El presidente Barack Obama dijo el sábado que el ataque a disparos en una clínica para el control de la natalidad y el aborto en Colorado, que dejó tres muertos, entre ellas un policía, muestran la necesidad urgente “de hacer algo acerca de la fácil accesibilidad a las armas de guerra” por parte de “personas que no tienen nada qué hacer portándolas”.
“Basta ya”, dijo Obama en un comunicado un día después de que un hombre armado mató a tres personas en una clínica de la organización Planned Parenthood en Colorado Springs. Otras nueve resultaron heridas.
Obama dijo que aunque se desconocen los motivos del tirador, está claro que “más estadounidenses y sus familias han sido obligados a sentir miedo”. Eso, agregó el mandatario, “no es normal. No podemos permitir que se vuelva normal”.
Añadió que si “esto realmente nos preocupa, si vamos a ofrecer nuestros pésames y oraciones de nuevo, y Dios sabe cuántas veces, con una conciencia verdaderamente limpia”, entonces Estados Unidos debe hacer más difícil el que una persona consiga un arma.
Momentos antes, la policía identificó al presunto autor del ataque como Robert Lewis Dear, de North Carolina. El hombre, de 1,9 metros (6 pies y 4 pulgadas) fue detenido el viernes después de un tiroteo y un punto muerto de varias horas. Los registros de la cárcel indican que Dear deberá comparecer en la corte el lunes.
Dear vivió cierto tiempo en una choza en North Carolina, sin electricidad ni agua corriente cerca de Black Mountain, dijo un vecino. El sábado, había una cruz hecha de ramas clavada en la pared de la choza amarillo pálido.
Entre los tres fallecidos en la masacre había un policía del campus Colorado Springs, de la Universidad de Colorado, según la policía. Otros dos civiles perdieron la vida y nueve personas más, cinco de ellos policías, resultaron heridos.
El tiroteo del viernes ocurrió a menos de 10 kilómetros (seis millas) de la calle donde un hombre abrió fuego y mató a dos personas antes de que lo abatiera la policía en un tiroteo el día de Halloween.