Conoce las enfermedades de transmisión sexual más frecuentes

Infección ocasionada por el hongo Candida albicans, el cual de manera normal se encuentra en la vagina sin causar ninguna molestia, sin embargo, cuando este microorganismo se reproduce (lo que con regularidad ocurre después de seguir tratamiento con antibióticos, si se padece diabetes o hay cambios hormonales) ocasiona comezón y secreción blanquecina. Ahora bien, aunque no se considera enfermedad de transmisión sexual, del 12 al 15% de los hombres presentan comezón en pene después de haber tenido relaciones sexuales con una persona infectada.

Clamidiasis

Es ocasionada por la bacteria Chlamydia trachomatis, se manifiesta con inflamación de la mucosa de las vías urogenitales, garganta y recto, y se afirma que puede causar infertilidad y embarazos ectópicos (fuera de la cavidad uterina o matriz).

Gonorrea

Originada por la bacteria Neisseria gonorrheae, ocasiona inflamación en genitales y recto, pero en algunos casos infección en la sangre (septicemia), artritis, meningitis y afecciones uretrales. Cuando se transmite de madre a hijo durante el parto este último presenta alto riesgo de sufrir ceguera.

Herpes genital

Se trata de un virus que generalmente ocasiona la aparición de vaginitis dolorosa y úlceras que afectan vulva e interior de la vagina y, en hombres, lesiones en el pene.

Después de la infección inicial, el microorganismo invasor suele ocultarse dentro de las células nerviosas para no ser descubierto por el sistema inmunológico (aquel que nos defiende del ataque de microbios) y así lanzar con toda confianza numerosos ataques.

Cabe destacar que hay dos tipos principales de virus herpético simple: el que generalmente está relacionado con llagas o inflamación en boca y labios (denominado 1) y el que lesiona genitales (2). Cualquiera de los dos permanece de por vida en el organismo y se activan con el calor, fricción, relaciones sexuales, menstruación, fiebre y estrés.

Papilomavirus

Hay 60 variedades de este microorganismo, de los cuales ocho son los causantes de padecimientos genitales; de éstos últimos se distinguen dos grupos. El primero incluye los tipos 6 y 11, que se han encontrado en lesiones benignas y se les clasifica de «bajo riesgo», en tanto que el segundo se compone de los denominados 16, 18, 31, 33, 35 y 51, considerados de «alto riesgo», ya que se asocian con cáncer en el área anogenital.

Algunos virus de papiloma humano pueden ocasionar verrugas (también llamadas condilomas) que aparecen dentro o alrededor de los genitales y ano de mujeres y hombres, las cuales pueden crecer, desaparecer o permanecer estables. Estas lesiones brotan tres meses después del contacto con el enfermo; en la mujer se presentan en vulva, vagina, cuello uterino o cerca del ano, y en el hombre en pene, escroto (piel que recubre los testículos) y recto (si se tienen relaciones homosexuales).

Sida

Es la última fase de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la cual se transmite por medio del esperma, secreciones vaginales, sangre (transfusión o utilización de jeringas infectadas) y por vía materna (la madre contagia al feto durante el embarazo, parto o lactancia). El microorganismo se instala en células denominadas linfocitos T4 (encargadas de defender al organismo de las agresiones exteriores), lo que deriva en destrucción del sistema inmunitario y consecuente pérdida de la capacidad para combatir enfermedades, con lo que se tiene alta susceptibilidad de presentar sarcoma de Kaposi (forma rara de cáncer en la piel), pneumocystis carinii (tipo de neumonía poco común), tuberculosis y diarrea intensa.

Sífilis

Enfermedad ocasionada por la bacteria Treponema pallidum que se manifiesta con úlceras en genitales, recto y/o boca, pero cuando no se recibe tratamiento adecuado puede generar infección general y fiebre.
así como trastornos en el sistema muscular, óseo y nervioso, lo cual puede llevar a la muerte. En caso que se infecte una mujer embarazada corre alto riesgo de aborto o parto prematuro, además de que el padecimiento se transmite al recién nacido.

Tricomoniasis

Genera síntomas en 1 de cada 2 mujeres infectadas, entre los que se encuentran vaginitis, secreciones verde amarillentas, espumosas y de mal olor y, ocasionalmente, uretritis (inflamación de uretra, que es el conducto mediante el cual se expulsa la orina) masculina. Favorece el contagio del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y es generada por un parásito llamado Trichomonas vaginalis.

Causas

Cambios en la química de la vagina ocasionados por seguir tratamiento con antibióticos fuertes, duchas vaginales frecuentes, alteraciones hormonales, diabetes, uso de pantimedias y vestir traje de baño mojado o ropa para hacer ejercicio por periodos prolongados.

Contacto sexual por vía oral, anal y vaginal sin usar protección.
Promiscuidad (tener relaciones sexuales con múltiples parejas).
Transfusión de sangre y/o uso de instrumental médico contaminado.
Transmisión de madre a feto durante el embarazo, parto o lactancia.
Compartir y utilizar material no esterilizado cuando se realizan perforaciones corporales y tatuajes.

Síntomas

En cuanto a la clamidia el principal problema es que la mayoría de las veces no ocasiona ningún síntoma, lo que puede derivar en ciertas complicaciones debido a la falta de tratamiento adecuado, entre las que se encuentran enfermedad pélvica inflamatoria (infección en órganos reproductivos internos de la mujer) e hinchazón en el escroto. Sin embargo, hay veces que en etapas tempranas los afectados experimentan leve dolor al orinar y secreción genital clara.
Cuando se padece gonorrea, quienes regularmente presentan síntomas son los hombres, por ejemplo, sensación de quemazón al orinar y secreciones blanco-amarillenta por el pene. La mayoría de las mujeres no manifiesta molestias, no obstante, hay quienes sufren ardor durante las micciones, dolor abdominal o sangrado anormal.
El herpes genital ocasiona aparición de llagas dolorosas que pueden dan lugar a úlceras, fiebre, fatiga, y descargas de flujo por uretra y vagina.
El virus del papiloma genera la formación de células anormales que se caracterizan por ser escamosas, delgadas y planas en el tejido que cubre vagina, parte exterior del cuello del útero, pene, ingles y ano. Dichas lesiones pueden ser de los siguientes tipos: exofiticas en cresta de gallo (miden de 1 a 3 milímetros y su color es rosado), papulares (son pequeñas, lisas y planas, pero en ocasiones se agrupan en forma de coliflor) y planas y maculares (de coloración rojiza y textura aterciopelada).
Entre los 15 días y 3 meses de haberse contraído la infección por VIH pueden manifestarse fiebre y calambres musculares, posteriormente, no se presenta síntoma alguno (situación que puede durar hasta 10 años). Pero una vez que se desarrolla el padecimiento y el sistema inmunológico está muy deteriorado, aparecen diversas afecciones, como diarrea crónica, fiebre prolongada, pérdida de peso, fatiga, anemia, cáncer y neumonía.
En muchas ocasiones la sífilis no ocasiona malestar, pero cuando llegan a manifestarse los síntomas incluyen lesión firme y redonda llamada chancro (puede aparecer en el área por donde el germen entró inicialmente al organismo, por ejemplo, vagina, ano, boca o manos), molestias similares a las de la gripe (después de 3 semanas hasta 6 meses de haber adquirido la infección), salpullido de color marrón (en las palmas de las manos, plantas de los pies e ingles), llagas en boca, cansancio y protuberancias o verrugas en las áreas cálidas y húmedas del cuerpo. Si no se recibe tratamiento se corre el riesgo de que la bacteria causante del padecimiento dañe corazón, ojos, cerebro, huesos y articulaciones.
La tricomoniasis se manifiesta mediante secreción vaginal espumosa de color amarillo, gris o verde y con mal olor, ardor al orinar, dolor durante las relaciones sexuales, vaginitis y, en algunos hombres, uretritis.

Diagnóstico

Se basa en los síntomas antes citados, examen físico y análisis de secreciones provenientes de vagina y pene, sólo en caso de clamidia, gonorrea, herpes genital, sífilis y tricomoniasis.
Cuando se sospecha de infección por papilomavirus se pigmentan (con ácido acético) las zonas lesionadas para identificar los daños; asimismo, se solicita papanicolau (método que consiste en recoger células del cuello uterino para un análisis posterior) y si se detectan anormalidades en las células el siguiente paso es la colposcopia, estudio que permite observar en detalle el cuello uterino, vagina y vulva, y localizar las lesiones aunque sean mínimas, que de otra manera resulta imposible detectar por ser asintomáticas (no presentan síntomas). Por su parte, los hombres pueden ser examinados a través de un método conocido como periscopia, mediante el cual se observa el órgano sexual con equipos especiales que facilitan la detección de los condilomas.
Para identificar si existe infección por VIH se recurre a estudios de sangre llamados Elisa y Western Blot, los cuales detectan la presencia del virus en el líquido vital.

Prevención

Usar preservativo o condón (masculino o femenino) durante las relaciones sexuales, principalmente cuando no se tiene un pareja fija.
No compartir objetos personales (por ejemplo, rastrillos) ni juguetes sexuales.
Las jeringas sólo deben utilizarse una vez.
La sangre destinada a transfusión debe ser sometida a múltiples estudios.
Promoción de comportamiento sexual seguro mediante el diálogo abierto entre padres e hijos y asistencia a talleres de sexualidad.
Los profesionales médicos y odontólogos deben usar guantes de látex cada vez que exista la posibilidad de contacto con fluidos corporales y al esterilizar el instrumental; asimismo, eliminar correctamente el material de desecho.
Si alguien desea hacerse perforaciones o tatuajes es necesario que acuda a establecimientos confiables y revise cuidadosamente que los empaques de agujas, guantes, lubricantes y desinfectantes estén bien sellados.
Mantener adecuada higiene íntima (sin abusar de las duchas vaginales), evitar el uso de ropa ajustada y húmeda, pantimedias, traje de baño mojado, y si se padece diabetes mantener adecuado control.

Tratamiento

Es posible tratar la candidiasis mediante la aplicación de cremas antimicóticas indicadas para la zona vaginal.
La clamidiasis, gonorrea, sífilis y tricomoniasis se tratan mediante la administración de antibióticos que sólo el ginecólogo y urólogo pueden prescribir.
En cuanto al herpes genital cabe destacar que el microorganismo causante de la enfermedad no se puede eliminar del cuerpo, pero puede controlarse al tomar medicamentos antivirales.
Las lesiones ocasionadas por el papilomavirus se controlan a través de diversos métodos, como crioterapia (humedecer las verrugas con nitrógeno para que se congelen y desprendan), electrofulguración (destruye el tejido anormal a través de exposición intensa a una fuente de calor, para ello, el médico se apoya en un instrumento llamado electrobisturí o electrocauterio), láser (mediante poderoso haz de luz se extirpan las verrugas), aplicación de medicamentos en crema (contienen imiquimod, compuesto que se une a receptores de las células que forman parte del sistema inmunológico e induce la producción de interferón, sustancia que actúa directamente contra el virus del papiloma humano) e inyección de bleomicina (medicamento contra el cáncer).
El sida es incurable, pero hay medicamentos que mejoran las defensas del paciente haciéndolo menos susceptible a las infecciones y aliviando las molestias que se van presentando, por ejemplo, aquellos que evitan el crecimiento del virus (zidovudine, didanosine, zalcitabine, lamivudine y abacavir) y los que reducen la cantidad del mismo en el organismo (saquinavir, indinavir, nelfinavir y ritonavir).