Las superheroínas del sexo y el amor llegan a Guadalajara

El erotismo y la experiencia sexual ha estado en un vaivén histórico de glorificación y rechazo, entre dioses sexuales y sacerdotisas lunares con ritos para honrarlos, y celibatos autoimpuestos e impasibles tabúes. Sin entrar en detalles, desde el siglo pasado la humanidad toda oscila entre la exhibición y el ocultamiento de una parte importante del erotismo: la diversidad de posibilidades de obtener placer sexual.

Culturalmente hablando, se incentiva una sola manera de dar y recibir placer y dependiendo de en qué punto del planeta viva una persona, podrá padecer desde represión e ignorancia monumental del erotismo, hasta gozar de la libertad para pasear por un supermercado de juguetes eróticos y conocer exactamente cómo gozar(se) su sexualidad.
Esto último es el extremo infrecuente. En el punto medio, la parte del mundo que dice tener libertad sexual, la tiene para elegir diferentes parejas (por turnos o simultáneamente), ¿pero está preparada para ampliar su perspectiva y conocer otras posibilidades (consensuadas, por supuesto) de excitación?

No pregunto más y que hablen las expertas. Las mejores: ni psicólogas ni sexólogas ni meretrices: Chichi y Peny, superheroínas del amor y del sexo, quienes tras más de 120 presentaciones en diferentes escenarios de España han llegado a México y luego de rescatar a los capitalinos y declarar una zona del DF “libre de tabúes”, se presentarán en Guadalajara este miércoles 23 para hacer lo propio con los tapatíos y dejarlos con algo de inspiración sobre qué regalar esta navidad.

Salvar a la humanidad de su crisis sexual

Chichi y Peny son dos superheroínas creadas por Rocío Alzueta (Chichi) y Nerea Rodríguez (Peny). Sus personajes representan la dualidad detrás de las relaciones erótico-amorosas. Chichi es la superheroína de las relaciones íntimas, también el lado femenino del erotismo; Peny es la del sexo y el deseo carnal, o el lado masculino.

Su dualidad recuerda la insinuante frase de Mae West (“When I’m good, I’m very good, but when I’m bad, I’m better”), que ambas reconcilian en una comedia erótica donde hay bastante ironía, mucha imaginación y todavía más sugerencias sobre juegos y juguetes nocturnos. Todo porque la misión de Chichi es “despertar el amor entre sus semejantes” y la de Peny, avivar la sexualidad humana poniendo la tecnología al servicio de la sociedad.

Comedy sex meeting

Chichi y Peny realizan una puesta en escena donde interactúan con su audiencia, resurtiendo el arsenal de fantasías de cada espectador. No es ni una comedia convencional ni un show de burlesque ni una presentación de tupper sex. Rocío y Nerea han creado “un nuevo concepto, que es el comedy sex meeting, una mezcla de teatro, comedia, diversión, baile, encuentros, un cabaret-show” en el que se interactúa con el público, de manera que cada puesta en escena sea irrepetible.
La obra no es únicamente un guion con diálogos para destornillarse de risa (que sí lo es), actuado por dos actrices estimulantes y simpáticas (que sí lo es), es un cómic que sin haber estado en plataforma impresa es llevado a las artes escénicas; un cómic mezclado con elementos del tupper sex, de manera que los espectadores no solo reirán incitados por su curiosidad erótica, también saldrán sabiendo más sobre algunos juguetes eróticos (y quizás llevándose uno).

La educación sexual

En entrevista con El informador sus creadoras nos cuentan que estas superheroínas salvan al mundo porque deshacen los estorbosos tabúes con que una persona vive su sexualidad. También nos cuentan sobre sus objetivos con esta puesta en escena.
El primero, que su audiencia se divierta hablando de sexo y naturalizando el uso de juguetes eróticos. El segundo, mostrar las deficiencias de la educación sexual que una persona promedio recibe.

Cuando les pregunto sobre las debilidades de sus personajes, sobre cuál es la criptonita de estas superheroínas, me contestan que la de Chichi es el sexo sin prolegómenos y la de Peny que un celular suene en mitad de su orgasmo.

Sobre el significado de esto último comenta Rocío Alzueta (Chichi): “hay dos cuestiones que se dan a lo largo de la obra y sobre las que nos interesa hablar especialmente. Por un lado la debilidad de Chichi está relacionada con la educación sexual, pues pese a encontrarnos en pleno siglo XXI esta muestra muchas carencias, especialmente la sexualidad femenina.
Por otro, la debilidad de Peny nos remite al momento actual con respecto a las comunicaciones y la tecnología, un momento en que están mermando las relaciones humanas en muchos sentidos”; es decir, la de una es la intromisión constante del celular en la intimidad, y la de otra la pasividad con que una chica acepta tener sexo sin estar excitada.
Al respecto les comento la paradoja que algunos ven en las sociedades sexualmente liberadas, donde no por estarlo se ha conseguido que las personas obtengan más placer del sexo, sino únicamente más sexo, pues persiste la ignorancia sobre el orgasmo femenino (abundan los artículos en revistas femeninas y masculinas). Les pregunto qué opinión tiene sobre esto.

La liberación sexual ha servido de mucho sobre todo en lo relativo a derechos y libertades, sin embargo, la verdadera liberación es la individual. Siempre decimos conócete a ti mismo/a. Todo es cuestión de una buena educación sexual. Es una cuestión educativa que hombres y mujeres aprendan a conocerse y conocer al otro/a. La epidemia sanaría con una buena dosis de aprendizaje sexual, tanto anatómica como práctica. El porno no es lo más educativo y para muchos/as es su única guía.

Luego quiero saber si de algún modo asistir a esta obra podría ayudar al espectador a conocer mejor su deseo sexual, su propio cuerpo, o a intuir los deseos de otro, y cómo.

Nuestro espectáculo plantea la sexualidad como un juego tratando de despertar tu curiosidad y animándote a explorar nuevos caminos. El espectador vive realmente una experiencia, las superheroínas les guían desde los prolegómenos (aceites, aromas, juegos con los sentidos…) hasta llegar al orgasmo.

Siendo así, imagino que habrá muchos en el público que presencien una auténtica revelación en sus vidas y salgan renovados por la túnica de Afrodita. ¿Hay quienes les hayan escrito agradeciéndoles?

Tras más de 120 funciones son muchas las experiencias vividas con los espectadores. Un señor de 80 años vino a vernos y disfrutó con la función como un niño. En otra ocasión surgió una relación amorosa entre el público que aún perdura. Sorprendería imaginar que personas que pasan los cincuenta disfrutan descubriendo algunos de nuestros artículos [juguetes].

¿Se podría considerar que esta obra es una guía práctica-espiritual para principiantes?

Más que una guía práctica-espiritual se trataría de un nuevo concepto, comedy sex meeting, es lo que nosotras llamamos disfrutar del humor y el teatro hablando de sexo. No solo hemos querido acercar el sexo al público sino también el teatro y es por eso que nuestro formato se adapta a cualquier lugar, ¡incluso volamos a tu salón! ¿Te atreves a descubrirnos?

En suma, dos personajes de ficción que merecen tener una figurita de acción y un séquito de fans disfrazados en las premieres de sus películas.

La cita para conocerlas es este miércoles 23 de diciembre a las 20:00 hrs. en Casa Búho (López Cotilla 1061, entre Prado y Robles Gil, Col. Americana, tel. 15116698). Costo 70 pesos.