La Presidencia tunecina confirmó hoy que el atentado perpetrado el martes contra un autobús militar en el centro de la capital fue obra de un terrorista suicida.
En un comunicado, la presidencia precisa que el número de víctimas mortales es de 12 y el de heridos de 20, entre ellos cuatro civiles, y que se ha recuperado un cuerpo más que pertenece «al hombre que realizó el ataque».
Horas después del ataque, las primeras informaciones apuntaban la posibilidad de que se tratara de un explosivo adosado a los bajos del autobús e incluso de una mochila dejada al lado en la carretera, aunque fuentes de seguridad ya indicaron la opción de un suicida.
Varias decenas de tunecinos se manifestaron hoy en el centro de la capital para mostrar su rechazo al terrorismo yihadista y defender la revolución de 2011 y la transición política, que dijeron «sigue muy viva».
Los congregados enarbolaron pancartas y banderas tunecinas con la imagen de Shukri Belaid, el político de izquierdas asesinado por los yihadistas en 2013.
La marcha, que partió del bulevar Habib Burguiba, en dirección al lugar el atentado del martes, coincidió con el homenaje que el secretario del Frente Nacional y amigo personal de Belaid, el diputado Hamid Hamadi, rindió a los doce militares muertos en el atentado de ayer.
Hamadi depositó un ramo de flores entre gritos de viva Túnez, viva la Libertad, viva la democracia.
VAN 3 ATENTADOS EN EL AÑO
El atentado del martes contra el autobús militar es el tercero que sufre Túnez durante 2015 y supone un cambio de estrategia en los yihadistas ya que los dos previos, en marzo y junio, en los que murieron 60 foráneos, tuvieron como objetivo turistas extranjeros.
Y se enmarca en la lucha que las fuerzas de Seguridad mantienen con grupos yihadistas locales que desde 2011 se refugian en la región de Kaserin, un área montañosa de difícil acceso vecina a la frontera con Libia.
En el último mes y medio, el ministerio de Interior había anunciado el desmantelamiento de más de una decena de presuntas células yihadistas, el arresto de más de medio centenar de personas y la desactivación de «un atentado inminente».