Votación en Venezuela amenaza hegemonía chavista

Agobiados por la crisis económica, los venezolanos votaban este domingo en unas cruciales elecciones legislativas en las que la oposición podría arrebatar al chavismo el control parlamentario por primera vez en 16 años.

Largas filas se formaban desde muy temprano en muchos de los 14 mil 500 centros de votación, que abrieron a las 06:00 horas locales, en una jornada a la que fueron llamados 19.5 millones de venezolanos a elegir 167 diputados de la Asamblea Nacional.

«Queremos salir de esta pesadilla, hay que pelearse una cola para comprar un poco de comida, no hay medicina, ni pañales… ¡Imagínate tú!. Eso hay que cambiarlo», declaró María, una docente jubilada de 53 años, en fila desde la cinco de la mañana en un centro de votación en Chacao, este de Caracas, bastión de la oposición.

El presidente Nicolás Maduro apuesta por el «voto duro» chavista, pero según las encuestas la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD, centroderecha) lograría al menos la mayoría simple en un parlamento dominado por el oficialismo de izquierda desde que en 1999 llegó al poder Hugo Chávez, fallecido en 2013.

«Pese a ser parlamentarias -en un régimen presidencialista-, son muy relevantes: dejarán una recomposición de fuerzas políticas y permitirán que la voluntad de castigo se pueda expresar», declaró el analista Nicmer Evans, afín a Chávez pero crítico de Maduro.

Las parlamentarias representan, según el politólogo John Magdaleno, la posibilidad de un «contrapeso» en un Estado cuyos poderes «están totalmente controlados por el oficialismo.

Desde el parlamento, la oposición planea impulsar una amnistía para presos políticos, entre ellos el líder radical Leopoldo López, a quien, según una misión de expresidentes latinoamericanos que acompaña a la oposición, Maduro permitirá votar, aunque aún se desconoce cómo lo haría.

Más ambiciosa aún, la MUD aspirar a lograr desde la Asamblea que se instalará el 5 de enero un viraje económico, sin descartar la búsqueda de una salida anticipada del presidente. El chavismo promete profundizar el sistema socialista.

En las primeras horas de votación, el país petrolero, de 30.6 millones de habitantes, permanecía en calma aunque en un ambiente marcado por la polarización política, que esta vez tiene a un nuevo actor: chavistas molestos con el gobierno de Maduro.

– Cansados de las colas –

Maduro, quien asumió el poder en abril de 2013 tras la muerte de su mentor, encara, con una popularidad del 22%, lo que admite son las elecciones «más difíciles» del chavismo, en medio del creciente malestar por el elevado costo de la vida y la aguda escasez de alimentos.

«El papel sanitario no se consigue. En otros países eso no pasa. No se puede votar por el gobierno cuando hay problemas para sobrevivir. También me afecta la inseguridad», dijo a Filros Guzmán, de 24 años, empleado de un restaurante de comida. Antes votó por el chavismo, ahora hacía cola para votar por la oposición.

Venezuela es -después de Honduras- el segundo país con mayor tasa de homicidios del mundo, según la ONU.

Dejando atrás por ahora sus históricas divisiones, la MUD prometió un «cambio» que acabará con la inseguridad y las «distorsiones económicas». El oficialismo ha invocado el legado de Chávez y advertido que si gana la oposición acabará con los programas sociales.

«Es un compromiso irrefutable que vengamos a votar porque nos vemos amanazados por el imperio», comentó dijo Luis Aguilera, en un colegio electoral en centro de Caracas.

El gobierno atribuye la crisis a una «guerra económica» de los empresarios de la «ultraderecha» apoyados por Estados Unidos, y al desplome de los precios del crudo, que asestó un duro golpe a este país -con las mayores reservas petroleras del mundo- cuyo 96% de divisas proviene del petróleo.

«El principal motor de estas elecciones es la crisis», comentó el politólogo Carlos Romero, de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Venezuela cerrará 2015 con una contracción económica de 10% y una inflación de 200%, según economistas independientes. Un estricto sistema de control de divisas -con tres tasas de cambio- convive con un mercado negro donde el dólar se cotiza 145 veces más que el mínimo legal.

Más de 160 mil militares y otros 20 mil reservistas están desplegados por Caracas y los 23 estados del país, para asegurar las elecciones. Una veintena de municipios votarán bajo estado de excepción en la frontera con Colombia.

Muchos venezolanos se aprovisionaron de alimentos ante el temor de que ocurran desórdenes como las protestas que dejaron 43 muertos en 2014, a raíz de las cuales fue condenado López a casi 14 años de cárcel.

Pero todo transcurre en «calma y normalidad», aseguró la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena. La jornada de votación se extenderá por al menos 12 horas.