La reseña sobre migración y desarrollo del Banco Mundial publicada el año pasado anticipaba que el incremento en las remesas mundiales, incluidas aquellas hacia los países en desarrollo, se desaceleraría considerablemente este año debido al débil crecimiento económico de Europa, el deterioro de la economía rusa y la depreciación del euro y el rublo.
Según las estadísticas del Banco de México, en diciembre se registró un repunte en el flujo mensual de envíos.
Analistas de Goldman Sachs (GS) y Scotiabank consideran que la solidez del empleo en Estados Unidos, en particular del sector constructor, así como del flujo migratorio positivo hacia ese país, favoreció los envíos de dinero durante el 2015.
Asimismo, la inversión extranjera en México está siendo una de las principales fuentes externas de ingresos.De hecho, este dinero que llegó a manos de las familias mexicanas favoreció al consumo en el país, amortiguando la debilidad de la demanda interna.Según el reporte elaborado por los especialistas de BBVA Juan José Li Ng y Alfredo Salgado, los estados con mayor participación en las remesas durante el año pasado fueron Michoacán (10.2%), Guanajuato (9.1%), Jalisco (9.0%), Estado de México (6.3%) y Puebla (5.6%). El pico de los envíos por unidad se registró también en marzo, donde la remesa promedio fue de 311 dólares.
Los mexicanos que trabajan o viven del otro lado de la frontera norte, enviaron en promedio a sus familiares remesas por 292 dólares, es decir 0.41% menos a los que se mandaron un año antes.
Aunque al hacer la converción a pesos, el incremento o beneficio monetario se disparó hasta el 25.4% anual, con un total de 392 mil 843 millones de pesos.
Datos del Banco revelan que México es el segundo receptor más importante de estos recursos, solo debajo de India y China.
