Homeopatía prenatal, equilibrio desde la gestación

Modificar la energía negativa por influencia positiva es el punto central que propone la Homeopatía Prenatal, disciplina que cobra importancia en todo el mundo y que es el primer paso para hacer de nuestros hijos seres sanos y felices.
Múltiples estudios han demostrado que hay una relación muy estrecha entre la salud materna durante la gestación y el bienestar del futuro bebé, lo que se expresa claramente cuando vemos, por ejemplo, que se debe consumir suficiente cantidad de ácido fólico para evitar posibles defectos de la médula espinal. Además, la buena nutrición ayuda a la madre a eliminar los riesgos de anemia, fatiga, estreñimiento, hemorroides, calambres e incluso problemas mucho más severos, como preeclampsia (hipertensión durante el embarazo) o diabetes gestacional (elevación de niveles de azúcar hasta el momento del parto), por mencionar algunos.
Sin embargo, la Homeopatía Prenatal va mucho más allá, toda vez que establece que puede eliminar la predisposición a sufrir ciertas enfermedades.
Jenny Jordan, especialista francesa que ha dedicado su vida a la prevención de las enfermedades mediante la terapia homeopática, afirma que, durante el embarazo, el bebé está en grave riesgo de sufrir alguna alteración si la madre toma algún fármaco convencional.
Ello no ocurre con los medicamentos homeopáticos, dice Jordan, autora del libro Niños del Futuro y Homeopatía Prenatal, pues prácticamente cualquier enfermedad puede ser tratada con esta clase de medicina. “Sucede así porque la Homeopatía actúa con concentraciones infinitesimales que de ninguna forma pueden ser tóxicas y no presentan ningún efecto secundario”, dice la activista.
Este hecho ha sido documentado desde hace más de 200 años, asegura Jordan, quien enfatiza que “la Homeopatía Prenatal es mucho más que un alivio para los inconvenientes o molestias que se generan durante el embarazo, toda vez que actúa sobre las cargas energéticas que posee el individuo en gestación”.
Vivir bien
La señora Jordan, gran amiga del general francés Charles de Gaulle (1890-1970), manifiesta que para vivir bien hay que empezar por tener un buen nacimiento. ¿Qué es vivir? se pregunta, y ella misma responde: “Es ser el capitán del propio barco; es decir, poder crear, elegir, realizar, pero sin estar condicionado por circunstancia física o psicológica alguna”. Es un hecho, dice la defensora de la Homeopatía, que cuando el niño se encuentra en formación recibe toda clase de influencias, a favor o en contra, y es presa de lo que sucede en el ambiente. De ahí que la madre deba aprovechar la oportunidad para potenciar la energía positiva en su descendiente.
Todo radica en hacer que el niño que está por nacer reciba las mejores influencias sobre los atavismos heredados, es decir, sobre las posibles enfermedades heredadas por sus padres y antepasados, de manera que la predisposición hacia esos padecimientos disminuya o se nulifique.
Los influjos de nuestros antecesores son evidentes y se manifiestan, por ejemplo, a través de lo que la gente llama habitualmente “aires de familia”. Sin embargo, sostiene Jenny Jordan, esto es más complejo porque la herencia no sólo actúa en los rasgos físicos, sino también en las preferencias y gustos; por eso, en una familia siempre hay antecedentes de alguien que se dedicó a la misma profesión, sea médico, ingeniero, músico o actor. Y no hay que perder de vista que lo mismo ocurre con las enfermedades.
Hacia una explicación
De acuerdo con la teoría de Jordan, quien creó la primera sección de Homeopatía Prenatal en el departamento de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Filadelfia (Estados Unidos), fue Samuel Hahnemann, fundador de la Homeopatía, quien comprendió que las enfermedades eran diferentes en cada individuo y que correspondían a determinados caracteres sintomáticos, los cuales recibieron el nombre “miasmas”.
Por su parte, los Drs. León Vannier y Antonio Nebel hicieron una clasificación complementaria (se conoce como tipología homeopática) que establece que hay tres diferentes tipos de individuos: carbónicos, fosfóricos y fluóricos. Toda esta información, dice la experta francesa, nos sirve como guía para trabajar sobre los padecimientos familiares negativos.
Esta postura daría como resultado la posibilidad de eliminar las influencias negativas sobre el ser en gestación, dice Jordan, con la utilización de los medicamentos homeopáticos, mismos con los que se ha experimentado a lo largo de más de dos centurias. De esta forma, sólo se tiene que hacer un protocolo o guía particular de la mujer embarazada para que se aplique el tratamiento pertinente y se corrijan las expresiones patológicas de nuestra carga genética.
De ahí que, de acuerdo con la lógica de la investigadora, la Homeopatía es capaz de modificar la predisposición hacia alguna enfermedad. Así las cosas, el hijo de personas con antecedentes de diabetes (concentración elevada de azúcar en la sangre por la incapacidad del organismo para aprovecharla), por ejemplo, podrá nulificar la totalidad o una parte significativa de los riesgos existentes para desarrollar dicho trastorno en algún momento de su vida.
Sin embargo, cabe señalar que la Medicina Homeopática Prenatal no podrá resolver problemas derivados de una falla cromosómica, como ocurre con el síndrome de Down (alteración que desencadena retraso mental y problemas de desarrollo), ya que ese tipo de padecimientos se originan por errores en la división celular. En estos casos, menciona Jordan, la Medicina alopática será la que entraría en acción.

En todo caso, concluye la experta, la Medicina Homeopática Prenatal debe aplicarse cada vez con más frecuencia “ya que proporciona a la madre un parto seguro y confortable y es el primer paso para que nuestros hijos sean responsables y dueños de su vida”.