María Eugenia Vidal, la nueva gobernadora de Buenos Aires, es una mujer que representa un quiebre frente a los candidatos tradicionales.
Vidal protagonizó uno de los spots publicitarios del ahora presidente de Argentina Mauricio Macri, lo que llamó la atención. Contra la mayoría de los pronósticos, Vidal ganó en octubre las riendas de la provincia, convirtiéndose en la primera mujer que gobernará el mayor distrito electoral argentino, hasta octubre un bastión históricamente peronista.
Simpática y conciliadora, Vidal aparece como la contracara de los típicos políticos de los suburbios de Buenos Aires, conocidos popularmente como «caciques» por dominar sus territorios con prácticas consideradas poco democráticas.
La victoria de Vidal fue un baldazo de agua fría para Scioli, que como gobernador de Buenos Aires le entregará la gestión a la mujer, y para todo el peronismo, que gobernó el distrito por casi tres décadas ininterrumpidas con su extenso aparato que alcanza a los barrios más humildes e inaccesibles.
Para mí, la política es servicio», planteó Vidal al comienzo de su primer discurso, y aseguró: «La provincia es de la gente y ustedes son nuestros jefes. Quiero que nos pongamos en su lugar y que resolvamos en serio esos problemas que los angustian».
«Voy a gobernar para todos», aseguró la flamante gobernadora. «Les pido a los que no me votaron que dejen atrás los prejuicios, espero contar con ustedes», agregó, y tendió una mano a los jefes comunales: «Los voy a convocar a los intendentes la semana próxima».
Asimismo las mujeres formaron parte de su discurso: «Siendo la primera mujer gobernadora, quiero decirles que las necesito».