La Navidad resultó complicada para miles de capitalinos, pues además de que se decretó precontingencia ambiental, se registraron dos incendios de gran intensidad: uno en la delegación Cuauhtémoc que consumió mil 800 metros cuadrados de una fábrica de sandalias y otro en la delegación Iztapalapa, cerca de la Central de Abasto, que arrasó con una bodega de huacales.
Este último fue el de mayor magnitud y ocurrió en la calle Azitli, en el Barrio San José, donde a las 20:30 horas de ayer viernes alarmas sísmicas rompieron el ambiente navideño para alertar a los ciudadanos sobre la conflagración.
Cuando comenzó el incendio decenas de vecinos observaron las llamas, de aproximadamente 20 metros de altura, y comenzaron a pasar la voz para que la gente tomara previsiones.
Temían que el siniestro terminara en tragedia debido a que a escasos cien metros se ubica una gasolinera, además de que las calles son tan angostas que el paso de los camiones de bomberos sería complicado.
De acuerdo con estimaciones de habitantes, más de 200 familias, cuyas viviendas se ubican cerca de la bodega de huacales, salieron de sus domicilios para alejarse del fuego y ponerse a salvo.