El presidente Barack Obama perdonó ayer a dos pavos y cumplió una tradición de más de medio siglo, que reconoció como “un poco tonta”, y que es uno de los pocos momentos en los que la seriedad del protocolo oficial queda rebasada por la risa.
“Resulta difícil creer que este es mi séptimo año que perdono un pavo. El tiempo vuela, aunque los pavos no”, dijo Obama entre las risas de los presentes, incluyendo sus hijas Malia y Sasha, en la breve ceremonia en el Jardín de las Rosas de la casa presidencial.
Sasha, la mayor de las hijas, dijo a su padre que la broma improvisada “es bastante buena”, y el mandatario agradeció la presencia de las dos adolescentes, que a diferencia de años anteriores parecían disfrutar el momento.
“Quiero agradecer públicamente a Malia y Sasha por estar una vez más conmigo durante el perdón del pavo. Ellas lo hacen porque (su presencia) me hace sentir bien, no porque piensen que esto es algo que debería estar haciendo”, dijo.
“Hay quienes piensan que está tradición es un poco tonta, y no los contradigo”, dijo.
“Mis críticos dicen con frecuencia que soy muy benevolente con los pavos, y estoy seguro que la prensa busca saber si los pavos que he perdonado han reorientado sus vidas para ser buenos ‘ciudadanos’, pero disfruto mucho esta oportunidad para desearle al país un feliz Día de Acción de Gracias”, acotó.
Como lo ha hecho desde 2011, cuando modificó esta tradición, Obama perdonó este año a dos pavos albinos, nombrados Honest (honesto) y Abe, aludiendo al apodo del presidente Abraham Lincoln.
Los dos ejemplares presentados por la Federación Nacional del Pavo y criados en California pasarán el resto de sus días en una granja en la cercana comunidad de Lessburg, Virginia, convertida en una suerte de retiro presidencial para estas aves.
Obama acuñó un nuevo término para estas aves que, a diferencia de millones más, no terminarán en las mesas de numerosos hogares estadunidenses, al denominarlas TOTUS, acrónimo en inglés de “Pavo de Estados Unidos”, similar al de POTUS, “Presidente de Estados Unidos”.
Poco después, Obama, su esposa Michelle y sus hijas donaron a una organización local varios pavos menos afortunados que serán cocinados y servidos este jueves a veteranos de guerra indigentes.