La venezolana Lilian Tintori, esposa del encarcelado líder opositor Leopoldo López, rechazó la protección que le ofreció el Gobierno tras advertirle que «es objetivo» de mercenarios que cobran desde 30 mil dólares «por crimen político».
Tintori explicó que fue citada anoche a una reunión con expertos del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) para coordinar la forma de protección policial, pero se negó a acudir.
«Decidí no asistir porque quien me acosa, me persigue y me intimida es el Sebin, la policía del Estado», escribió en la red social Twitter, donde recordó que su esposo se entregó en febrero del año pasado luego de que el Gobierno denunciara, asimismo, que había evidencias de que planes para matarlo.
«Ahora el régimen dice que me quieren matar, así como querían matar a Leopoldo. Ya nadie les cree», expresó.
Leopoldo López está condenado a casi 14 años de prisión tras considerarle responsable de los hechos de violencia ocurridos el año pasado durante protestas opositoras, tras lo cual su esposa ha mantenido una activa presencia política.
El rechazo a la protección por parte de Tintori se produjo luego de que el vicepresidente venezolano, Jorge Arreaza, advirtiera de que «ella pudiera ser objetivo de esos mercenarios de la derecha, de la ultraderecha», según «información certera» recabada por el Sebin.
«Ella y otros opositores aparecen en informaciones de inteligencia como objetivos, blancos. ¿Para qué? Para generar confusión y decir que fue el Gobierno» el autor de atentados, añadió Arreaza en una reunión con embajadores acreditados en Caracas.
«La vida es el primer derecho fundamental y es obligación del Estado garantizarlo a Todos. No es un favor», respondió Tintori, quien insistió en que «el terror es política de Estado» en su país y que si algo le sucede «el directo responsable es Nicolás Maduro».
El diario español «El Mundo» publicó el sábado una carta en la que esta mujer reiteraba que el Gobierno de Maduro está ejerciendo «terrorismo de Estado» contra la oposición, y que ella y sus colaboradores han sido «blanco de agresiones muy graves».