Pide Arzobispo mirar el futuro con esperanza porque cada año representa un  nuevo regalo de vida

 

El Arzobispo de San Luis Potosí Jesús Carlos Cabrero Romero, en su mensaje de Año Nuevo  a la grey católica, pidió a los potosinos mirar hacia el futuro con esperanza y no con incertidumbre, porque cada año representa un  nuevo regalo, un don, una oportunidad, una posibilidad abierta por la gracia de Dios, al pedir que el Señor nos conceda vivir con alegría, gratitud y con paz el año que comienza.

A continuación el texto íntegro del mensaje del jerarca de la Arquidiócesis Potosina:

UN AÑO NUEVO 2016

El Año Nuevo puede ser enfocado de muchos modos; puede ser “un año más”, puede ser también un año “nuevo”, una posibilidad abierta una página por escribir, una ventana abierta al futuro o a lo imprevisto.

Para nosotros, cristianos católicos, los años y los días no están en manos de un oscuro azar, ni de un implacable destino. Para los cristianos, Jesucristo es el Señor del tiempo. El ha entrado por la Encarnación en el tiempo y el tiempo es desde entonces “tiempo del Señor”. Así lo leemos en las diversas inscripciones “Año del Señor”. El año que empieza no será una excepción. Pase lo que pase en el discurrir de sus días, será un “Año del Señor”, un año que no escapa, como ninguno de ellos lo hace, al cómputo de Dios.

Más allá de los minutos de nuestra vida, importa la calidad de nuestra vivencia del tiempo. “El tiempo es oro”, se oye decir, pero si hablamos con más propiedad, “el tiempo es gloria”. Es decir, si vivimos de cara a Dios, que es como hay que vivir, el tiempo es ocasión de crecer en amistad con El.

Nuestros días no son meramente etapas de un calendario, sino momentos de gracia, espacios que he os de aprovechar para apurarlos cumplidamente, sabiendo que, al final de la jornada lo que cuenta, lo que vale de verdad, es lo que hayamos hecho de cara a Dios.

Si para nosotros Jesucristo es el Señor del tiempo, nuestra mirada hacia el futuro ha de ser, necesariamente, una mirada de esperanza. La esperanza no consiste en creer, acaso ingenuamente, que todo saldrá bien. La esperanza es la confianza en Dios, es la certeza de que suceda lo que suceda, estamos en manos de Dios.

Un cristiano jamás ha de contemplar con incertidumbre el futuro. Cada año que pasa es una ocasión nueva, una posibilidad nueva. Si sabemos aprovecharlo, cada año representa un  nuevo regalo, un don, una oportunidad, una posibilidad abierta por la gracia.

¡Que el Señor nos conceda vivir con alegría, gratitud y con paz el año que comienza! ¡FELIZ AÑO NUEVO!

Monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, Arzobispo de San Luis Potosí