Acido fólico, breve guía para su consumo

El uso del ácido fólico se ha popularizado en años recientes, sobre todo al descubrirse su poder protector sobre el tubo neural de los niños durante el embarazo, es decir, la estructura de donde surge el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal). Este compuesto también conocido como folato es parte del complejo B (vitamina B9), y se encuentra en forma natural en alimentos como vegetales de hojas verdes, naranja y granos enriquecidos. La tecnología médica nos ha permitido saber que una mujer que ingiere 400 microgramos (0.4 miligramos) de este nutriente todos los días, antes y durante los primeros meses de la gestación, reduce sustancialmente el peligro de que su hijo presente algún defecto.
Cabe señalar que las alteraciones en el tubo neural se generan durante los primeros 28 días del embarazo, cuando muchas mujeres desconocen que se encuentran en estado de gravidez. Por ello, para mayor previsión, es recomendable que toda la población femenina en edad fértil ingiera suficiente cantidad de esta vitamina.
El ácido fólico, en combinación con las vitaminas B12 y C, ayuda al cuerpo a descomponer, utilizar y crear nuevas proteínas; además, colabora en la formación de los glóbulos rojos (encargados de transportar oxígeno en la sangre con ayuda de la hemoglobina) y en la producción de ácido desoxirribonucleico (ADN, el vehículo que transporta la información genética), sin dejar de mencionar que participa activamente en el funcionamiento celular y crecimiento de los tejidos.
El folato también:
Disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares (del sistema circulatorio).
Promueve la recuperación del apetito.
Estimula la formación de ácidos digestivos.
Contribuye al correcto funcionamiento del sistema nervioso. Mucha gente se pregunta por qué debe administrarse ácido fólico todos los días. La respuesta es sencilla: este compuesto es hidrosoluble, lo cual significa que se disuelve en agua y, por tanto, es expulsado del cuerpo a través de la orina.
Alimentos que ayudan
En la actualidad numerosos productos han enriquecido su fórmula con este agente vitamínico y, a fin de cubrir los requisitos diarios, muchos organismos en todo el planeta, como el Sector Salud en México, han implementado programas de apoyo que ofrecen este complemento a la población de manera más accesible e, incluso, gratuita.
Naturalmente, el folato se encuentra en los siguientes alimentos:
Granos y legumbres.
Frutas y jugos de cítricos.
Salvado de trigo y otros granos integrales.
Hortalizas de hojas verdes y oscuras.
Carne de ave y cerdo, así como en mariscos.
Hígado.
Por ello, es importante incluir estas fuentes nutricionales en la dieta de todos los días, sobre todo en el caso de mujeres en edad fértil o embarazadas.
Fuentes:
Quintana Paulette JC. Ácido fólico en la prevención de malformaciones congénitas. Arch Gin Obstet. 2001; 39 (3): 113-121.
The Nemours Foundation. El ácido fólico y el embarazo. KidsHealt.org [en línea]. Diciembre de 2008.
Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos / Institutos Nacionales de la Salud (NIH). Ácido fólico en la dieta. MedlinePlus [en línea]. 11 de junio de 2009. Prueba que mide la cantidad de ácido fólico o folato en sangre, la cual es una vitamina del complejo B que ayuda a formar los glóbulos rojos y producir ADN (ácido desoxirribonucleico, molécula que contiene la información genética), además de que interviene en el crecimiento de células y tejidos. El examen es útil para detectar deficiencia de ácido fólico (vitamina B9), lo que facilita el diagnóstico de anemia o neuropatía (lesión en un nervio), amén de evaluar el estado nutricional del paciente y monitorizar la eficacia del tratamiento en caso de insuficiencia del nutriente.

Asimismo, se puede solicitar el análisis en los siguientes casos:

Como prueba complementaria cuando en un hemograma (mide los tres tipos básicos de células que contiene la sangre) se detectan glóbulos rojos engrandecidos, así como concentración de hemoglobina (proteína que transporta oxígeno) baja.
Para evaluar el estado general de salud en pacientes con síntomas de desnutrición o malabsorción.
Si una persona mayor presenta trastornos del comportamiento o mentales (como irritabilidad, confusión, depresión o paranoia), ya que la determinación de los niveles de ácido fólico facilita el diagnóstico de la causa subyacente.
Cuando una mujer que ha tenido un hijo con malformaciones por deficiencia de este nutriente (problemas del tubo neural, paladar hendido, espina bífida) desee volver a embarazarse.