Verdades y mentiras sobre la influenza

Luego de analizar los datos más recientes que confirman el incremento en el número de contagios en varios países y que indican que el virus de la influenza porcina (ahora llamado de la influenza A/H1N1) se contagia con más facilidad entre personas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió elevar el nivel de alerta del 4 al 5, de modo que estamos ante la inminente declaración de una epidemia mundial. En este sentido, Margaret Chan, directora de la OMS, ha señalado que este anuncio debe tomarse con seriedad, “precisamente porque el virus ha demostrado su capacidad para extenderse con rapidez a distintos países. Todas las naciones deberían activar sus planes de preparación para la pandemia lo más pronto posible”. Este cambio en el nivel de alerta obedece a que se ha comprobado que la influenza no sólo se presenta en personas que han estado en México, sino que también se transmite con facilidad entre familiares y personas cercanas en España y, sobre todo, Estados Unidos, donde ya se registró una primera muerte (un niño de 23 meses de origen mexicano). Margaret Chan considera que todavía no es posible determinar cuál sería la gravedad de la pandemia, pero reconoció que “necesitamos seguir la evolución de este fenómeno”. Además, aseguró que aunque se sabe que muchos pacientes se recuperan por sí mismos, “ello no significa que debemos ser complacientes” en cuanto a la prevención.
En este sentido, el Dr. Andrés Sánchez González, vicepresidente de la Federación Mexicana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello A. C. (Fesormex), indica que “entrar a la fase cinco significa que la evidencia sobre los contagios es muy significativa y que estamos a un paso de la última fase, la seis, en que se decretaría la pandemia y entraríamos en cuarentena mundial. No sería fácil movilizarse y todos tendríamos que quedarnos estáticos en nuestros países para evitar la diseminación”.
En este contexto, el experto subraya la necesidad de continuar con las medidas preventivas: lavado de manos frecuente, uso de tapabocas, evitar la exposición a cambios bruscos de temperatura y no asistir a lugares concurridos (centros comerciales, teatros, cines, lugares de diversión, antros), donde es muy fácil adquirir el virus.
Estos cuidados, aclara, son semejantes a los que se siguen cuando hay problemas gripales habituales. “si alguien estornuda o tose, y usa un pañuelo, deberá lavarlo si es de tela o tirarlo si es de papel. Además, tiene que lavarse las manos con agua y jabón, e incluso se aconseja el uso de gel de alcohol para garantizar la limpieza”.
La intención de esta medida es evitar que el fomite (secreción corporal que puede contener al virus) contamine una superficie, como un escritorio, llaves, teléfono o teclado de la computadora.
Al parecer, indica, “el virus de la influenza A(H1N1) puede sobrevivir 12 horas en las superficies, aunque en términos generales un virus persiste de 48 a 72 horas. Durante este tiempo es muy fácil que alguien toque un objeto contaminado y luego se rasque los ojos, se chupe el dedo o se rasque la nariz. Entonces el virus entra en contacto con la mucosa y se vuelve a presentar la enfermedad”. Además, el entrevistado añade que el uso de vitaminas A, C y D es recomendable porque ayuda a que los tejidos del sistema respiratorio tengan mejor cicatrización, lo que permite que las defensas actúen en buenas condiciones y puedan repeler microorganismos.
¿Cierto o falso?
Las anteriores no son las únicas medidas para hacer frente a la situación; también es necesario mantenerse informado y hacer caso omiso de mensajes que buscan crear pánico. Por ello, el Dr. Sánchez González desmiente los más recurrentes en blogs, correos basura o spam y mensajes por celular.
Rumor 1: desde el 18 de marzo de 2009 se registraron brotes de la enfermedad, pero esta influenza no es porcina, aviar o humana, sino un microorganismo no identificado.
El entrevistado, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México y especializado en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, aclara que, en efecto, hubo reportes desde entonces sobre casos de influenza ocasionados por un agente que no se pudo distinguir en primera instancia, pero que ya se ha reconocido.

“De inicio no significó una alarma por ser casos aislados, y hasta que creció el número de contagios se pudo saber que se trataba de una mutación”. En principio se le dio un nombre transitorio (en algunos reportes se le llamó “enfermedad similar a la influenza” o ILI, por sus siglas en inglés), pero ahora cuenta con un nombre de acuerdo con sus características.

Más aún, indica que los virus de la influenza se conocen desde 1933 (tipo A) o 1936 (tipo B). “Lo que pasa es que han cambiado a través de los años y ahora sufrimos el embate de una nueva generación. Ni siquiera el famoso virus de la influenza A(H1N1) es nuevo; se descubrió desde la década de 1960, en China, y en 1974 generó algunos contagios que no progresaron porque el cuerpo humano lo resistió”.

Agregó el experto: “Si nos damos cuenta, las vacunas de influenza que normalmente se utilizan nos protegen del subtipo A Beijing, que también es H1N1, aunque con variantes. ¿Cuál es la diferencia? Que el virus actual, a pesar de ser un H1N1, tiene una actividad más agresiva, al parecer por una mutación, y el organismo no lo controla”.

Rumor 2: es necesario hacer compras de pánico porque habrá desabasto de productos básicos.
El Dr. Andrés Sánchez es claro: “No, para nada. Las medidas que se están tomando son de alerta, no de emergencia. Alarma no hemos tenido, y por lo que vemos, las restricciones emprendidas están dando resultado”.

Rumor 3: la mascarilla o el cubrebocas no detienen al virus.
Falso. “El contagio de este agente es igual al de cualquier virus de tipo respiratorio: a través de gotitas de saliva emitidas a menos de un metro de distancia, que entran en contacto con la mucosa de la nariz o de la boca. Si el tapabocas evita que las partículas lleguen, claro que nos protege”.

Rumor 4: el virus de la influenza se contagia por comer carne de cerdo o embutidos.
“No. Está comprobado que por consumo de alimentos nunca se va a recibir el virus”, señala el experto.

Rumor 5: cerrar lugares públicos y suspender las clases es inútil; en realidad debemos suspender actividades durante 4 o 5 meses y estar encerrados en casa.
“No estoy de acuerdo. Lo que estas medidas buscan es reducir el riesgo de transmisión y proteger a grupos vulnerables, como los niños. No podemos pensar en suspender tanto tiempo las actividades porque afectaríamos nuestra de por sí maltrecha economía; por eso considerar que es suficiente evitar los eventos masivos y cuidarnos con las recomendaciones que se han dado”.

Rumor 6: el gobierno no cuenta con instalaciones, respiradores y ventiladores para atender esta emergencia.
No es verdad. “Aun en hospitales con escasos recursos, si se les presenta una complicación pueden conseguir este tipo de apoyos. Por otra parte, la mayoría de los hospitales grandes cuentan en terapia intensiva con lo necesario para solventar los casos difíciles; la prueba es que los pacientes se están recuperando. Es cierto que se han presentado muertes, pero no en la cantidad que se esperaba en un caso tan inusual como el de un virus que ha mutado”.

Rumor 7: hay varios médicos fallecidos u hospitalizados, y el Hospital Juárez (en la Ciudad de México) está en cuarentena.
Por el momento no hay noticias de algún hospital en cuarentena, es decir, en el que se impida el acceso o la salida. “Los hospitales trabajan con limitantes de tránsito, pero para que se atienda bien a la gente que lo requiere. Se ha registrado la muerte de un médico y algunos han enfermado, pero no hay aumento de casos”.

Rumor 8: lo que nos ataca no es influenza, sino un virus desconocido, suspendido en el ambiente y muy peligroso.
El experto señala sin dudar: “Si estuviera pasando eso, ya hubiéramos ‘caído como moscas’. No puede ser verdad y, como dijimos, el virus está identificado”.
Rumor 9: debemos evitar el consumo de comida en lugares públicos y tenemos que hervir el agua 20 minutos, incluso la embotellada, porque el virus flota en el aire.
Falso. Ni el agua ni los alimentos se contaminan. “El problema es el contacto con otras personas”.

Rumor 10: como prevención, hay que desinfectar boca y manos con alcohol, dejando que éste se seque solo.
“Yo quisiera ver quién quiere desinfectarse así la boca, después de la irritación que se va a generar.”

Rumor 11: si al salir a la calle se pisa la saliva de una persona infectada y se regresa a casa, se trae la infección. Por eso es preferible tener un par de zapatos para el hogar y dejar fuera los que se utilizan para actividades a la intemperie. Esta medida se realizó en Japón con la crisis de la gripe aviar.
El entrevistado es tajante: “Es absurdo. Los japoneses hacen eso porque es su costumbre; ellos no usan zapatos en su casa. Ahora bien, si se pisa saliva no quiere decir que ya se tenga el virus o se vaya a contagiar, y si alguien limpia su calzado no creo que lo haga enfrente de la cara de sus familiares”.

Rumor 12: a la población se le oculta la verdad sobre esta epidemia.
A juicio del especialista, “aparentemente no, y creo que en esta ocasión se ha sido lo más transparente posible. En lo personal me parece que la información podría parecer exagerada o que nos mostraba un panorama desolador, pero si lo vemos en retrospectiva, lo que se ha buscado es que la gente se cuide, y tal vez la diseminación sería mayor si no se hubieran manejado así las cosas”.

Así, el Dr. Sánchez González concluye: “Debemos ser muy conscientes con lo que oímos y tener criterio. No podemos dejarnos llevar por mentiras, porque a fin de cuentas lo único que vamos a lograr es generar inestabilidad hasta en nuestra familia, y lo que tenemos que hacer es dar certidumbre. Los médicos tenemos esa obligación y todas las personas tienen el derecho de saber e informarse para no hacer caso a la rumorología”.