Dos meses después de haber derribado un caza ruso, Turquía aseguró que un avión ruso SU-34 volvió a violar su espacio aéreo y alertó a Moscú sobre el riesgo de “comportamientos irresponsables”. Sin embargo, Rusia rechazó las acusaciones calificándolas de “propaganda sin fundamento”.
El ministerio turco de Relaciones Exteriores reveló que el viernes había convocado al embajador ruso en Ankara para transmitirle su “firme protesta y su condena” por la incursión de un caza SU-34 en su espacio aéreo.
Poco después, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan dijo que Rusia enfrentará las consecuencias si continúa tomando “medidas irresponsables” que amenazan a la paz regional y mundial.
La OTAN, a la que pertenece Turquía, también puso en guardia a Rusia. Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza urgió a Moscú a “respetar plenamente” el espacio aéreo de sus países miembros.
Rusia respondió a las acusaciones. “No hubo ninguna violación del espacio aéreo turco por aviones de la Fuerza aérea rusa presentes en Siria”, declaró el portavoz del ministerio de Defensa de Moscú, Igor Konachenkov, haciendo referencia a la aviación rusa presente en Siria desde el pasado 30 de septiembre.
Las declaraciones turcas “son propaganda sin fundamento”, agregó.