El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha asegurado este miércoles que Moscú no declarará la guerra a Turquía después de que las fuerzas de este país derribaran ayer un caza ruso. Según Lavrov, Rusia cree que el incidente es un «acto planeado» y reconsiderará «seriamente» sus relaciones con Ankara. Por el momento, ha señalado que respaldará la petición francesa de cerrar la frontera turco-siria.
Turquía, por su parte, trata de apaciguar la situación. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pactó en una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, Barack Obama, rebajar la tensión con Rusia y tratar de buscar un arreglo para que este tipo de incidentes no se vuelva a repetir. “Por supuesto, no tenemos ninguna intención de incrementar [la tensión por] este incidente. Lo único que hacemos es defender el derecho a nuestra seguridad y la de nuestros hermanos”, dijo Erdogan este miércoles.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, aseguró que su país no quiere «tensar las relaciones» con Moscú: «Rusia es un país amigo». Pero recordó que en la zona que está bombardeando en el norte de Latakia «no hay un solo militante del ISIS [Estado Islámico]». Además, el titular de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, ya ha pactado una reunión con Lavrov la próxima semana.
Ankara valora ahora el impacto que puedan tener las medidas adoptadas por Rusia en represalia, ya que Moscú ha congelado las relaciones militares, se plantea suspender los proyectos de cooperación –lo que podría afectar a la construcción de una central nuclear en suelo turco y a un gasoducto ruso en el Mar Negro- y ha llamado a sus ciudadanos a que no viajen a Turquía, cuyo sector turístico tiene a los rusos entre sus mejores clientes.
Rescatado con vida un piloto
Uno de los dos pilotos del caza ruso derribado ayer por Turquía ha sido rescatado con vida y trasladado a territorio seguro, según confirmaron varias fuentes. En declaraciones a la radio Europe-1, el embajador ruso en Francia, Alexander Orlov, afirmó que el piloto “consiguió escapar y fue rescatado por el Ejército sirio”, que lo habría trasladado a una base militar rusa en Siria. Una información corroborada por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR)–vinculado a la oposición-, que apunta que fueron Fuerzas Especiales del Ejército sirio las que llevaron a cabo el rescate en una zona controlada por rebeldes sirios.
Aviones turcos dispararon ayer contra un Su-24 de las Fuerzas Aéreas rusas que supuestamente había violado el espacio aéreo de Turquía en la frontera entre las provincias turca de Hatay y siria de Latakia, pero los pilotos del aparato alcanzado lograron eyectarse antes de que este se estrellase en territorio sirio.
Según vídeos publicados en las redes sociales, milicianos turcomanos y rebeldes islamistas que controlan esta franja de territorio –llamada Bayirbucak por los locales- dispararon a los militares rusos mientras estos caían en paracaídas. Al menos uno de ellos cayó en manos rebeldes, según confirmó a este diario una fuente turcomana, que justificó los disparos a los pilotos en que “estaban participando en bombardeos y, por tanto, según las normas militares internacionales, eran combatientes”. El embajador Orlov aseguró que uno de los pilotos fue herido y luego rematado por estos grupos “yihadistas”. El otro, de algún modo aún no precisado, logró “escapar” y fue posteriormente rescatado por las fuerzas sirias.
Un helicóptero ruso que participaba en las labores de rescate de los dos pilotos también fue alcanzado por los rebeldes sirios y uno de los militares a su cargo murió, según confirmó el Ministerio de Defensa ruso.
«Los rusos han incrementado hoy sus bombardeos»
La zona en la que se produjo el incidente de ayer es, desde hace diez días, testigo de importantes combates pues las fuerzas leales al régimen de Bachar al Asad –con apoyo de milicianos iraníes y libaneses, así como de bombardeos rusos- pretenden recuperar la montañosa área de Bayirbucak para asegurar la provincia de Latakia y abrir una vía hacia la provincia de Idlib, controlada prácticamente en su totalidad por los rebeldes. “Como venganza a lo que ocurrió ayer, los rusos han incrementado hoy sus bombardeos”, explicó la fuente turcomana, que también aseguró que los grupos rebeldes valorarán devolver el cadáver del piloto ruso aún en sus manos dependiendo de lo que ocurra en la zona.
Si bien el presidente ruso, Vladimir Putin, justificó la presencia de sus cazas en el lugar del incidente por la lucha contra el Estado Islámico (ISIS), este grupo no está presente en esta zona de Siria, aunque sí otros grupos yihadistas. En declaraciones a EL PAÍS, el experto sirio Aymenn Jawad al Tamimi explicó que en el norte de la provincia de Latakia “luchan juntos una variedad de grupos rebeldes, yihadistas e islamistas”. Los principales son la 1ª y la 2ª divisiones costeras y la 10ª Brigada del Ejército Libre Sirio (ELS), cuyos soldados son en su mayoría “locales” de etnia turcomana, pero también hay presencia de yihadistas extranjeros especialmente de las facciones ligadas al Frente Al Nusra (filial de Al Qaeda en Siria), al Movimiento Islámico del Levante (compuesto principalmente por marroquíes) y al Partido Islámico del Turkestán, cuyos combatientes provienen de Asia Central y de las zonas uigures de China. De acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, en los combates de esta semana en el norte de Latakia habría muerto “un líder” de Al Nusra “de nacionalidad occidental”, que otras fuentes identifican como un ciudadano británico.