Un día después de ganar las elecciones argentinas, el conservador Mauricio Macri, que será investido presidente el 10 de diciembre, cuando reciba el mando de su adversaria política, la presidenta Cristina Fernández, anunció ayer la ruptura de su gobierno con el bloque de países bolivarianos.
En su primera conferencia de prensa como presidente electo, Macri anticipó que solicitará en la Cumbre de Mercosur de diciembre que se aplique la cláusula democrática contra Venezuela por la “persecución” a los opositores y a “la libertad de expresión”.
La Cumbre de Mercosur, prevista para el 21 de diciembre en Asunción, supondrá el estreno de Macri en citas internacionales.
“No son un invento”. “Es evidente que corresponde que se aplique esa cláusula porque las denuncias son claras, son contundentes, no son un invento”, dijo el líder de la opositora Cambiemos y agregó que la situación que vive Venezuela bajo el Gobierno de Nicolás Maduro no se corresponde “con el compromiso democrático que hemos asumido todos los argentinos”.
Durante las últimas semanas, Macri se refirió en varias ocasiones a la situación de la oposición en Venezuela y muy especialmente al caso del dirigente Leopoldo López, condenado a cerca de 14 años de prisión.
De hecho, la esposa de López, Lilian Tintori, acudió la noche de su triunfo electoral al “búnker” de Macri en Buenos Aires.
Dilma, en aprietos. El anuncio del presidente electo de la segunda economía del Mercosur —integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela—, pone en aprietos a Dilma Rousseff, presidenta de la primera economía de la región y cuya posición para que salga adelante la propuesta de Macri será clave. La discípula de Lula da Silva, alineada con el chavismo, se ha negado hasta ahora a condenar a Maduro, pero su popularidad en mínimos y el descontento creciente de la población con el populismo de los gobiernos de izquierda de la región, podrían forzarla a un cambio de postura.
Sanciones severas. La cláusula democrática prevista en el Mercosur —integrado por Argentina, Venezuela, Brasil, Paraguay y Uruguay— establece la posibilidad de suspender a un Estado miembro ante la ruptura del orden democrático en virtud del Protocolo de Ushuaia, suscrito en 1998, que contempla que solo puede aplicarse por consenso.
El acuerdo fue perfeccionado en 2011, mediante un nuevo protocolo, que abre la vía a sanciones más severas, como cerrar total o parcialmente las fronteras terrestres y suspender o limitar el comercio, el tráfico aéreo y marítimo, las comunicaciones y la provisión de energía y servicios.
Alianza del Pacífico. En este anunciado proceso de “desconexión” de Argentina del bloque bolivariano, apoyado de forma entusiasta por la presidenta saliente y el peronismo kirchnerista, planteó que es necesario que el Mercosur converja con la Alianza del Pacífico, integrado por países “antichavistas” de la región: Chile, Colombia, México y Perú.
Asimismo, anunció que propondrá al Congreso derogar el polémico memorándum de entendimiento con Irán, cuyo arreglo en secreto sobre los atentados antijudíos de la AMIA le costaron la vida al fiscal Alberto Nisman.
Macri señaló que la firma del acuerdo con Irán, rechazado por las comunidades judías argentinas y denunciado ante la Justicia por supuesta inconstitucionalidad, “no ayudó en esto de unir a los argentinos y mostrarnos coherentes ante el mundo”.