Sexo seguro o sexo protegido, ¿cuál es la diferencia?

El sexo seguro son todas esas actividades sexuales en pareja en las cuales no hay intercambio de fluidos corporales (semen, líquido preeyaculatorio, sangre y fluidos vaginales), ni contacto de genitales con genitales. Incluye todos esos juegos cargados de erotismo que provocan un enorme placer y que llevan a la excitación e, incluso, al orgasmo.
El sexo sin penetración es una invitación para que eches a volar tu imaginación y explores nuevas formas de disfrutar los encuentros con tu pareja, sin poner en riesgo tu salud. Al no haber intercambio de fluidos, es prácticamente imposible contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS, como VIH/sida) y tener embarazos no deseados.
Uno de los grandes protagonistas del sexo seguro es el erotismo, que estimula el deseo sexual a través de los sentidos y fantasías sexuales. Por ello, cobran un rol importante la imaginación en la cama y las ganas de tener nuevas experiencias, sin olvidarse de la comunicación y confianza con la pareja.
Las opciones de sexo seguro sólo se limitan por nuestra imaginación, y algunas de las más comunes son:
Besar, abrazar y acariciar a la pareja.
Fantasías sexuales, como ver películas eróticas o tener conversaciones telefónicas.
Sexo mediante dispositivos electrónicos como el smartphone.
Utilización de juguetes sexuales sin compartirlos.
Ver o imaginar situaciones eróticas.
Masturbación solo o con tu pareja.
Mirarse desnudos o desnudándose.
Hablar acerca de cosas excitantes.
Bailar.
Masajes para la pareja con aceites, perfumes o sales aromáticas.
Juegos sexuales como duchas o erotizar la piel de tu pareja con materiales suaves.
Entre los beneficios del sexo seguro se encuentran el ser una alternativa sumamente segura, solamente detrás de la abstinencia sexual. Además, permite descubrir nuevas posibilidades de placer, ya que con frecuencia podemos reducir nuestra vida sexual únicamente al uso de los órganos sexuales.
¿Cuál es el sexo protegido?
El sexo protegido son todas aquellas relaciones sexuales empleando barreras mecánicas que impidan el intercambio de fluidos corporales, por lo que su protagonista son los preservativos y los hay para cada práctica:
Condones masculinos de látex: se emplean en sexo anal y vaginal, así como en sexo oral (boca-pene).
Condones femeninos de poliuretano: utilizados en penetraciones vaginales.
Cuadros de látex o plástico transparente para envolver alimentos: se usan en sexo oral (boca-vulva y boca-ano).
Sexo sin penetración, Prácticas sexuales de riesgo
El uso de preservativos es de las mejores opciones para reducir riesgos de contagio de enfermedades de transmisión sexual; pero no proporcionan una protección absoluta (diversos estudios han encontrado que el grado de protección del sexo protegido es difícil de determinar).
La eficacia del condón depende del tipo de enfermedad, por ejemplo, los condones masculinos no cubren todos los genitales, por tanto hay mayor protección contra las ETS que se transmiten solamente por las secre-ciones genitales y menor contra infecciones que pueden adquirirse por contacto con piel, como las verrugas genitales del herpes, virus del papiloma humano (VPH) o sífilis.
Asimismo, en el sexo protegido sigue presente el riesgo de embarazos no deseados en aproximadamente 3 de 100 encuentros sexuales. Estos riesgos aumentan con el mal uso de preservativos, por ejemplo, que al colocarlo o ya iniciadas las relaciones se resbale o rompa. Por ello, antes de cada relación debes recordar:
Usar un condón para cada acto sexual vaginal, anal u oral y de principio a fin.
El condón masculino debe colocarse sobre la punta del pene erecto con la parte enrollada hacia afuera para después extenderlo hasta la base del miembro sin dejar de sostener la punta.
Si éste no tiene una punta con cavidad, estira un poco la punta para dejar 1.5 cm de espacio, para que allí se acumule el semen.
Si crees que el condón se rompió durante la relación sexual, frena inmediatamente para colocar uno nuevo.
Asegúrate de que haya suficiente lubricación durante las relaciones. No utilices lubricantes a base de aceite debido a que pueden debilitar el látex y romper el condón.
Después de la eyaculación y antes de que el pene se relaje, se debe agarrar el borde del condón y deslizarlo hacia afuera con cuidado. Luego, con precaución se retira asegurándose de no se derrame semen.
Incorporar el condón al ritual erótico puede ser una tarea complicada para algunas personas; pero que puede ayudarse de las amplias opciones de condones, ya que los hay de sabores, lubricados, extra finos o delgados, hipoalergénicos, con textura o efecto de calor, entre otros.
No te centres en las diferencias entre sexo protegido y sexo seguro, estas formas de disfrutar de tu vida sexual no están peleadas. Para mantenerte lejos de prácticas sexuales de riesgo recuerda siempre hacer un correcto uso de preservativos y de prestar atención al erotismo del sexo sin penetración, ¡combina estas prácticas!.