Piel libre de arrugas por estímulos eléctricos

Aunque Thermage es el nombre de la empresa estadounidense que desarrolló en 1995 el sofisticado equipo que permite el estiramiento o rejuvenecimiento de la piel, de esa manera se identifica al procedimiento completo, el cual emplea ondas electromagnéticas (combinación de campos eléctricos y magnéticos que se propagan a través del espacio transportando energía de un lugar a otro) que se dirigen a las capas de la piel para reducir los signos de envejecimiento.
Antes de continuar es importante recordar por qué surgen las arrugas: en primer lugar, pensemos que la piel por si sola se renueva, es decir, cuando somos jóvenes cada día 4% del total de células que la componen mueren y son reemplazadas por nuevas, así que en 3 ó 4 semanas la piel de todo el cuerpo se ha reciclado, pero este proceso se hace cada vez más lento simplemente por el avance de la edad.
Por otra parte, compuestos propios del organismo, como elastina (brinda flexibilidad a la piel) y colágeno (le proporciona fuerza y firmeza) sufren alteraciones también por efecto del paso del tiempo, lo que trae como consecuencia que la epidermis (capa superficial de la piel) pierda elasticidad; si a ello se agrega disminución de grasa y agua, así como reducción en el tamaño de las células en la capa profunda de la piel (dermis), habrá apariencia áspera y seca y surgirán las arrugas en rostro, cuello y manos, principalmente.
Ahora bien, si a los procesos naturales que hemos mencionado se añaden los descuidos propios de cada persona (exposición prolongada al Sol, fumar, beber alcohol, trasnochar y vivir en regiones de alta contaminación ambiental, entre otros), la piel envejecerá desde edades tempranas.
Revertir el proceso de envejecimiento ha sido siempre interés del hombre, y para ello se han experimentado sinfín de métodos, desde los que cuentan con absoluto respaldo de la ciencia, hasta los empíricos con resultados más dañinos que benéficos.
Lo cierto es que en nuestros días los cirujanos plásticos, cosmetólogos y dermatólogos conjugan sus esfuerzos y ofrecen cada vez mejores opciones en el cometido de rejuvenecer a la piel.
Hágase la luz
Aplicar ondas electromagnéticas a la piel no es un proceso innovador, y en el transcurso de los experimentos hubo muchas quemaduras de consideración, incluso entre los mismos creadores. No obstante, hoy día se conocen métodos cuyo fundamento técnico es la electricidad y que recuperan la apariencia juvenil en unas cuantas sesiones; a continuación mencionaremos las más populares en el orbe:
Electroestimulación. Se trata de sofisticado equipo dirigido por computadora, la cual determina la intensidad y el tiempo de descarga eléctrica en ciertos puntos del cuerpo, por medio de terminales especiales. El paciente apenas requiere acostarse en una camilla el tratamiento se realiza dos veces por semana a lo largo de dos meses, al cabo de los cuales se recupera la firmeza en zonas flácidas, se tonifican los músculos y se mejora el drenaje linfático (elimina los compuestos tóxicos del organismo), lo cual también ayuda notablemente en problemas de celulitis.
Fototermolisis fraccional. Sobre puntos específicos de rostro, cuello, escote y dorso de manos —principalmente— se dirige un láser que penetra en la piel y actúa estimulando la generación de colágeno sin dañar la epidermis; es importante mencionar que el paciente requiere anestesia, y que puede experimentar leve inflamación y descamación de la zona durante la primera semana de aplicación. Se aconsejan sesiones cada siete días por lo menos durante dos meses.
Luz pulsada intensa. Un técnico especialista manipula el equipo eléctrico, empleando aparato parecido a un lápiz para dirigir rayo de luz que corrige arrugas finas, piel opaca y áspera, poros dilatados y manchas de la edad. El método no requiere anestesia, puede provocar oscurecimiento transitorio de la piel y no necesita tiempo de recuperación; se aconsejan entre 3 y 4 sesiones.
Slimtone. Tal vez el menos conocidos de todos, y por tanto, del que menos referencias se tiene. Consiste en colocar al paciente, previamente recostado, una serie de terminales eléctricas en determinados músculos del cuerpo, las cuales descargan pequeñas cantidades de rayos infrarrojos y ondas de electroestimulación al mismo tiempo; se emplea para combatir flacidez y eliminar cúmulos de grasa, y también para elevar busto, abdomen, y endurecer glúteos. Se recomiendan aproximadamente 20 sesiones, dos veces por semana. Insistimos, no es un método del todo confiable.
Thermage. Con poco más de 10 años en el mercado, es la opción que más ha crecido en popularidad recientemente, debido a los destacados resultados y a ser considerablemente más barato que las cirugías para eliminar arrugas. Se lleva a cabo en el consultorio médico, no requiere aplicar anestesia, no deja marcas visibles y no es necesario guardar reposo por días; incluso, muchos pacientes al concluir la sesión van desempeñan su actividades cotidianas (¿eso explicará por qué es la técnica más socorrida por los hombres en la actualidad?).
Se reconoce también como radiotermoplastia e inicia con la aplicación de una sustancia fría especial (mediante un spray) que protege las capas superiores de la piel. En seguida, un técnico especializado manipula un instrumento conectado a un aparato que emite ondas de radiofrecuencia y lo dirige directamente a zonas localizadas (cuenta con sofisticada punta), cuyo objetivo es generar calor que estimule al colágeno en las capas más bajas de la piel para que se reafirmen inmediatamente, y se siga produciendo como cuando el paciente era joven.

Cabe destacar que cada vez que la punta del aparato toca la piel el paciente experimenta pequeña pero intensa sensación de calor. El procedimiento toma de 30 a 90 minutos dependiendo del tamaño de las zonas que se están tratando, y será el dermatólogo que dirija el proyecto quien determinará la cantidad y frecuencia de las sesiones para lograr los mejores resultados.

Igualmente importante es señalar que pese a que algunos pacientes sometidos a Thermage han manifestado satisfactorios efectos después de cinco años del primer tratamiento, la edad de quien lo experimenta debe tenerse en cuenta para contemplar que es posible nuevas sesiones, pues la piel más joven responde de mejor manera.

Si bien el mayor número de aplicaciones se llevan a cabo en el rostro —para eliminar arrugas, patas de gallo, arrugas en nariz y labios, líneas de expresión y mejillas caídas, principalmente—, también ha sido empleado en brazos, piernas, nalgas y abdomen, en tanto que se sigue investigando para su uso en senos, manos, rodillas y codos.

Si alguno de los métodos mencionados con anterioridad llama su atención, no corra riesgos de caer en manos de personas inexpertas y solicite le muestren reconocimientos que avalen su trayectoria y, de ser posible, testimonios de quienes hayan experimentado la técnica que usted haya seleccionado; recuerde que es su salud la que está en juego.