Tratamiento contra la disfunción eréctil: Ondas de choque

Cuando un hombre es estimulado sexualmente, las arterias se dilatan para que el miembro masculino se llene de sangre, esto proporciona la rigidez del pene necesaria para la penetración vaginal. Si un individuo tiene problemas con el flujo de sangre al pene puede tener erecciones más débiles o puede ser incapaz de tenerlas.
La disfunción eréctil de origen vascular afecta aproximadamente a 70% de los hombres con problemas de erección. Es consecuencia de problemas como consumo de tabaco, colesterol elevado, presión arterial alta, diabetes, obesidad e inactividad física.
Desde 1998 existen medicamentos que dilatan temporalmente los vasos sanguíneos el tiempo suficiente para mejorar los problemas de rigidez del pene. Desafortunadamente estos fármacos no tratan la causa y pueden tener efectos secundarios e, incluso, perder eficacia con el uso. Mientras que otras alternativas, como inyecciones o implantes en el miembro masculino, resultan invasivas.
No obstante, la terapia de ondas de choque es diferente al resto de los tratamientos contra la disfunción eréctil, ya que permite restaurar el mecanismo eréctil para tener erecciones naturales y espontáneas.
Es un método en el que se utilizan ondas de sonido con una presión y duración específicas, capaces de propagarse a través de tejidos. En Medicina se emplean desde 1980 para la fragmentación de cálculos renales y uretrales. Con el tiempo, se le encontraron nuevos usos como el tratamiento de procesos traumatológicos y disfunción eréctil debido a sus distintos mecanismos de acción:
Activa la angiogénesis, proceso por el cual se activa la formación de nuevos vasos sanguíneos a partir de otros existentes. Esto aumenta el flujo sanguíneo que llega al tejido eréctil y permite erecciones firmes y prolongadas.
Estimula los procesos regenerativos de tejidos blandos y el crecimiento óseo.
Mejora la circulación sanguínea.
Produce un efecto analgésico de corto plazo.
En el caso de la impotencia sexual, estas ondas sonoras se convierten en ondas de choque de baja intensidad, compatibles con casi todos los tratamientos médicos y sin que sea necesario tomar fármacos. No obstante, es importante el diagnóstico de un médico para tener total certeza en cada caso.
Terapia de ondas de choque contra la disfunción eréctil
El tratamiento con ondas de choque en personas con disfunción eréctil de origen vascular es una opción no invasiva, es decir, se aplica desde fuera del cuerpo. Este tratamiento puede variar según cada caso, pero usualmente consiste en cuatro sesiones semanales con una duración de aproximadamente 20 minutos.
Para administrar la terapia de ondas de choque, un médico emplea una sonda sobre el pene, que a su vez está recubierto de un gel especial. Las ondas de choque de baja intensidad se aplican repetidamente en diferentes áreas, empezando por los cuerpos cavernosos del pene.
Las ondas se dirigen a los tejidos profundos, causando estrés mecánico y microtrauma, esto induce una serie de reacciones biológicas que dan lugar a la angiogénesis y la formación de nuevos vasos sanguíneos.
Algunas de las ventajas del tratamiento con ondas de choque son:
El tratamiento es indoloro, aunque se puede tener una sensación de hormigueo en la zona tratada.
No tiene efectos secundarios, el paciente puede recuperar la vida sexual al ser capaz de tener erecciones firmes y prolongadas.
Esta terapia es eficaz en 80% de los casos, por lo que ya no necesitan tomar medicamentos o la medicación previamente ineficaz vuelve a ser útil.
No importa la edad ni el tiempo del padecimiento, aunque tiene mejores resultados en pacientes con disfunción eréctil baja a moderada y donde el inicio fue en los últimos 5 a 10 años. Los pacientes cuya disfunción está asociada con la diabetes también responden favorablemente.
Los efectos de esta destacada técnica entre los tratamientos no invasivos contra la disfunción eréctil se observan a partir de las cuatro semanas de conclusión de la terapia.

Sin embargo, aún se requieren estudios extensos y a largo plazo para validar completamente los resultados. Algunas investigaciones han demostrado que 65% de los hombres con impotencia sexual que respondieron al tratamiento tuvieron un efecto que duró dos años.

Cabe señalar que la terapia de ondas de choque no está diseñada para aquellos hombres con problemas de erección causados por nervios eréctiles dañados o eliminados durante una cirugía de cáncer. Tampoco está dirigido a aquellos cuyo rendimiento sexual se debe a factores psicológicos.