Encuentro con los más vulnerables; enviará mensaje de esperanza: Hernán Quezada

Uno de los principales objetivos de la visita del Papa Francisco a nuestro país es su encuentro con los grupos más desprotegidos y desfavorecidos de México, como los migrantes, los indígenas y las víctimas de todo tipo de violencia.

Uno de los motivos es que el sello del pontificado de Francisco es su cercanía con los vulnerables. Sus mensajes, documentos y encíclicas en los últimos tres años han marcado las pautas para lograr una Iglesia comprometida con los más frágiles.

Según sus propios discursos, Francisco busca una Iglesia más dispuesta a ayudar que a reprochar, que se mantenga atenta y solícita para quien así lo requiera

“El Papa Francisco, junto con su discurso de misericordia, ha sido muy enfático en denunciar las causas del sufrimiento del mundo y de todas y todos; ha sido claro en denunciar un sistema que mira como ‘descartables’ a las personas, que busca el capital sobre el desarrollo humano. Ha señalado como causantes del sufrimiento a la corrupción y al culto al dinero”, considera el sacerdote jesuita Hernán Quezada.

Indígenas

Luego de su “cita” con la Guadalupana en la Ciudad de México y de encontrarse con los obispos del país para marcarles las directrices sobre la forma de conducir a la Iglesia mexicana y la relación que se debe tener con los más vulnerables, el Sumo Pontífice viajará a Chiapas para encontrarse con los indígenas.

Un amplio sector de la población mexicana son los indígenas, pues de acuerdo con datos de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), en territorio nacional existen 62 pueblos originarios, con una población de más de 11 millones de personas. Desde 1992, México se reconoció como una nación pluricultural y, en el año 2001, la Reforma Constitucional avanzó en la aceptación de derechos de los pueblos indígenas.

De acuerdo con la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), los avances en el reconocimiento de su dignidad y de sus derechos es apreciado aunque, reconocen, falta mucho para una cordial aceptación de sus derechos a su propia organización política, al dominio sobre sus territorios, a ser tomados en cuenta en aquello que afecta su vida y su cultura.

“Esperamos que el encuentro del Santo Padre con ellos en San Cristóbal de Las Casas anime a todo el pueblo mexicano a darles el lugar que les corresponde en la sociedad y en la misma Iglesia. El Papa no viene a enfrentar a los grupos sociales, sino a tender puentes, a ayudarnos a derribar muros que separan”, planteó el obispo Felipe Arizmendi al presentar el plan de vista de Francisco a Chiapas.

Y es que la diócesis de San Cristóbal de Las Casas es una de las más antiguas del continente. Fue fundada en 1539, y su primer obispo fue fray Bartolomé de Las Casas. En esta diócesis, 75 por ciento de la población es indígena: casi un millón y medio son de las etnias tzeltal, tzotzil, ch’ol, tojolabal y zoque. A éstas se suman otros grupos de quienes fueron refugiados guatemaltecos y que decidieron quedarse en México, como las etnias mam, quické, kanjobal, quekchí, etcétera.

“Es una diócesis con altos índices de pobreza y marginación, aunque no se puede dejar de reconocer el esfuerzo de los diferentes gobiernos, de las organizaciones sociales, de empresarios mexicanos solidarios y, sobre todo, de los mismos indígenas, para ir logrando mejores condiciones de vida”, señala el Episcopado Mexicano.

Migrantes

Tanto en Chiapas como en Chihuahua, última etapa de su visita a México, Jorge Mario Bergoglio se encontrará con los migrantes. Su deseo era hacerlo previo a su viaje a Estados Unidos, para atravesar la frontera que divide a nuestro país y la Unión Americana, pero la reanudación de relaciones entre nuestro vecino país del norte y Cuba lo canceló.

La Iglesia mexicana reconoce que a pesar de los esfuerzos de las autoridades, de la sociedad civil y de los propios religiosos por apoyar a los migrantes, la mayoría de los indocumentados enfrentan situaciones muy difíciles y viven un verdadero calvario al atravesar el territorio nacional.

Datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) calculan que a México anualmente ingresan de manera irregular por la frontera sur unos 150 mil migrantes con la intención de llegar a Estados Unidos.

Ante esto, el Papa presidirá en Ciudad Juárez una misa el miércoles 17 de febrero. Esta celebración litúrgica está también dirigida a las víctimas de la violencia. Además de las más de 200 mil personas que participarán en la Misa en Ciudad Juárez, miles lo estarán haciendo del otro lado del río y cerca de 50 mil migrantes seguirán la transmisión por televisión en el estadio Sun Bowl de El Paso, Texas. Un momento muy significativo será cuando el Papa se acerque a la línea fronteriza para orar y saludar a los fieles congregados en la frontera de Estados Unidos de América.

Víctimas

En esa misma ceremonia, el Vicario de Cristo también busca encontrarse con las víctimas de todo tipo de violencia que se vive en México, como los que han sufrido a causa del crecimiento del crimen organizado y el narcotráfico.

Durante las últimas semanas, diversas organizaciones sociales especializadas en derechos humanos han buscado que el Papa se reúna con familiares de los desaparecidos en México para escuchar sus casos, empero, para el Episcopado Mexicano es complicado que se efectúe alguna reunión privada debido a la apretada agenda del obispo de Roma.

Ante los numerosos conflictos que aquejan a nuestro país, como la discriminación hacia los indígenas, el conflicto por los migrantes, el narcotráfico, los desaparecidos y los feminicidios, el nuncio apostólico en nuestro país, Christophe Pierre, puntualizó en enero pasado que el papa Francisco no tiene la pretensión de venir a resolver los problemas de México.