Las fuerzas de seguridad de Bélgica detuvieron ayer a nueve personas durante ocho registros efectuados en varias viviendas de la región de Bruselas, en el marco de la operación antiterrorista que realizan en el país tras los atentados en París.
La policía realizó en total ocho registros en viviendas habitadas por supuestos amigos y familiares de uno de los terroristas que se suicidaron en el Estadio de Francia, Bilal Hadfi.
Los operativos se realizaron mientras los ministros del Interior de la Unión Europea aprobaban un borrador con la propuesta de realizar una revisión de las reglas del espacio sin fronteras Schengen, con el fin de que se lleven a cabo controles sistemáticos en las fronteras exteriores, incluso a ciudadanos europeos.
El sistema Schengen está en riesgo luego de que se reveló que algunos de los atacantes de París llegaron desde Bélgica, y de que el supuesto cabecilla o autor intelectual de los atentados pudo haber regresado de combatir junto al Estado Islámico (EI) en Siria.
El presidente francés, François Hollande, ordenó ayer la “intensificación” de los ataques contra el EI en Siria y en Irak, anunció ayer la Presidencia francesa.
El jefe de Estado “dio las instrucciones necesarias para la intensificación de las operaciones militares en curso”, indicó la Presidencia.
Mientras tanto, la Cámara de Diputados aprobó ayer la prolongación por tres meses del Estado de emergencia instaurado tras los atentados del 13 de noviembre.
El texto aprobado ayer incluye mayores poderes a las fuerzas de seguridad en materia de detenciones para investigación, allanamientos y arrestos domiciliarios, así como la posibilidad de que el gobierno bloquee sitios web y redes sociales que hagan “apología del terrorismo”.
El texto aún debe ser aprobado por el Senado, aunque se prevé que no tardará, sobre todo luego de que el ministro del Interior, Manuel Valls, advirtió ante la Asamblea Nacional sobre el riesgo de un ataque terrorista con armas químicas o bacteriológicas.
Una portavoz militar dijo que socorristas y hospitales recibirán antídotos para estar preparados en caso de un ataque con gas venenoso.
De hecho, en Varsovia, Polonia, unos 200 integrantes del ejército, la policía y los bomberos simularon el rescate de víctimas de un ataque químico.
Por su parte, el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, estimó ayer en al menos 600 millones de euros el costo del refuerzo de la seguridad decidido por el gobierno tras los atentados.