No se olvide del calentamiento

Los músculos de brazos y piernas son los primeros en sufrir los estragos de una preparación inadecuada, y pueden verse afectados por un tirón súbito, fuerte golpe o tensión excesiva. La función de éstos resulta de suma importancia, ya que cubren a los huesos y, en acción conjunta con los tendones, facilitan su movimiento. Por otra parte, un esfuerzo notable puede desgarrar los tendones, el bíceps del brazo o torcer los grandes músculos que accionan el pulgar. El primer síntoma de un desgarre (rompimiento de fibras de los músculos) o la distensión del tendón o músculo es el dolor súbito y agudo en el punto en que se ha producido. A ello sigue sensación de debilidad o impotencia para ejercitar el músculo afectado. Es importante acotar que en ocasiones se presenta derrame de sangre entre las fibras musculares, que una vez coagulada genera dolor e irritación.
La clave para evitar este tipo de lesiones consiste en practicar ejercicios de calentamiento de la siguiente manera:
Glúteos. De pie con las piernas rígidas y pies juntos, lleve la cabeza hacia abajo hasta tocar con las manos la punta de los pies, evitando doblar las rodillas.
Muslos. Abra las piernas sin flexionar las rodillas y, estire el tronco del cuerpo hacia adelante hasta tocar el piso con las palmas de las manos. Otro ejercicio que ayuda es pararse en una sola pierna y doblar, con la ayuda de una mano, la otra pierna hacia atrás hasta tocar con el talón sus glúteos. En los últimos años el número de personas que practican deporte se ha incrementado notablemente, por lo que hoy es una actividad de primer orden. No obstante, los deportistas están expuestos a lesiones, mismas que pueden evitarse mediante calentamiento.
Ingles. Siéntese con una pierna doblada y extienda la opuesta hacia un costado. A continuación, estire la parte superior del cuerpo hasta tocar el pie de la pierna extendida con ambas manos; repita el ejercicio, alternando con la otra pierna. Se recomienda también sentarse y hacer que las plantas de los pies se toquen entre sí, luego llevar ambos pies hacia el cuerpo y presionar con las manos sobre las rodillas para que éstas se acerquen lo más que se pueda al piso.
Cada ejercicio debe realizarse entre 8 y 10 segundos, y la sesión no debe prolongarse más de 10 minutos en total. Esta rutina, además de prevenir lesiones, promueve la circulación y, mejor aún, permite que se finalice cualquier actividad deportiva sin complicaciones. Ocurre con mayor frecuencia cuando los músculos se encuentran fríos, fatigados o débiles por desuso, y son sometidos a esfuerzo súbito e intenso, por ejemplo, al iniciar alguna actividad física, falta de calentamiento antes de practicar ejercicio o flexibilidad deficiente. La lesión también se presenta debido a actividad muscular sostenida durante largo periodo y al cargar cosas pesadas.
Dos sitios comunes para los desgarres musculares son espalda y parte posterior del muslo (tendones isquiotibiales), sobre todo en deportes como balompié, futbol americano, boxeo y lucha libre. Las personas que practican gimnasia, tenis, remo y golf usan mucho manos y brazos, por ello a veces se lesionan los músculos de estas extremidades.
Signos de desgarre muscular
Dolor repentino, agudo e intenso en la parte afectada.
Dificultad de movimiento.
Hinchazón, enrojecimiento y aumento de temperatura en la región afectada.
Hemorragia interna significativa en torno al músculo, por lo cual es posible que no funcione en absoluto.
Existen 3 grados de lesión: leve, moderado y grave, así que dependiendo de la intensidad será el tiempo requerido para la recuperación completa (entre 1 a 4 semanas).
¿Cómo se tratan los desgarres musculares?
Suspender la actividad que causó la lesión.
Aplicar hielo durante algunos minutos sobre la región afectada, lo cual también es buen complemento para disminuir la hinchazón, pero sin ponerlo directamente sobre la piel, para no dañarla.
Administrar alguna pomada que desinflame la zona y, por tanto, reducir el dolor ocasionado por el desgarre muscular.
Reposar y, en algunos casos, elevar el músculo afectado, así como aplicar compresión con un vendaje reducen el grado de lesión.
Dejar descansar el tejido muscular lesionado durante al menos un día.
Se debe evitar utilizar el músculo afectado mientras persista el dolor. Una vez que éste ceda, se puede retomar la actividad lentamente y con moderación.
Se debe buscar asistencia médica de emergencia si la persona no puede mover el músculo.
Prevenir desgarres musculares es sencillo
Antes de ejercitarse es fundamental realizar movimientos de calentamiento.
Aprender la técnica apropiada para practicar deportes, lo cual disminuirá el agotamiento muscular.
Mantener los músculos fuertes para que puedan soportar la tensión que se desarrolla durante la actividad física.
Suspender la actividad si se está cansado, pues la musculatura no reacciona adecuadamente cuando se requiere esfuerzo repentino.
No sobreentrenarse.
Evitar cargar objetos pesados y, cuando sea necesario, pedir ayuda.
Fuentes:

Clínica Mayo. Guía de autocuidados. Intersistemas, 1999.
PLA Plus Directorio de productos de libre acceso. Editorial Multicolor. 14a Edición, 2010.
Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de Estados Unidos. Distensión muscular. MedlinePlus [en línea].
Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel de Estados Unidos. ¿Qué es un esguince y un desgarro? Niams [en línea].