Higiene íntima femenina, para prevenir infecciones vaginales

Es importante tener presente que la vagina se limpia por sí misma, ya que sus paredes generan fluido que arrastra las células muertas y otros microorganismos al exterior. Este líquido es viscoso y sin olor, cuya producción aumenta al ovular y durante la excitación sexual.
Por tal motivo, la higiene de la zona genital solo requiere delicado lavado con agua y jabón neutro, para prevenir el mal olor y la aparición de infecciones.
Sin embargo, muchas veces no basta con la limpieza que el baño proporciona debido a que existen factores externos que alteran la higiene, entre los cuales se encuentran:
Uso de ropa interior demasiado ajustada y elaborada con materiales sintéticos.
Utilización de jabón con fragancia para lavar la zona genital, pues estos productos son irritantes y pueden ocasionar alergia.
Aplicación de atomizadores y jaleas anticonceptivas que pueden causar molestias y desequilibrar la flora vaginal.
Las relaciones sexuales llegan a causar alteraciones químicas y en la higiene vaginal; además, son «puerta abierta» a infecciones de transmisión sexual.
El periodo menstrual, ya que no cambiar toallas o tampones en lapso de 4 a 6 horas puede generar mal olor.
Cambios hormonales presentes en diversas etapas de la vida de la mujer.
Por lo anterior, la higiene íntima femenina debe incluir -además del lavado con agua y jabón neutro- los siguientes cuidados:
Usar ropa interior de algodón, ya que el nailon y demás fibras sintéticas acumulan humedad y favorecen el cultivo de bacterias.
No vestir prendas muy ajustadas o pantimedias para evitar rozaduras o retención de humedad; en general, la mayoría de la ropa impide la ventilación adecuada, por lo que la higiene íntima debe ser continua, sin que este buen hábito se vuelva obsesión.
Utilizar toallas y tampones durante lapsos no muy prolongados; se recomienda cambiarlos cada 4 a 6 horas.
No es conveniente realizar duchas vaginales frecuentes porque suelen eliminar sustancias naturales y microorganismos que protegen a la vagina.
No usar esponja o guantes sintéticos para limpiar la zona genital, porque en ellos se acumulan infinidad de gérmenes.
Evitar y/o moderar la aplicación de desodorantes íntimos porque pueden causar irritación, inflamación o reacción alérgica, además de que impiden percibir por su olor alteraciones que pudieran requerir tratamiento médico específico.
Realizar la higiene anal hacia atrás para evitar contaminar la zona vaginal con bacterias procedentes de las heces.
Cabe destacar que si una mujer presenta fluido vaginal copioso, de diferente color al habitual o de olor fuerte y desagradable, es probable que padezca infección vaginal, por lo que será recomendable que acuda al ginecólogo para que indique el tratamiento adecuado.
Complementos
La menstruación es un factor importante al hablar de higiene íntima, pues aunque la sangre que fluye hacia el exterior es limpia, resulta necesario cambiar varias veces al día la toalla o tampón, lo cual debe apoyarse con la limpieza durante el baño y lavado nocturno.
Con el fin de proporcionar mayor comodidad a la mujer en esta etapa, la industria farmacéutica ha desarrollado los siguientes productos en diversas variedades:
Toallas sanitarias. Compresas absorbentes que se fijan a la ropa interior con adhesivo, las cuales pueden encontrarse en forma de protectores de uso diario (son pequeños, muy delgados y se utilizan para los días de poco flujo menstrual o entre periodos no menstruales para absorber el flujo vaginal), normales (son más gruesas y de mayor tamaño que los anteriores), súper delgadas (son muy absorbentes y cómodas), con malla (cubierta que actúa como barrera que impide que el líquido regrese de nuevo a la superficie), con alas (envuelven el puente de la pantaleta ayudando a mantener la toalla en su lugar), con canales (dirigen la humedad a lo largo de la compresa), con gel (atrapan los líquidos y los gelatinizan) y para usar con tanga.
Tampones. Cilindro elaborado con fibras comprimidas de algodón que absorbe el flujo dentro de la vagina y, por tanto, ofrece mayor seguridad; no debe dejarse más de seis horas, pues se corre riesgo de sufrir síndrome de choque tóxico, que se caracteriza por fiebre, dolor muscular y baja tensión arterial.
Existen en distintos tamaños, con o sin aplicador, y permiten a la mujer vestirse a su gusto e, incluso, nadar.
Toallitas húmedas. Elaboradas con fibras naturales y provistas de sustancias hipoalergénicas (que no causan reacción alérgica), permiten limpiar delicadamente la zona genital después de orinar y/o cambiar la toalla sanitaria o tampón.
Para incontinencia
La pérdida involuntaria de orina o incontinencia urinaria también representa cierto problema en la higiene íntima femenina, pues tanto la zona genital como la ropa interior se mantienen húmedas generando desagradable olor y permitiendo la reproducción de microorganismos causantes de infecciones.

Este padecimiento puede presentarse a causa de infección en los genitales o vías urinarias, administración de algún medicamento, debilidad de los músculos que sostienen la vejiga, aumento de actividad muscular de este órgano, bloqueo de la uretra urinaria (conducto por donde se expulsa la orina), inmovilidad, trastornos neurológicos o problemas hormonales.

En estos casos se recomienda utilizar productos absorbentes, de los cuales pueden encontrarse los siguientes:

Compresas. Se parecen a las toallas sanitarias, pero son mucho más absorbentes, poseen forro externo impermeable que evita escurrimientos y sustancias que neutralizan el olor de la orina.
Pañales para adultos. Son ideales para las personas que pierden grandes cantidades de orina y están provistos de resortes elásticos en las piernas, los que permiten ajuste perfecto; generalmente se ofrecen en tallas pequeña, mediana, grande y extra grande.
Para finalizar, cabe agregar que las mujeres pueden vivir al máximo su feminidad gracias a que la industria farmacéutica ofrece cada vez más opciones y productos que les permiten permanecer limpias, sentirse libres y cómodas, vestir a su gusto y andar tranquilas y seguras todos los días del mes. Y recuerde que, salvo prescripción médica, no es recomendable realizar duchas vaginales porque eliminan sustancias y flora que protegen la zona genital.