitan el embarazo: vuelven más espeso el moco cervical, de modo que se impide el paso de espermatozoides, y adelgazan el endometrio (tejido que alojaría el óvulo fecundado), lo cual ofrece un beneficio adicional: la menstruación es menos intensa y tiene menor duración. El especialista comenta los pros y contras de estos métodos:
Pastilla anticonceptiva. A favor de ella podemos decir que es efectiva, reversible y su administración se puede suspender en cualquier momento.
En contra hay que señalar que requiere de una toma diaria durante 21 días y siete días de descanso, lo que genera olvidos en la administración y disminución en su porcentaje de eficacia. También puede generar efectos secundarios como náusea, sangrado intermenstrual, sensibilidad mamaria y dolor de cabeza.
Pastillas anticonceptivas de progestina. Sólo contienen una hormona, por lo que son útiles para mujeres que no pueden tomar estrógenos (durante la lactancia, por ejemplo). Empero, deben administrarse 28 días continuos y puede olvidarse alguna toma. También ocasionan periodos irregulares, amenorrea (ausencia de sangrado menstrual) y dolor mamario.
Anticonceptivos inyectables. Poseen la ventaja de que se administran cada mes (incluso cada 2 o 3), son seguros y eficaces. En su contra puede decirse que al dejar de tomarlos el retorno a la fertilidad puede tardar 24 meses y que sus efectos secundarios son dolor mamario y de cabeza, pérdida de cabello, acné, disminución de la libido (deseo sexual) y amenorrea.
Implante subdérmico. Ofrece protección contra embarazo no planificado durante tres años y es útil en mujeres que están lactando o no toleran los estrógenos. Tiene el inconveniente de generar sangrado leve entre periodos y amenorrea, además de cierta propensión a osteoporosis (descalcificación ósea). No se recomienda en mujeres que no han tenido hijos, y la inserción debe correr a cargo de un profesional de la salud.
Anillo vaginal. Tiene la virtud de que se coloca una vez al mes durante 21 días (más siete días de descanso), además de que es eficaz y reversible. No obstante, ponerlo es difícil, puede ocasionar flujo blanquecino, dolor de cabeza y mamario, y sentirse durante el acto sexual.
DIU hormonal. Presenta la gran ventaja de prevenir el embarazo por cinco años, además de que es ideal para mujeres lactantes, disminuye el dolor y sangrados menstruales, y previene el embarazo ectópico (fuera del útero; por ejemplo, en las trompas de Falopio). Lo que le resta puntos es que debe ser colocado y retirado por un médico, no se recomienda en mujeres que no han tenido hijos y puede ocasionar cambios en el sangrado menstrual.
Pastilla de emergencia (del día siguiente). Previene un embarazo no planificado producto de una relación sexual no protegida o no planeada, pero tiene efectividad de 70 a 87%; además, como la dosis de hormonas es muy alta provoca náusea, vómito y sensibilidad mamaria, sangrado uterino irregular, y sólo puede usarse en las primeras 72 horas posteriores a la relación sexual; no es para uso regular.
Parche anticonceptivo. Es el que ofrece mayores ventajas, ya que es cómodo y fácil de usar, tiene eficacia de 99.6%, mejora los síntomas premenstruales (cólicos), se puede interrumpir en cualquier momento y permite rápido retorno a la fertilidad; asimismo, no genera aumento de peso, puede reducir el acné y en conveniente para cualquier mujer en edad reproductiva. Las objeciones que tiene es que llega a ocasionar sensibilidad mamaria, náuseas o sangrado intermenstrual durante los primeros ciclos menstruales, además de irritación en la piel.
Como dato adicional el catedrático apunta que diversos estudios han demostrado que los anticonceptivos combinados (con estrógenos y progestinas) disminuyen la posibilidad de sufrir padecimientos como embarazo ectópico (90%), cáncer de ovario o endometrio (40%), enfermedade benigna de la mama (tumor no canceroso; 40%), quiste de ovario (cavidad o bolsa de tejido cerrada; 78%) y miomas (tumor benigno en el aparato reproductor; 17%).

También ayuda a prevenir enfermedad pélvica inflamatoria (infección del revestimiento del útero, trompas de Falopio u ovarios; 50%), anemia (50%), dismenorrea (50%) e infertilidad primaria (40%), además de que reduce el riesgo de presentar acné y osteoporosis, y disminuye la cantidad de días e intensidad del sangrado menstrual.

Eficacia y seguridad
En suma, el Dr. Santoyo Haro considera que el parche anticonceptivo es el método hormonal ideal, ya que permite “la máxima penetración de los componentes activos al torrente sanguíneo, tiene efectos terapéuticos inmediatos y visibles, evita los olvidos, tiene efectos indeseables mínimos y un costo razonable”.

El parche se coloca el primer día que hay sangrado menstrual y se cambia cada semana; luego de la tercera se dan siete días de descanso, en los que ocurre el sangrado, y se reinicia el ciclo. En cuanto a la zona más conveniente para su aplicación, expresa que puede adherirse en diferentes partes del cuerpo (espalda, pelvis, parte externa del brazo o glúteo) sin riesgo de que se caiga; no obstante, es recomendable que el lugar donde se aplique esté libre de maquillaje, lociones o cremas, que no tenga irritación, cortaduras o tatuajes, y que sea una zona libre de pliegues o roce de la ropa.

El ginecobstetra concluye: “El mensaje final es que la mujer (y su pareja) debe acudir al médico o centro de salud a informarse, ya que es indispensable que sea asesorada por un especialista. No hay que quedarse con el consejo de la amiga o del dependiente de farmacia, sino buscar al experto para evaluar los beneficios y efectos secundarios de cada método, hasta encontrar la alternativa anticonceptiva más conveniente en cada caso”.