Citología vaginal (Papanicolaou)

El estudio se realiza mediante raspado en el cérvix (cuello del útero o matriz) y su propósito principal es detectar cáncer o cambios anormales de las células, casi siempre ocasionados por el virus del pa-piloma humano (VPH), que pueden convertirse en tumo-raciones. También permite diagnosticar padecimientos no malignos, como infecciones e inflamación.
Para qué sirve
Ayuda a detectar tempranamente la aparición de cáncer cervicouterino, mismo que sigue siendo una de las principales causas de muerte en mujeres mexicanas y de todo el mundo. Pero que cuando se diagnostica a tiempo es posible eliminarlo sin radioterapia, medicamentos ni tratamientos prolongados, pues basta sencilla intervención que no sobrepasa los 15 minutos. Por ello, debemos destacar la importancia de que la mujer se someta periódicamente a esta prueba y otros exámenes, como la colposcopía (procedimiento que emplea microscopio especial, llamado colposcopio).
Cabe recordar que la cito-logía vaginal debe practicarse al menos cada año, luego de que la mujer inicia su vida sexual.
Después del primer examen:
La paciente debe realizarse este estudio cada año como mínimo, a fin de prevenir la aparición de cáncer de cuello uterino.
En el momento en que se cambie de pareja sexual, la siguiente evaluación debe realizarse máximo 6 meses después.
Luego de cumplir 65 a 70 años, la mayoría de las mujeres pueden dejar de someterse a la citología vaginal, siempre y cuando hayan obtenido tres resultados negativos en los exámenes dentro de los últimos 10 años.
Si la paciente mayor de 65 años tiene nuevo compañero sexual, debe reanudar la ci-tología vaginal.
Asimismo, a las mujeres a quienes se les ha practicado histerectomía (extirpación del útero y cuello uterino), a pesar de que no hayan tenido antecedentes de displasia cervical (células anormales), cáncer de cuello uterino o cualquier otro tipo de cáncer de la pelvis, se les aconseja seguirse sometiendo a esta prueba.
En qué consiste
La prueba forma parte del examen ginecológico general que se deben realizar todas las mujeres al menos una vez al año. La paciente se acuesta sobre una mesa y coloca las piernas en unos estribos para quedar en la posición pélvica adecuada.
Es entonces que el médico (o enfermera) introduce instrumento (espéculo) en la vagina y la abre ligeramente para observar el interior de la cavidad. Posteriormente, el ginecólogo o médico general toma muestra de células del exterior y el interior del canal del cuello uterino, mediante leve raspado y la ayuda de una espátula de madera o de plástico, o pequeño cepillo. La muestra obtenida se coloca sobre un portaobjetos de vidrio o en un frasco y se envía al laboratorio para su análisis al microscopio.
Existe nuevo método de recolección y análisis de muestras, llamado preparación del portaobjetos de capa delgada en base líquida, que puede facilitar la distinción de células anormales.
Se estima que este procedimiento puede ser más sensible cuando se trata de detectar anomalías importantes, pero todavía no se ha generalizado. También hay lectores automáticos por computadora para mejorar la lectura de las pruebas de Papanicolaou.
Esta tecnología usa microscopio que transmite imagen celular a una computadora, la cual analiza el gráfico obtenido en busca de células anormales.

Preparación de la paciente
Es indispensable evitar duchas vaginales y relaciones sexuales 2 días antes de la realización del estudio; tampoco hay que bañarse en tina ni usar tampones. Como es lógico, la mujer no debe someterse a la prueba si se encuentra menstruando.

Es importante que la paciente comente a su médico si está tomando algún medicamento o píldoras anticonceptivas, si tiene antecedente de alguna enfermedad ligada al cáncer cervicouterino o si está embarazada.

Riesgos
En realidad no los hay; solamente en algunas ocasiones se siente ligero dolor semejante al provocado por cólicos menstruales, y es posible que haya leve sangrado al término del estudio.

Cabe señalar que muchas mujeres se sienten incómodas y avergonzadas al practicarse este examen; no obstante, ante esta postura es conveniente pensar que más vale pasar un rato desagradable que experimentar una enfermedad que ponga en peligro la vida.

Resultados
Cuando la prueba es normal, el documento indicará: “Resultados negativos de lesión o malignidad intraepitelial”, o frase similar. En caso contrario, cuando el estudio reporte conclusiones “anormales”, la paciente no deberá asustarse, porque esto no significa que tenga cáncer. Lo mejor es acudir al ginecólogo o médico tratante, y dejar que le explique paso a paso lo que sucede.

Los siguientes términos ayudarán a comprender los resultados:

Displasia. Término que se utiliza para describir células atípicas; no es cáncer, pero puede convertirse en esta enfermedad si no se actúa a tiempo. Las células lucen anormales al microscopio, pero no invaden tejido sano. Existen cuatro grados de displasia, clasificados como leve, moderado, grave o carcinoma in situ, dependiendo de su apariencia bajo la lente. Carcinoma in situ significa que el cáncer está presente sólo en la capa de células de la superficie del cérvix y no se ha diseminado a tejidos cercanos.
Lesión intraepitelial escamosa (SIL). También describe cambios en el cérvix. La palabra escamosa hace referencia a células delgadas, planas y que se ubican en la superficie del cérvix. El término lesión indica la presencia de tejido anormal, mientras que intraepitelial significa que las células dañadas se presentan únicamente en la capa superficial del cérvix. Un médico puede describir una lesión intraepitelial escamosa como de grado bajo (primeros cambios en el tamaño, forma y número de células) o de grado alto (células precancerosas que se ven muy diferentes de las células normales).
Neoplasia intraepitelial cervical. En ocasiones se utiliza para describir células anormales. Neoplasia significa crecimiento anormal de células; intraepitelial se refiere a la capa de células que forman la superficie del cérvix. El término neoplasia intraepitelial cervical, junto con un número (del 1 al 3), describe qué tanto del grosor del revestimiento del cérvix contiene células anormales.
Células escamosas atípicas. Son resultados poco claros que representan anomalía indefinida.
Cáncer de cérvix o cáncer invasor cervical. Ocurre cuando las células anormales penetran con mayor profundidad en el tejido o en otros órganos.
Si la citología vaginal muestra valores anormales, se solicitarán pruebas adicionales para confirmar o desmentir el diagnóstico, como biopsia auxiliada con colposcopio o examen de detección del VPH para verificar la presencia de dicho microorganismo. Los siguientes pasos dependerán de la interpretación de todos los resultados, antecedentes de citologías y factores de riesgo para desarrollar cáncer del cuello del útero o matriz.

Finalmente, cuando los cambios celulares son menores, el médico tratante suele aconsejar la repetición de la citología vaginal en 3 a 6 meses.

Fuentes:

Duarte-Franco E, Franco EL. Prevención del cáncer cervicouterino. Rev Enfer Tract Gen Inf. 2008; 2(1): 29-37.
Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos / Institutos Nacionales de Salud (NIH). Citología vaginal. MedlinePlus [en línea]. 30 de marzo 2010.
Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos. La prueba de Papanicolaou: preguntas y respuestas. Cancer.gov [en línea].