XVIII  Espartaqueada

Es ya una tradición con más de 18 años, la celebración en estas fechas en Tecomatlán de las competencias deportivas y culturales (en este año toca la deportiva) del Antorchismo Nacional. En el mes de febrero del año pasado la confrontación se dio en arte y cultura: danza, baile, declamación, canto y oratoria. Y en el capítulo de teatro y pintura se celebró en la última semana de noviembre del año pasado el XVI encuentro de teatro, que se celebra año con año en esta capital, porque la importancia del teatro reside en que es la culminación y síntesis del baile, la música, la poesía, la oratoria y la literatura, disciplinas que al fundirse en un todo convierten al teatro en cumbre artística y en espejo de la vida. Por eso fue que en el Teatro de la Paz se escenificaron, como cada año, a los grandes autores dramáticos del orbe y de la historia del teatro, con entradas gratuitas para todo el público potosino.
Pero ahora, como dijimos al principio, toca el tema deportivo que culmina con lo mejor de los encuentros deportivos regionales de volibol que se realizó en Veracruz; de basquetbol que se realizó en Morelia, de ajedrez que se realizó en Chimalhuacán y de futbol que se realizó en Durango, todos ellos a lo largo del año pasado; en esos encuentros como en las eliminatorias estatales se seleccionó a los mejores deportistas hombres y mujeres, niños, jóvenes y adultos que a partir de la primera semana de febrero exhibirán sus destrezas y afanes para posicionarse cada uno de los competidores en los primeros lugares, así como a sus respectivas delegaciones provenientes de cada estado en la tabla general de competencias; los mejores atletas y deportistas de las colonias marginadas, comunidades y pueblos, provenientes de los 32 estados del país competirán, pues, durante una semana en las disciplinas individuales como de conjunto; en una competencia que también se dará sumando los puntos que obtenga cada delegación para ver cuál acumula más en la tabla general. Las tres delegaciones con el número más alto, resultan premiadas en la ceremonia de clausura con el primero, segundo y tercer lugar.
El nivel competitivo es tan bueno, como la tranquilidad, la solidaridad y el respeto entre los concursantes, causa alegría ver que entre más reñida es cada contienda y más encendidos los gritos de la porra de unos y otros, mayor es el respeto y la fraternidad tanto del público como de los contendientes, aquí no se jalonea a los árbitros, ampáyeres ni jueces, no se les insulta, no se arrojan objetos ni se destruyen los recintos; aquí la superioridad no se discute, se demuestra en cada prueba, en el terreno de los hechos, y quienes resultan ser los mejores, son al mismo tiempo de lo más sencillo y fraterno en el trato con los demás; por eso las Espartaqueadas obligan a pensar a quienes las presencian que este mundo, que bordea ya en el precipicio de una nueva guerra mundial, espoleado por el insaciable apetito de acumular trabajo ajeno en manos privadas, puede tener remedio si los débiles se unen y se organizan para cambiar el mundo actual, por otro mejor y más amable, o por lo menos sufrible, en el que las aspiraciones y deseos de cada quien sean la condición para la realización de las aspiraciones y deseos de todos.
¿Y San Luis Potosí? Cumpliremos por lo pronto participando con todas las disciplinas y en todas las categorías, pondremos lo mejor de nosotros mismos en cada episodio y en cada disciplina, pero el nivel deportivo de los encuentros como el estético de los festivales de inauguración y clausura de nuestra fiesta nacional, aunque no son profesionales, son de tal calidad que seguramente nos habremos de conformar, con la conservación del primer lugar nacional en beisbol, mismo que ya hemos defendido en las dos Espartaqueadas deportivas anteriores. Si en éstas logramos mantener ese galardón, que pudiera considerarse la prueba reina de toda la Espartaqueada, será una gran proeza, digna de lo mejor del deporte potosino y del pueblo pobre de San Luis que confía en sus deportistas y en su organización.
Espartaco se manumitió luchando contra otros gladiadores y una vez manumitido empleó su libertad para pelear en contra de la esclavitud y por la libertad de los demás esclavos y así, en ello le fue la vida haciéndose jefe de las más grandes rebeliones de esclavos que conoció la antigüedad, esta es la idea original que inspiró la lucha del esclavo Tracio y, a los antorchistas, las Espartaqueadas nos obligan a competir fraternalmente entre nosotros para elevarnos en materia de cultura, habilidades y talento, pero no por pura autocomplacencia, sino para luchar con mejores posibilidades de éxito por la libertad de los oprimidos, porque esta es la razón de ser del antorchismo. La delegación potosina cumplirá y si no, continuaremos preparándonos para ser mejores, pues saber persistir, en el deporte como en todo, es la clave para vencer, a la corta o a la larga, cualquier obstáculo.